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13 de abril de 2016

Que quede la carretera sembrada de gente hambrienta… y II

Con todo en contra: el clima extremo, la escasez de agua y alimentos, la ausencia de sombra y la oposición a la marcha del alcalde y la policía municipal las 202 mujeres integrantes de la Caravana de Hambre iniciaron la aventura. Desde el principio sabían que el pronóstico les era adverso pero su determinación se advierte en una frase sola: “Que quede la carretera sembrada de gente hambrienta, pero seguiremos adelante.”
A las 2 horas con 30 minutos de ese 20 de mayo, el contingente fue alcanzado por el inspector de policía el que infructuosamente trató de disuadirlas de la marcha y al ver frustradas sus intenciones ordenó a sus esbirros la destrucción de los hachones que las mujeres usarían para iluminarse, así como de las pancartas que iban dejando a la vera del camino.
La autoridad avisó que evitarían a las mujeres recibir provisiones y a los choferes que las transportaran se les condujo a la cárcel municipal, por el grave delito de ayudarlas.
De forma proporcional a los obstáculos que se les oponían crecía la decisión y desesperación de las mujeres para seguir adelante. 

Veremos al Presidente y
Expondremos Nuestro Caso

Por Eduardo Elizalde Escobedo
Enviado Especial de La Opinión

EL SOL, Coahuila, 20 de mayo. El hambre lanzó a la más atrevida y agobiante aventura a 202 mujeres, que pretenden recorrer a pie más de 1, 000 kilómetros, con el fin de entrevistarse con el Presidente de la República y solicitar su intervención, para terminar  con tal situación que ha hundido en la más espantosa miseria a muchas familias sampetrinas.
Aquí en el kilómetro 585 de la carretera Interoceánica Matamoros – Mazatlán, primera etapa de la extenuante jornada a que se han lanzado esas vecinas de San Pedro, Coahuila, con un sol tan inclemente que quema la carne, un pavimento ardiente que trasmite su calor a través de las propias suelas de los zapatos, las mujeres de piel bronceada, hablaron:
“No podemos soportar más el hambre, nuestros hijos se debaten en la más difícil situación, nuestros hombres no tienen trabajo, se lucra a costa de nuestra miseria. Vamos a pedirle al Licenciado Adolfo López Mateos que personalmente conozca nuestra situación. Aún es tiempo de salvar algo de lo mucho que se ha perdido”.
Sin agua, sin alimento, sin medicinas, ni ningún otro medio, que el que muchos sampetrinos económicamente pudientes les han hecho llegar, los miembros de esa Caravana de Hambre como ellas mismas la llaman, reiteraron su determinación a continuar adelante, aunque sea solamente una de ellas la que llegue.
“Que quede la carretera sembrada de gente hambrienta”, sentenciaron, “pero seguiremos adelante”.

SE INICIA LA AVENTURA

Anoche –domingo diecinueve-, las integrantes de la Caravana de Hambre que mucho habían hablado ya sobre el caso, se reunieron frente a la escuela Centenario de San Pedro, Coahuila, a fin de organizarse y lanzarse a la carretera a la Capital de la República.
Con una solidaridad tal, que en ningún momento titubean, las estoicas mujeres se niegan a señalar a una lideresa, siempre hablan en conjunto y cuando se les pregunta quién las organizó, insisten que: “El hambre y la desesperación de que su gente perezca ante la falta de recursos fue lo que las incitó”.
En un intento de disuadir a las mujeres
             de proseguir la marcha, las autoridades
              intentaron prohibir que se les diera
              agua y alimentos.
Aproximadamente a las 23.00 horas, los miembros de la Caravana, iniciaron la marcha del sitio indicado, a bordo de cuatro camiones facilitados por agricultores de San Pedro, Coahuila.
Las 202 mujeres, la mayoría de ellas vecinas de la propia Ciudad –no campesinas, como en un principio se dijo-, fueron trasladadas hasta el Cerro Bola, un paraje localizado delante de La Cuchilla.
A partir de ese momento, el conjunto marchó a pie hasta la capilla de los traileros donde aproximadamente a las 2 horas 30 minutos, les dio alcance el inspector de policía y trató de disuadirlas a seguir adelante. Sin embargo, no consiguió su objetivo.

LA PRIMERA PARADA

Agentes policíacos les destruyeron  a las manifestantes los mechones que usaban para alumbrarse en las noches, las obligaron a quitar los cartelones que habían destacado a los lados de las carreteras e insistieron en impedir que siguieran adelante.
Pese a la oposición encontrada, las mujeres siguieron adelante hasta el poblado El Sol, donde previamente habían acordado detenerse para descansar de la fatiga que la caminata les provocó. No se cree que puedan avanzar mucho, ya que entre las infelices mujeres van algunas de avanzada edad, mal alimentadas y sobre todo que caminan con infinidad de dificultades.
Un edil del ayuntamiento de San Pedro, Coahuila, se presentó en el improvisado campamento, para exhortar a las doscientas mujeres a volver atrás, a ofrecerles la colaboración necesaria para ello y la promesa de intervenir ante el Gobierno del Estado de Coahuila para solucionar sus problemas.
De nueva cuenta las mujeres reiteraron sus propósitos de seguir adelante e insistir que sólo el Presidente de la República, Licenciado Adolfo López Mateos está en condiciones de solucionar sus problemas.
“No queremos promesas que nunca se cumplen”, insistieron las mujeres, en tono tan decidido que el edil se retiró del lugar donde se origina la presente información.
Igualmente el Presidente Municipal llegó a este lugar.
“Quien quiera desistirse de este movimiento”, les dijo el alcalde, “encontrará la ayuda necesaria”. Prometió después el funcionario municipal una entrevista con el Gobernador del Estado, les indicó que debería formarse una comisión e hizo otros ofrecimientos sin éxito alguno.


EL CAMPAMENTO Y LA ORGANIZACIÓN

A las 14 horas, cuando los rayos del sol eran inclementes, el abigarrado grupo de mujeres tomó posesión de una casa abandonada, al parecer local de una vieja escuela y ahí descansó, para continuar la marcha hoy cuando entre la noche.
Personas de situación económica bonancible de San Pedro, Coahuila, estuvieron haciendo viajes hasta este sitio con alimentos de todas clases. Ya para entonces, los exiguos alimentos con que se lanzaron a la aventura se habían acabado.
“Eran frijoles, chile y tortillas, señor… y poco… Teníamos que dejarles algo, aunque muy poco… a nuestros hijos”.

¿Por qué ustedes y no sus hombres?

Por Eduardo Elizalde Escobedo
Enviado Especial de La Opinión

Lunes 20 de mayo

A las 14 horas, cuando los rayos del sol eran inclementes, el abigarrado grupo de mujeres tomó posesión de una vieja escuela abandonada y ahí descansó para continuar la marcha “hoy cuando entre la noche seguimos caminando”.
Una de las corruptelas más frecuentes en el medio rural de La Laguna
             en aquel entonces y ahora, era vender las cartas de la Presidencia a los
              aspirantes a braceros.
Personas de San Pedro las visitaron ahí, llevándoles alimentos de todas clases, ya que los exiguos alimentos con que se lanzaron a la aventura se habían terminado.
-¿Por qué ustedes y no sus hombres protestan?, preguntó el reportero.
“Ellos se quedaron a cuidar a los niños, a arrimarles algo de comer”, “a ellos los hubieran hecho comunistas (sentido figurado) o las tropas los habrían hecho volver”, “A nosotras nos respetan más, comprenden más nuestro sacrificio”, las voces se escuchaban por doquier, apenas se les entendían las respuestas que todas querían dar, las quejas se producían a montones y todo mundo tenía algo que decir.
-“¿Sabe cuántas familias se quedan a diario sin comer en poblados como San Pedro?”.
-“¿Conoce cómo se explota al trabajador, aprovechando que no hay trabajo?”.
-“A mi viejo le pagan tres pesos por jornada de medio día y tenemos ocho hijos”.
-“Pedro se quería ir de bracero, ¿Sabe cuánto le pedían en la Presidencia?. Quinientos pesos primero y luego trescientos, venden, venden las plazas”.

Para agravar la situación de las caravaneras –en su intento de disuadirlas de la marcha- en una información de San Pedro de las Colonias se informa que no se podrá proporcionar alimentos a la caravana y en otra de Francisco I. Madero se denuncia que se venden las cartas a los braceros. Transcribimos a continuación ambas notas informativas.