Fernando Ramírez López. |
Por Fernando Ramírez López
Para la economía en
crecimiento, en un medio
empresarial cada vez
más competitivo.
“Salvo en alguno de los
países latinoamericanos más pequeños, la dotación de recursos naturales
permitiría mantener a poblaciones mayores en niveles de vida más altos que los
actuales, si pudieran movilizarse las inversiones para aprovecharlos, aunque
esos recursos generalmente no están bien equilibrados ni son de fácil acceso”.
CEPAL. Población y
Desarrollo en américa Latina
La
propuesta de un nuevo orden internacional tuvo su origen en el Club de Roma. En
esta ocasión nos ocupamos de un tema de vital importancia para las generaciones
actuales y futuras; la eliminación de injusticias patentes entre países e
individuos con el fin de crear mejores condiciones de vida, donde la dignidad y
bienestar se conviertan en un derecho inalienable de todos.
Nuestros
objetivos básicos, sirven de sustento para la formulación específica de
políticas sociales, en consecuencia deben traducirse a enunciado de intención
más sólidos, como es el caso de la producción de alimentos, de construcción de
viviendas y de un sistema legal justo para una adecuada impartición del
derecho.
Entendemos
por orden social el grupo o conjunto de todas las instituciones que globalmente
constituyen una sociedad y controlan los medios de realización de los objetivos
de la misma.
Definimos
el orden internacional como el conjunto de todas las relaciones e instituciones
formales e informales que unen a los habitantes de diversos países. Otro
concepto fundamental es el de la estructura de poder.
Entre
todos los individuos y las instituciones existentes en el mundo. El poder es un
concepto multidimensional y tiene diversos componentes: violencia física,
carácter económico, coaliciones y los organismos monopoloides, posesión de
recursos escasos, las costumbres o la ley y las ideas.
En
consecuencia los cambios del orden internacional tienden a corregir
desigualdades y desequilibrios existentes. Muchos países nuevos, habiendo
ganado su independencia política se encuentran atados todavía a la dependencia
económica.
Durante
mucho tiempo se pensó que la solución a este problema era la ayuda y la
asistencia, lo que en esencia se busca es la reciprocidad benéfica entre países
ricos y países pobres.
De
otro modo, la brecha que ahora existe entre estos grupos de países representará
cada vez más una amenaza potencial a la paz y a la seguridad internacionales.
Además
la dependencia del mundo en desarrollo frente al desarrollado está cambiando;
de hecho en ciertos casos se ha invertido. Muchos países desarrollados se
encuentran también en graves dificultades económicas. El sistema internacional
de relaciones económicas y comerciales vigentes empieza a ser inadecuado para
las necesidades de la comunidad mundial en su conjunto. Este es un nuevo
incentivo para la creación de un nuevo orden económico.
Así,
el crecimiento rápido de las empresas trasnacionales ha sido uno de los grandes
fenómenos que han configurado el orden internacional existente. Se estima
además que las empresas trasnacionales controlan ahora una porción creciente
del comercio internacional.
La
evolución del “viejo” orden internacional favoreció el desarrollo de la
estructura de producción de los países del centro frente a los países de la
periferia. Se estableció progresivamente un sistema cuyos objetivos y
principios estimulaban el crecimiento y la expansión trasnacional de las
empresas nacionales de los países del centro.
Como
fenómeno de la ciencia social constituyen una de las expresiones principales de
la expansión trasnacional del capitalismo contemporáneo. Para lograr un
equilibrio en el establecimiento de un nuevo orden internacional, respecto de
la inversión extranjera en países en vías de crecimiento como es el caso de
México, es necesario considerar el funcionamiento de los límites exteriores que
en este contexto, el funcionamiento de las interacciones existentes entre los
procesos naturales y los sociales. Se
requiere una gran revisión de la energía solar y los recursos renovables,
prestando atención especial a las tecnologías para el uso descentralizado de las
fuentes de energía no convencionales.
Deben
crearse organismos nacionales con responsabilidades para la administración
mundial de los recursos. A nivel internacional debe definirse el régimen de los
espacios colectivos y crearse un organismo para la explotación de sus recursos
en beneficio del sector más pobre de la población mundial.
Es
decir la inversión extranjera debe darse en un trato más igualitario entre
países periféricos y desarrollados, como es el caso de China y la Unión
Americana. Deben dirigir sus esfuerzos hacia actividades productivas y
rentables de coordinación de políticas comunes y de aprovechamiento racional de
recursos naturales, ambientales y de localización.
Esto
debe generar una gran armonía, entre los planes económicos generales del país y
los específicos de los inversionistas, para darle una adecuada dimensión al
desarrollo. Este es el reto común, crecer bajo el esquema de la correspondencia
económica mutua. En esto debe estar bajo la lupa incluso la explotación de
yacimientos minerales y de los océanos.
Así
pues un nuevo orden-inversiones productivas, debe generar un espíritu de
cooperación colectiva que nos permita aspirar a la construcción de un mundo más
recíproco e igualitario; al fin de cuentas tenemos un solo planeta y debemos
convertirlo no solo más equitativo en la generación de una mayor cantidad de
recursos alimenticios y financieros; sino que bajo el esquema tecnológico, de
investigación y social, nos debe alentar un propósito superior; aprovechar de
cada quien sus capacidades, para que conjuntamente nos haga posible la
construcción de un mundo más equilibrado, donde aprovechemos de común acuerdo
nuestra riqueza económica y de recursos naturales cuyo propietario común es la
humanidad.
Teléfono celular:
871 163 3813
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