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24 de noviembre de 2013

La Agonía de Torreón y el Bono de Marcha

José María Mena
Rentería.
Torreón es una ciudad en agonía y ese estado deriva de la inseguridad que prevalece y que las autoridades constituidas no han podido combatir eficientemente, y es que Eduardo Olmos Castro, alcalde en funciones es ausente además de inepto. La buena noticia es que le quedan menos de cuarenta días como primera autoridad de La Perla de la Laguna, la mala es que su sucesor Miguel Ángel Riquelme según lo visto, no es mucho mejor que el que se va. La columna de José María Mena Rentería se publicó en la edición de noviembre de El Periódico de Saltillo.  

La de Torreón es una ciudad en agonía. Su postración deriva de la inseguridad que las autoridades, estatales y municipales, son incapaces de revertir. En su seno, la comisión de todo tipo de delitos van impunes en tanto a los habitantes de la otrora “Perla de La Laguna”, no queda sino esperar que la violencia no los alcance.
Ocioso es puntualizar en la gama de crímenes que los agobian. De tiempo atrás y ante una incompetencia manifiesta, la ciudadanía ha perdido toda credibilidad en sus autoridades.
Entre ellas, la que pudiese corresponder al presidente municipal Eduardo Olmos Castro, que en tuerto afán, la define valedera. Por ejemplo, la de restauranteros como los que días atrás cerraron sus negocios como acto de protesta debido a los asaltos a mano armada y vejaciones sufridos por todos un día sí y otro también.
Eduardo Olmos Castro.
¿Y qué dice el Edil al respecto? Lo que continuamente menciona: La “coordinación” bajo la que, según su decir, actúan las policías municipal, estatal y federal, milicia incluida, solo que…sin resultados que permitan palpar un abatimiento real de índice delictivo. De ahí que la de Torreón sea una ciudad en agonía.
Lo palpable es que en su perímetro urbano y alrededores, la violencia y la comisión de delitos de toda laya azotan por doquier. Exactamente en el área donde el gobernador Rubén Moreira Valdés expresara, días atrás, el supuesto de que “los torreonenses están a toda madre”.
“Bono de marcha”
Para regidores, síndicos y funcionarios no habrá “bono de marcha”, o sea, el saqueo rutinariamente cometido en perjuicio de la comunidad “disfrazado” con ése término, para que los ubicados a nivel gobierno municipal en turno, tarasqueen el ya muy trasculcado erario público.
Tan “buena noticia” emitió a finales de octubre del año en transcurso, el alcalde Eduardo Olmos Castro, puesta la mira -con sus adláteres- en el objetivo de reunir poco más de 40 millones de pesos para entregar aguinaldos en diciembre próximo.
De Natalia Virgil Orona, síndica del Ayuntamiento, deriva diferente concepto: Aunque quisieran “bono de marcha”, ya no hay dinero para ello”.
No importa, pues según la funcionaria municipal “ya se lo dieron muchos durante cuatro años”. La prueba, según agregó, “es la devastadora situación en que se encuentran las finanzas municipales”.
Evaluar tal caso, finalmente, corresponde a usted, amable lector, ciudadano que paga impuestos y todo lo que los gobiernos estatal y municipal exigen…a cambio de una rapiña inocultable.
mena_josemaria@hotmail.com.mx

Torreón a la carta

Fidencio Ttreviño
Maldonado.
Por la inseguridad pública que por estos días hay en Torreón, vivimos en una ciudad ideal para la práctica de experiencias extremas, dice en el presente artículo Fidencio Treviño Maldonado, vecino de Matamoros de la Laguna, colabora Treviño Maldonado en El Periódico de Saltillo, así como en muchos otros medios regionales, entre otros la revista Siglo Nuevo que se encarta cada dos semanas en El Siglo de Torreón.

Cali, Colombia, febrero de 1986, restaurant-bar “La Garza Blanca”, son las 2:30 de ese hermoso día, dos o tres mesas desocupadas en el amplio local de comida, en donde los productos de tierra, mar y aire, se pueden (aún existe el restaurante) disfrutar. Dos Motocicletas aparcan a un lado de la amplia entrada, un coche compacto también, de cada motocicleta baja un hombre y del coche bajan dos, no esconden las armas, uno lleva fusil, los otros tres armas cortas: “Sigan disfrutando su comida y si hacen lo que les decimos nadie saldrá lastimado, en esta valija (bolsa) van a depositar su cartera y todo lo de valor”, le ordenaron a la clientela los sujetos armados.
Los más de setenta clientes, la caja registradora y hasta los empleados de la cocina fueron auscultados, y en menos de 5 minutos se despidieron “No llamen a la guardia y buen provecho”, les advirtieron a las víctimas, para raudos partir en los vehículos en que llegaron.
Después en Colombia se hizo cotidiano asaltar bares y restaurantes, hasta que con letreros afuera de los comercios de comida donde se señalaba que ese comercio estaba resguardado por personas armadas, ya que algunos restaurantes tenían permiso para tener armas y vigilantes armados, de ésta y otras formas de defensa fueron terminando con este flagelo.
Torreón ya fue objeto de este tipo de atracos, y cómo va la cosa ni parando o cerrando restaurantes se va detener la ola de asaltos, la única forma, dicen algunos de los agraviados, es combatir el fuego con fuego, como se hizo en Colombia, Brasil, Saigón y Manila entre otros países.
Torreón al igual que cientos de ciudades en el país, son objeto de todo tipo de ilícitos, mientras el presidente municipal Eduardo Olmos y el mismo Gobernador del Estado Rubén Moreira, promueven el turismo en Europa, y a gusto y gustosos se ven en lujosos restaurantes con opíparas viandas en compañía de la “Comisión” que acompaña a esta promoción para que visiten Torreón, mientras también el ejército hace su talacha y quita o cambia armas por aparatos eléctricos o despensas.
Sin embargo, los malandros armados tienen a los torreonenses a su entera disposición, y ni tan siquiera en los restaurantes dan tregua, ya ni comer a gusto dejan. Primero, los antros y bares que fueron barridos por acero y plomo y están cerrados. Ahora Torreón luce y ofrece al turismo y a los laguneros muchos restaurantes ya solitarios, esa es la tónica, que como arrastre o añadidura deja cientos o miles de hogares en desamparo: cocineros, meseros, proveedores y empleados que viven del negocio restaurantero.
Dicen que ya cayeron tres de los asaltantes, y que a los otros maleantes también se les tienen identificados y ubicados... y según el gobernador, es asunto olvidado...
Con el transcurso del tiempo -si seguimos así- es probable que a los clientes en los restaurantes se les muestre la carta que ofrezca: Huevos rancheros, acompañados de una Colt 45; o si prefiere una milanesa a la tampiqueña que incluye un AK 47, y así cada bebida o comida incluya un R 15, balas de 9 mm, etc. ¿Usted qué apetece de comida o qué bebida le acomoda?.
kinotre@hotmail.com