Jesús Máximo Moreno Mejía. |
Basta navegar por twitter o facebook para percatarse de que nuestro México
es la nación más ignorante y desinformada del mundo por lo resulta sumamente
negativa la percepción de los que nos espera ante un nuevo año y por lo que en lugar
de una percepción optimista el pronóstico es pesimista tal como le ocurre a Jesús
Máximo Moreno Mejía
cuando habla de lo que vendrá en el naciente 2016.
“El ánimo se pierde cuando todo nos es
adverso…
Frank Crane
Debería invadirnos el optimismo al
iniciarse el 2016, pero de nueva cuenta la ansiada ilusión de que todo mejorará,
desaparece y hace perder el ánimo al común de la gente, pues no vemos cambios
positivos en el ámbito social, en el político y el económico de nuestro
vapuleado país.
Sin embargo, Frank Crane (a quien
citamos en el epígrafe parcial de este artículo) señala que cuando todo es
adverso es el ánimo el que requerimos, lo que equivale a “tener que seguir
remando contra corriente”.
Evitando entrar en discusiones
técnico-pedagógicas, nos concretamos a opinar que la educación en México ha
sido un rotundo fracaso en cada sexenio, al grado tal de que según un reciente
estudio internacional califica a nuestra nación como la más ignorante del
mundo.
De nada nos sirve que presumamos estar
inmersos en la globalización en materia de tecnologías de la información, la
que aparentemente está al alcance de una gran mayoría (celulares, tablet,
internet), pues irónicamente la desinformación prevalece si no existe una
efectiva educación en el hogar y en la escuela.
Un estudio de Ipsos Mori Social Research Institute, titulado “Las percepciones no
son la realidad: cosas en las que el mundo se equivoca”, basado en encuestas
realizadas en 33 países con preguntas tan generales como estar enterados de las
últimas noticias en materia de obesidad, inmigración, religión y pobreza, tomando
en cuenta indicadores nacionales al alcance de todos en internet y en
instituciones públicas de educación
Los resultados de ese estudio fueron
desastrosos para México, pues encabezamos la lista de los países con mayores
índices de desinformación e ignorancia sobre la realidad de la nación.
Y es que la ignorancia no se mide
solamente por los conceptos que adquirimos en la escuela y las universidades,
sino que se mide por la curiosidad para indagar sobre el mundo que nos rodea,
conocernos a nosotros mismos y el lugar que habitamos.
En lo político también andamos mal, pues
sólo nos conformamos con criticar todo lo que hacen los gobernantes (por lo
regular en beneficio propio o de su partido; nunca actuando por el bien común),
sin proponer soluciones concretas, y en el peor de los casos adoptando la
postura cómoda de dejar hacer, dejar pasar.
Cierto es que hay organizaciones no
gubernamentales (ONG’s) que realizan tareas tales como la búsqueda de la
transparencia en el manejo de los recursos públicos, de la defensa de los
derechos humanos, etc., pero su actuación no es apoyada por la mayoría de los
ciudadanos, antes bien están éstos a que les otorguen “apoyos” (dádivas) a
cambio de ir a aplaudir y echarle “porras” al político en turno.
Por cierto, si a finales de 2015 hemos
visto actividades tendientes a la obtención de una candidatura para gobernar su
estado, su municipio, e incluso la nación, en este 2016 las acciones se
redoblarán, tanto por parte de los partidos políticos más destacados como por
las agrupaciones “políticas” que sólo buscan allegarse algo de los recursos que
otorgan las instituciones electorales.
En anterior colaboración nuestra,
publicada en diciembre, se comentaba que cuando menos había una veintena de
“calefactos” (que en el argot político significa: aspirante con muchas ganas de
llegar a ser nominado), sin embargo la cifra irá creciendo a partir del
presente mes en Coahuila.
Incluso a nivel nacional, a dos años y
medio de la sucesión presidencial, ya existen precandidatos (son candidatos
hasta que se oficialice su nominación) que en algunos casos se consideran como
“seguros” por parte de su partido político, como es el caso del eterno
aspirante Andrés Manuel López Obrador.
Por lo que hace al problema económico,
nos circunscribiremos a comentar que la empresa paraestatal Petróleos Mexicanos
(Pemex) está teóricamente en quiebra, pues tiene una serie de lastres que la
han hecho retroceder financieramente, con todo y las reformas estructurales
(energética y fiscal).
Por un lado están los ingresos del
producto, los que han caído estrepitosamente al fijársele un precio
internacional cada vez más bajo, independientemente de sumarse una disminución
paulatina y sistemática de la producción de crudo.
La combinación de la caída de precios y
de producción ha generado un desplome en los ingresos de Pemex. Y si a lo
anterior agregamos que tiene también una estructura abultadísima de costos por
el descomunal número de empleados (130,000) y de jubilados (85,000), el
problema de la paraestatal es sumamente grave.
La crisis de Pemex, incluso, está
arrastrando a los proveedores, quienes tienen un continuo retraso para el pago
de sus facturas (hasta 180 días en muchos casos), pero para “agilizar” los
adeudos se ideó un esquema mediante el cual Nafinsa paga las deudas, pero para
ello se descuenta entre un 5 y un 6 % a cada una de las facturas.
Y para que referirnos a la corrupción
que impera en Pemex, lo mismo a nivel empresarial que sindical, lo que origina
que la paraestatal esté hundiéndose cada vez más y que no sea un atractivo para
los inversionistas, en caso de querer privatizarla.
Todo lo anterior son muestras de cómo
andamos en materia social (con un índice de pobreza cada vez mayor), en lo
político y en lo económico, de manera que cada quien interprete lo que nos
espera para este año nuevo, sobre todo porque nadie hace nada para “enderezar
el barco”, comenzando por el presidente Peña Nieto.
¡Hasta la próxima!