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12 de febrero de 2016

Sobre antojos y prácticas sexuales inusuales

Mujer en el árbol
Enamorarse de un maniquí, frotarse con árboles, excitarse con palabrotas… No, no es cosa de ‘personas raras’

Verónica Maza Bustamante
Verónica Maza Bustamante periodista y sexóloga mexicana da inicio a una nueva etapa como comunicadora al iniciar su participación en la sección Sexo en la Prensa del sitio Hablemos de Sexo y Amor y como bienvenida fue entrevistada por Anna Rosales. La también escritora autora del libro El Motel de los antojos prohibidos trabaja principalmente en los medios de Grupo Milenio. Imagen pixabay.com. La entrevista se publicó el 9 de Febrero del 2016 en Hablemos de Sexo y Amor.

Siempre que haya consenso entre las personas involucradas y no haya daños a terceros, la búsqueda del placer en principio no tiene por qué tener fronteras, comenta la escritora y educadora sexual mexicana Verónica Maza Bustamante (*).
A propósito de su libro El Motel de los Antojos Prohibidos, que editó junto con el caricaturista Antonio Helguera, Hablemos de Sexo y Amor conversó con ella.
En tu libro hablas de 21 prácticas sexuales poco conocidas, que también podríamos llamar parafilias. Quizás debamos comenzar con la definición del término.
Yo prefiero utilizar el término prácticas sexuales. Se trata de aquellas prácticas eróticas que se salen de lo común de lo que se conoce como “eróticamente correcto”, es decir de la postura del misionero y unas  cuantas otras, generalmente desde una perspectiva heterosexual, muchas veces con fines reproductivos. Todo lo que se sale de esto, y que es un enorme abanico de posibilidades, fue en un momento catalogado  en lenguaje sexológico como parafilias. Pero después vino una corriente que se puso a trabajar en el cambio del término pues en realidad estas prácticas no son malas por naturaleza, al contrario, a veces pueden beneficiar la vida erótica de las personas.
¿Cuáles son las prácticas inusuales más comunes?
Hoy en día todo lo que esté relacionado con BDSM, prácticas de sumisión y dominación son más las comunes. Desde que salió la película Las sombras de Grey y toda esta serie de libros, se impuso mucho la experimentación de estas prácticas. El fetichismo también es muy común, tiene que ver con enfocar tu excitación en algún objeto o puede ser incluso un tipo de persona. Así como hay fetichistas de zapatos, también hay fetichistas de personas con sobrepeso o de personas muy delgadas o personas con mucho o poco vello. Estas son de las más comunes y ya después de ahí se va dividiendo el gusto.
¿Cómo fue la selección de estas 21 prácticas, por qué te animaste a profundizar en unas más que otras?
Yo tenía una lista como de 500 prácticas eróticas. Nuestro primer filtro fue que todas las prácticas que aparezcan en el libro, sean sanas, seguras y consensuadas, las tres reglas de oro para que el sexo sea positivo y benéfico para el ser humano. Fuimos rigurosos, pensando en cada una de esas prácticas, observamos a quiénes involucraba, qué espacios se utilizaban y de qué manera se ejercía para hacer la selección y nos quedaron como unas 250 prácticas. Y de esas 250 escogimos las más divertidas, las más curiosas, y nos decantamos por 21.
¿Cuál práctica te parece la más divertida y cuál la más extraña de las que has estudiado?
El motel de los antojos prohibidos
De las más extrañas es la excitación por los maniquíes que se llama Pigmalionismo, que viene de Afrodita, quien al ser diosa y estar conmovida por la búsqueda de Pigmalión hizo que una estatua (de una mujer con las características que Pigmalión buscaba) se volviera una mujer de carne y hueso. Ahí podemos ver el origen, de dónde viene esto de la industria erótica, en específico, de las muñecas inflables.
Otra práctica curiosa es la Dendrofilia, que es la excitación por el reino vegetal, es decir, por las plantas y las flores. Cuando estaba investigando esa práctica, me acordé de que cuando yo era niña sentí placer genital un día que me subí a un árbol. Bueno, fue un día y los posteriores, pues era un árbol cerca de mi casa, al cual yo me trepaba cada vez que podía, claro, cuando rozaba mis genitales para acomodarme en determinada posición, yo pensaba: claro ¡si este árbol es lo máximo! (risas).
¿Qué tipo de prácticas sexuales has encontrado que estén, digamos, de moda entre los jóvenes en la actualidad?
El Dogging, que es la práctica del sexo en vía pública, pero en lugares donde está permitido. Estos encuentros son con personas que no se conocen y que se contactan a través de las redes sociales, del Tinder y de todas estas aplicaciones que existen hoy para tener encuentros casuales. Entonces la gente hace citas y dice pues oye nos vemos en este lugar. Y cada ciudad tiene sus espacios. Por mencionar algunas, el parque de la ciudadela, la ciudad universitaria o el último piso del aeropuerto, son lugares que la comunidad Dogger ya tiene ubicados, ya que no hay vecinos cerca y la policía se hace de la vista gorda porque ya existe esta estructura y ya se va armando todo este tipo de manifestaciones sociales.

Otra práctica conocida entre jóvenes es el vampirismo, que es una práctica interesante porque tiene mucho de juegos de rol y de excitación.

Se trata de chicos y chicas que les gusta mucho el personaje de vampiro y entonces integran esta idea a su práctica erótica. Se liman los colmillitos y tienen un aspecto vampírico y juegan un poco con cosas de la sangre o con algo parecido que les den una idea de sangre, porque les excita pensar en la idea de ser vampiros o de dejarse seducir por un vampiro o una vampiresa. De hecho hay bastante material con este tema.
¿Otras prácticas existen para un público más general?
Como una práctica sexual para todo público, pero que tiene popularidad con los más jóvenes es la melolagnia, que es la excitación con la música. Esta yo la catalogo en el rubro de las más comunes, porque son tan comunes que ni nos damos cuenta que estamos practicando una manifestación del erotismo. Escuchando música te excitas. Hay personas que me dicen que pensaban que eran melómanos, que les gusta mucho la música. Pero esto va más allá, la melolagnia, no es solo que te guste la música si no que la uses para la excitación. Te imaginas teniendo relaciones eróticas con determinadas canciones o melodías o letras. Incluso andar con músicos, como las groupies, tiene algo de Melonagmia, pues se excitan al estar cerca de músicos.
O sea que siempre que sea consensuado y que no dañes a terceros puedes hacer lo que quieras con tu cuerpo y tu sexualidad
Así es. Que si vas a practicar bondage, por ejemplo, que lo hagas con una buena soga o una tela de seda. Que frecuentes espacios donde no haya interrupciones o donde no vaya a llegar alguien y afectar tu práctica. Que la relación en sí sea segura y sana, que no tenga consecuencias psicológicas ni para tu salud ni tu alma y que lo hagas con preservativos, con anticonceptivos y con conocimiento de todos estos riesgos que implican las prácticas no sólo eróticas. Tener claros los riesgos y regalos de la vida.

Puedes encontrar el libro El Motel de los Antojos Prohibidos en E-book en diferentes plataformas en Internet.  Editorial Grijalbo/Penguin Randon House.


(*)Verónica Maza Bustamante es Periodista y orientadora sexual mexicana. Trabaja, entre otros medios, para el Grupo Milenio/WRadio y Radio UdeG.  La conocida también como @draverotika tiene su cuenta en Facebook inicia este 2016 sus contribuciones para la sección Sexo en La Prensa para Hablemos de Sexo y Amor.