Mujer en el árbol |
Enamorarse de un maniquí, frotarse
con árboles, excitarse con palabrotas… No, no es cosa de ‘personas raras’
Verónica Maza Bustamante |
Verónica
Maza Bustamante
periodista y sexóloga mexicana da inicio a una nueva etapa como comunicadora al
iniciar su participación en la sección Sexo en la Prensa
del sitio Hablemos de
Sexo y Amor y
como bienvenida fue entrevistada por Anna Rosales.
La también escritora autora del libro
El Motel de los antojos prohibidos trabaja principalmente en los medios de Grupo Milenio. Imagen pixabay.com. La entrevista se publicó el 9 de Febrero del 2016 en Hablemos de Sexo y Amor.
Siempre que haya consenso entre las
personas involucradas y no haya daños a terceros, la búsqueda del placer en
principio no tiene por qué tener fronteras, comenta la escritora y educadora
sexual mexicana Verónica Maza Bustamante (*).
A propósito de su libro El Motel de los
Antojos Prohibidos, que editó junto con el caricaturista Antonio Helguera,
Hablemos de Sexo y Amor conversó con ella.
En tu libro hablas de 21 prácticas
sexuales poco conocidas, que también podríamos llamar parafilias. Quizás
debamos comenzar con la definición del término.
Yo prefiero utilizar el término
prácticas sexuales. Se trata de aquellas prácticas eróticas que se salen de lo
común de lo que se conoce como “eróticamente correcto”, es decir de la postura
del misionero y unas cuantas otras,
generalmente desde una perspectiva heterosexual, muchas veces con fines
reproductivos. Todo lo que se sale de esto, y que es un enorme abanico de
posibilidades, fue en un momento catalogado
en lenguaje sexológico como parafilias. Pero después vino una corriente
que se puso a trabajar en el cambio del término pues en realidad estas
prácticas no son malas por naturaleza, al contrario, a veces pueden beneficiar
la vida erótica de las personas.
¿Cuáles
son las prácticas inusuales más comunes?
Hoy en día todo lo que esté relacionado
con BDSM, prácticas de sumisión y dominación son más las comunes. Desde que
salió la película Las sombras de Grey y toda esta serie de libros, se impuso
mucho la experimentación de estas prácticas. El fetichismo también es muy
común, tiene que ver con enfocar tu excitación en algún objeto o puede ser
incluso un tipo de persona. Así como hay fetichistas de zapatos, también hay
fetichistas de personas con sobrepeso o de personas muy delgadas o personas con
mucho o poco vello. Estas son de las más comunes y ya después de ahí se va dividiendo
el gusto.
¿Cómo
fue la selección de estas 21 prácticas, por qué te animaste a profundizar en
unas más que otras?
Yo tenía una lista como de 500 prácticas
eróticas. Nuestro primer filtro fue que todas las prácticas que aparezcan en el
libro, sean sanas, seguras y consensuadas, las tres reglas de oro para que el
sexo sea positivo y benéfico para el ser humano. Fuimos rigurosos, pensando en
cada una de esas prácticas, observamos a quiénes involucraba, qué espacios se
utilizaban y de qué manera se ejercía para hacer la selección y nos quedaron
como unas 250 prácticas. Y de esas 250 escogimos las más divertidas, las más
curiosas, y nos decantamos por 21.
¿Cuál
práctica te parece la más divertida y cuál la más extraña de las que has
estudiado?
El motel de los antojos prohibidos |
De las más extrañas es la excitación por
los maniquíes que se llama Pigmalionismo, que viene de Afrodita, quien al ser
diosa y estar conmovida por la búsqueda de Pigmalión hizo que una estatua (de
una mujer con las características que Pigmalión buscaba) se volviera una mujer
de carne y hueso. Ahí podemos ver el origen, de dónde viene esto de la
industria erótica, en específico, de las muñecas inflables.
Otra práctica curiosa es la Dendrofilia,
que es la excitación por el reino vegetal, es decir, por las plantas y las
flores. Cuando estaba investigando esa práctica, me acordé de que cuando yo era
niña sentí placer genital un día que me subí a un árbol. Bueno, fue un día y
los posteriores, pues era un árbol cerca de mi casa, al cual yo me trepaba cada
vez que podía, claro, cuando rozaba mis genitales para acomodarme en
determinada posición, yo pensaba: claro ¡si este árbol es lo máximo! (risas).
¿Qué
tipo de prácticas sexuales has encontrado que estén, digamos, de moda entre los
jóvenes en la actualidad?
El Dogging, que es la práctica del sexo
en vía pública, pero en lugares donde está permitido. Estos encuentros son con
personas que no se conocen y que se contactan a través de las redes sociales,
del Tinder y de todas estas aplicaciones que existen hoy para tener encuentros
casuales. Entonces la gente hace citas y dice pues oye nos vemos en este lugar.
Y cada ciudad tiene sus espacios. Por mencionar algunas, el parque de la
ciudadela, la ciudad universitaria o el último piso del aeropuerto, son lugares
que la comunidad Dogger ya tiene ubicados, ya que no hay vecinos cerca y la
policía se hace de la vista gorda porque ya existe esta estructura y ya se va
armando todo este tipo de manifestaciones sociales.
Otra
práctica conocida entre jóvenes es el vampirismo, que es una práctica
interesante porque tiene mucho de juegos de rol y de excitación.
Se trata de chicos y chicas que les
gusta mucho el personaje de vampiro y entonces integran esta idea a su práctica
erótica. Se liman los colmillitos y tienen un aspecto vampírico y juegan un
poco con cosas de la sangre o con algo parecido que les den una idea de sangre,
porque les excita pensar en la idea de ser vampiros o de dejarse seducir por un
vampiro o una vampiresa. De hecho hay bastante material con este tema.
¿Otras
prácticas existen para un público más general?
Como una práctica sexual para todo
público, pero que tiene popularidad con los más jóvenes es la melolagnia, que
es la excitación con la música. Esta yo la catalogo en el rubro de las más
comunes, porque son tan comunes que ni nos damos cuenta que estamos practicando
una manifestación del erotismo. Escuchando música te excitas. Hay personas que
me dicen que pensaban que eran melómanos, que les gusta mucho la música. Pero
esto va más allá, la melolagnia, no es solo que te guste la música si no que la
uses para la excitación. Te imaginas teniendo relaciones eróticas con
determinadas canciones o melodías o letras. Incluso andar con músicos, como las
groupies, tiene algo de Melonagmia, pues se excitan al estar cerca de músicos.
O
sea que siempre que sea consensuado y que no dañes a terceros puedes hacer lo
que quieras con tu cuerpo y tu sexualidad
Así es. Que si vas a practicar bondage,
por ejemplo, que lo hagas con una buena soga o una tela de seda. Que frecuentes
espacios donde no haya interrupciones o donde no vaya a llegar alguien y
afectar tu práctica. Que la relación en sí sea segura y sana, que no tenga
consecuencias psicológicas ni para tu salud ni tu alma y que lo hagas con
preservativos, con anticonceptivos y con conocimiento de todos estos riesgos
que implican las prácticas no sólo eróticas. Tener claros los riesgos y regalos
de la vida.
Puedes encontrar
el libro El Motel de los Antojos Prohibidos en E-book en diferentes plataformas
en Internet. Editorial Grijalbo/Penguin
Randon House.
(*)Verónica Maza
Bustamante es Periodista y orientadora sexual mexicana. Trabaja, entre otros
medios, para el Grupo Milenio/WRadio y Radio UdeG. La conocida también como @draverotika tiene
su cuenta en Facebook inicia este 2016 sus contribuciones para la sección Sexo
en La Prensa para Hablemos de Sexo y Amor.