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7 de mayo de 2011

El Paraíso del Sabor

El gusto, la vista, el olfato son los tres principales sentidos involucrados en el buen comer y es a través de la mesa como los humanos obtenemos uno de nuestros mayores placeres motivo por el que le presentamos en nuestra sección de cocina cuatro recetas que sin duda disfrutará, lo mismo al prepararlas que al consumirlas.

Pierna de cordero rellena

Ingredientes: 1 pierna de cordero deshuesada (2 kg), 200 gr de champiñones laminados, 5 zanahorias, 1 pimiento, 1 cebolla, 2 escalonias picadas, 4 rebanadas de pan, 200 ml de caldo de carne, 150 ml de vino blanco seco, 1 ramito de hierbas aromáticas (tomillo, mejorana, perejil), 1 clavo de especie, Aceite de oliva, Mantequilla, Sal y pimienta.

Preparación: Freír las escalonias; añadir las zanahorias y el pimiento, cortados en daditos y rehogar todo unos minutos. Incorporar los champiñones, la miga de pan, desmenuzada y las hierbas aromáticas picadas. Salpimentar y mezclar todo bien. Rellenar la carne con esta preparación, atarla con un bramante y ponerla en una fuente honda. Bañarla con el vino, agregar la cebolla cortada en gajos, el clavo de especie y algunas hierbas aromáticas y dejarlo marinar durante 6 horas., dándole la vuelta de vez en cuando, para que quede impregnada. Retirar la carne, quitarle el bramante y reservarla al calor. Pasar el jugo de la cocción por un colador fino y cocerlo hasta que se haya recudido hasta la mitad. Servir la pierna de cordero con verduras y salsa aparte.

Escalopas de Pavo Rellenas de Jamón

Ingredientes. 4 escalopas de pavo, 8 lonchas de jamón, 350 gr de guisantes, 4 cebollitas tiernas, 50 ml de Madeira, Mantequilla, Sal y Pimienta.

Preparación: Cocer los guisantes y las cebollitas tiernas, cortadas en gajos, en agua salada, hasta que estén tiernos. Escurrir y reservar al calor. Con un cuchillo afilado, hacer en cada escalopa, 2 incisiones horizontales profundas, pero sin llegar a cortarlas del todo. Colocar en el interior de cada una de ellas una loncha de jamón y sujetarlas con un palillo de madera. Sazonar con sal y pimienta y freírlas en 20 gr de mantequilla durante 7 minutos por cada lado. Retirarlas y desgrasar la sartén con el vino de Madeira. Servir las escalopas inmediatamente regadas con salsa, acompañadas con los guisantes y las cebollitas reservados. Decorar con limones o alguna fruta tropical. La carne de pavo que en la actualidad se puede encontrar deshuesada y preparada en filetes y escalopas, es casi igual que la del pollo y se prepara igual. La parte de las pechugas, que es la que se vende para filetes, es muy magra y es un excelente recurso para quiénes deban seguir algún tipo de dieta, pues tiene menos calorías que la pechuga de pollo.

Redondo de Ternera con Hortalizas

Ingredientes: 1 filete de ternera, 1 loncha gruesa de jamón, 100 ml de vino blanco seco, 100 gr de guisantes, 100 gr de habas, 3 zanahorias, 2 nabos, 1 escalonia, 1 ramito de hierbas aromáticas, Mantequilla, Sal y pimienta.

Preparación: Cortar la loncha de jamón en tiritas y, con el instrumento adecuado, introducirlas en la carne. En una cazuela de fondo grueso, calentar 20 gr de mantequilla. Incorporar la carne, salpimentarla y rehogarla hasta que esté dorada por todos los lados. Retirar y, en la misma grasa, freír la escalonia muy picada hasta que empiece a tomar color. Reincorporar la carne, agregar el ramito de hierbas aromáticas y regarla con el vino. Tapar y dejar cocer, a fuego suave, durante unos 15 o 20 minutos. Pelar y cortar los nabos y las zanahorias en daditos y cocerlos, por separado, en un poco de agua salada y una nuez de mantequilla hasta que el líquido se haya evaporado. Escaldar las habas en agua hirviendo durante un par de minutos, escurrirlas y pelarlas. Cocer los guisantes en agua salada y escurrir bien. En un cuenco, mezclar todas las hortalizas. Añadir 2 cucharadas de mantequilla fundida y mezclar todo delicadamente. Servir la carne rodeada de hortalizas, decorada con unas ramitas de perejil.

Salmonetes Miel Romero

Ingredientes: 800 gr de de salmonetes, 1 limón, 1 cucharada de miel de romero, 1 cucharada de bayas rojas, Romero fresco, Aceite de oliva, Sal al gusto, Pimienta.

Preparación: Descamar los salmonetes y lavarlos. Quitarles la cabeza y la espina central y dividirlos en filetes. En una sartén, calentar, a fuego suave, un chorrito de aceite junto con unas hojitas de romero. Añadir los filetes de pescado y freírlos unos minutos por cada lado, sin que lleguen a tostarse demasiado. Retirarlos y reservarlos al calor. Agregar al fondo de la cocción el zumo del limón, la miel de romero y unas cuantas bayas rojas, ligeramente aplastadas; sazonar con sal y pimienta y cocer, a fuego suave, durante unos minutos, sin dejar de remover. Regar los salmonetes con la salsa preparada y servirlos inmediatamente decorados con gajos y hojas de limón.

Relato de un Testigo de la Tragedia de San Fernando

Éste relato llegó a través de un contacto de HOTMAIL y FACEBOOK, en realidad se desconoce si es verídico pero se refiere al tipo de sucesos que nos tienen hasta la madre a los mexicanos y nos hace exigir a las autoridades: ¡SI NO PUEDEN, RENUNCIEN! Es el momento en que todos debemos apoyar a ciudadanos de calidad moral como JAVIER SICILIA que con su silencio lanzan un grito estruendoso de protesta.

El autobús de la línea ADO hacia su parada obligatoria en la ciudad de San Fernando, Tamaulipas con destino a Reynosa. Llegaron a la terminal, bajaron dos personas y subieron cuatro, haciendo un total de 15 pasajeros en el autobús. Salió de la terminal para seguir su ruta, eran las 8 y media de la noche del 25 de marzo del 2011, salieron rápidamente del pequeño pueblo, no querían ser víctimas de los delincuentes que operan en la ciudad, sin embargo, esa noche sería la última que temerían, pues ya los estaban esperando.
Las calles de San Fernando se vacían a las 6 de la tarde. El pequeño poblado queda como pueblo fantasma al caer la noche, nadie sale de sus casas, todos se resguardan por el miedo a Los Zetas. Solo se pueden ver algunas camionetas de lujo circulando por las calles vacías, nadie se quiere topar con ellos.
El autobús iba saliendo de la ciudad, el chofer miró a lo lejos unas camionetas atravesadas a mitad de la calle y unos hombres encapuchados empuñando sus AR-15, en ese instante supo que todo había acabado. Los hombres le marcaron el alto al autobús, el chofer tuvo que detenerse. Los hombres se acercaron al autobús apuntando sus armas y gritando, "Abre la puerta cabron, muévete hijo de puta si no quieres que te pegue un tiro en la pinche cabeza”, el chofer temblando abrió la puerta del autobús, al instante subieron los hombres armados, uno de ellos le dio un golpe en la cara con su arma al chofer mientras otros dos entraban al área de pasajeros gritando, “Ya se los cargo la chingada a todos putos”, las personas que iban a bordo estaban aterrorizadas, las mujeres lloraban y los niños se abrazaban a sus padres llorando, todos estaban en desconcierto, pensaban que solo era un asalto, pero no era así.
Le ordenaron al chofer siguiera conduciendo, lo llevaron por varios metros de la carretera hasta llegar a una brecha, le indicaron que entrara por ahí, recorrieron 10 kilómetros aproximadamente en la terracería, los más largos en la vida de los pasajeros. Llegaron a una parte muy amplia y sin monte, en medio de la nada, alguna parcela, estaba muy oscuro. Ahí se encontraban 20 camionetas aproximadamente, de lujo, y también 3 autobuses de varias líneas, unos tenían impactos de bala, las llantas ponchadas, los vidrios rotos.
El hombre le indicó al chofer que detuviera la unidad, ahí separaron a hombres y mujeres, les ordenaron a todos los hombres que bajaran de la unidad. Bajaron aproximadamente 8 hombres que iban desde los 15 hasta los 50 años. Los formaron abajo del autobús, y unos hombres se aceraron a ellos y empezaron a clasificarlos, sacaron a los que veían que estaban viejos o débiles, sacaron a dos ancianos y dos que parecían enfermos, los amarraron de pies y manos y los llevaron con un grupo similar. A los que quedaron les ordenaron que se quitaran la camisa y que esperaran ahí.
Todos se dirigían a una de las camionetas estacionadas y gritaban “Háblenle al comandante” ahí se hizo presente ese hombre, que tenia vestimenta de comando en color negro, con chaleco antibalas y fornituras por todos lados, todos se dirigían a el como “Comandante 40”. El hombre se acercó a los pasajeros que habían bajado del autobús y les dijo con voz enérgica, tipo militar “A ver cabrones, el que quiera vivir que lo diga de una vez”, pero nadie contestó, todos miraban al suelo, ni siquiera podían levantar la mirada por el temor. Un joven como de unos 15 años se orinó de miedo en sus pantalones mientras visiblemente se veía que temblaba fuertemente como si tuviera frío y las lágrimas corrían por sus mejillas. El mentado Comandante 40 sacó su arma corta de la fornitura y sin titubear le pegó un tiro en la frente, el muchacho se desplomó de inmediato, mientras los otros hombres lo veían temblando aun mas de miedo. “Quién más es maricón” preguntó el Comandante. Nadie respondió. “Les preguntaré por última vez, quién puta madres quiere vivir” esta vez lo hizo gritando. Y todos los hombres levantaron la mano. “Bien, se les hará una prueba a ver qué tan chingones son, el que lo logre sobrevivirá, el que no se chingo”, en eso le habló a varios de los hombres que estaban en otras camionetas y les dijo “Traigan los marros” y los hombres trajeron un mazo para cada hombre. “ A ver cabrones, la tranza es así, se van a poner en parejas, y se van a partir la madre, el que sobreviva se viene con nosotros a jalar y se salva, el que no, pues se lo cargó la verga” eso dijo en tono sarcástico, mientras sus hombres reían. Los pasajeros quedaron pasmados por la noticia, no podían creer que fuera cierto lo que les ordenaba el individuo que más bien parecía nazi que narco. Todos tomaron su mazo y se pusieron en parejas y veían a su contrincante con una mirada de miedo. “Pártanse su madre”, dijo el Comandante 40.
Unos de los pasajeros se acercó llorando a él diciéndole, “Por favor señor, yo no quiero hacer esto, le doy todo el dinero que traigo y mi casa pero déjenos ir”, el Comandante 40 lo vio fijamente a los ojos, le quitó el mazo y le dijo, “Está bien pinche maricon, vete” y tan pronto el hombre dio la vuelta le pegó con el mazo en la cabeza con una fuerza brutal, el hombre cayó al suelo bañado en sangre y 40 se puso como loco dándole golpes en la cabeza con el mazo como 20 veces hasta que quedó deshecha totalmente. “Esto es lo que tienen que hacer hijos de puta, usar los huevos, el que no quiera que me diga y yo le parto su madre”, todos los hombres comenzaron a pelear entre si.
El chofer del autobús seguía con el hombre que lo interceptó junto con las mujeres y los niños dentro de la unidad. Ahí subieron varios hombres armados mas y bajaron a las muchachas que les parecían más guapas, mientras les gritaban “Muévete puta”, todas lloraban y gritaban al igual que los niños, uno de ellos dijo, “A ver perras, denme a sus cachorros” y las madres lloraban abrazando a sus hijos, que iban desde recién nacidos hasta los 8 años máximo. Los niños se aferraban a sus madres mientras se los arrebataban los sicarios. Los bajaron a todos y se los llevaron, mientras unos sicarios golpeaban a las mujeres que quedaban en el autobús.
A las jóvenes que bajaron las llevaron a una casucha donde había más mujeres jóvenes, todo estaba oscuro y sucio, y se escuchaban gritos y lamentos, ahí les arrancaron sus ropas y las comenzaron a violar. Dentro de esa casucha había aproximadamente 30 mujeres que estaban siendo violadas, otras más estaban despedazadas en el piso.
A los niños los llevaron a otra parte, en donde había unos tanques con ácido, ahí los aventaban, se oían los gritos de dolor mientras se deshacían. Y los sicarios solo reían a carcajadas, uno de ellos les gritó a los demás, “Ya va a estar el caldo”.

El hombre le ordenó al chofer que encendiera la unidad, y lo dirigió hasta un lugar en donde vio a todos los que había separado del grupo por estar viejos o débiles, estaban tendidos en el piso en una línea amarrada de los pies y de las manos. “Pasa por arriba de ellos” le dijo el sicario al chofer. El conductor lo miró atónito, no podía creer lo que le ordenaba. “Que pases por arriba de ellos o te pongo ahí para que te lleve la chingada a ti también pendejo”, le gritó el sicario al chofer a quien no le quedó más que hacer caso. Mientras conducía podía sentir como si pasara por topes, pero la diferencia es que aquí podía escuchar los gritos de dolor de las personas que estaban abajo. Las mujeres dentro del autobús lloraban sin parar por aquel hecho tan horroroso. Y los sicarios que iban dentro solo reían. Hasta que terminó con la fila de personas, le ordenaron detenerse.
Fue ahí cuando el sicario le pegó un tiro en la sien al chofer y empezó a dispararles a las mujeres abordo. Bajaron y le prendieron fuego al autobús.
El Comandante 40 reunió a todos Los Zetas y les dijo, “Ya estuvo bueno de diversión por esta noche cabrones. Traigan a los ganadores” y trajeron a los que habían matado a su contra con el mazo y les dijo, “Bienvenidos al grupo de Fuerzas Especiales Zeta, el otro ejército”.