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Fernando Ramírez López |
Para Fernando
Ramírez López no resulta extraña
la renuncia de Joseph
Ratzinger a una institución de
poder vitalicio, no lo hizo por motivos de salud, sino por su impotencia para oponerse
a quiénes han convertido la Iglesia
de Cristo en la representación
misma de la corrupción y de la certidumbre de que los hombres contemporáneos no
hemos sabido estar a la altura “de nuestro momento histórico y de una sociedad
que reclama lo mejor de sus hombres y mujeres, para los niños y niñas que son
el sustento del futuro.”
PARA:
LOS CATÓLICOS DE BUENA FE,
PARA
QUE SE ENTEREN QUE EL CIELO
Y EL INFIERNO ESTAN EN ESTA VIDA.
“El cielo que
nos tienen prometido el progreso,
no acaba nunca de llegar. Una gran parte de la población
vive en el limbo o en el purgatorio o el infierno:
Al margen de una vida mejor o descontenta de sus
efectos contraproducentes”.
El
progreso improductivo
Gabriel
Zaid.
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Las instituciones dentro de la Iglesia Católica se han convertido en parte de un cuerpo social putrefacto del que emanan miasmas nauseabundas. |
El catolicismo desde que el Emperador
Constantino lo institucionalizó como religión hace dos mil años ha pasado
por diferentes estadíos, porque al convertirse de una fe de carácter
profundamente espiritual y pasar a transformarse en un órgano de poder, empezó
la lucha de los intereses mundanos.
De hecho la herencia
cristiana dista mucho de la forma y manera de conducta de sus actuales
representantes, en manera tal que el Imperio Romano se
transforma en la actual versión de la Iglesia Católica; es decir permanece
vigente en el decurso de la mayor parte de la historia de la humanidad.
Desde
sus lejanos orígenes se produjeron grandes cismas, muchos provocados por la familia Borgia, la que en el exceso de
poder, se excedió en el mal gasto de los recursos económicos, las desviaciones
sexuales y la criminalidad.
De
esto se ha contado demasiado, de tal forma que cuando Lutero y Calvino rompen con el Vaticano, no era más que como lo
expresara Gabriel García Márquez, crónica de una muerte anunciada.
No
dejemos de lado la Divina Comedia
que llevada a niveles de literatura universal, conceptualiza Dante de Alighieri,
su viaje hacia los infiernos.
Sin sesgar la lucha de
los cruzados contra los anatemas, creyentes de Alá y su profeta Mahoma,
que diferían y disputaban la gloria terrenal; de tal forma que hoy pudiese en
ese lugar del hemisferio darse previo al Armagedón, la tercera guerra mundial que no es otra cosa más que los momentos
previos al final, que bíblicamente se describe por Juan en el Apocalipsis.
Este
artículo indudablemente no se refiere a ningún análisis teológico, sino es
sencillamente una breve reflexión sobre
la historia del poder clerical en la historia del mundo.
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Marcial Maciel |
Así
en su momento el gran poeta Zamorano León
Felipe Camino, fallecido en México y ofendido en el año de 1949 en el Salón
Azul del Casino de la Laguna, lastima con sus palabras y su poesía a los
señores del poder en esta tierra revolucionaria cuando al referirse a Francisco
Franco y sus múltiples crímenes en la lucha de la República declama “Eh ahí el sapo Iscariote y Ladrón
repartiendo castigos y premios en nombre de Cristo y con efigie de Cristo”;
parecía no haberle bastado el cobarde
asesinato de Federico García Lorca.
Banqueros, Obispo,
Agricultores, Ganaderos, Industriales y Políticos de la Laguna no pudieron
soportar el peso de la palabra, del poeta de barro que era llevado por el
viento hacia el norte; testigos fieles son los hombres y
mujeres de aquella época, que ayer como hoy no viven en una iglesia de la
esperanza y de un Dios vivo, sino aquel que coincide con sus propósitos e
intereses terrenales.
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Homosexuales, lesbianas y desviados continúan depredando en torno de comunidades como la de los Legionarios de Cristo. |
Así
la historia, de tal forma que ya no es extraño conocer desde hace muchos años
la existencia de pederastas,
homosexuales, lesbianas y desviados sexuales que en torno de comunidades como
la de legionarios de Cristo y el Padre Maciel, educan, envilecen y
construyen grandes fortunas, como si fueran necesarias para mostrarlas como
pasaporte al Dios que en vida han traicionado.
Es
por esto que no resulte raro o extraordinario que haya renunciado Benedicto XVI, Papa en turno a puesto
vitalicio; aduciendo que lo ha hecho “Que
no se va por motivos de salud, sino por cansancio e impotencia ante una
institución devastada por JABALÍES, antropoides que han llevado a su molino
riqueza material, dejando al margen el Cristo del madero, no al que camino
sobre la Mar al decir de Joan Manuel Serrat”.
Es profunda la crisis, pero la Iglesia es una parte de ese cuerpo
social nauseabundo que huele a putrefacto, debido a que el ser humano en la
época actual está en las garras del consumismo, fenómeno generado por un
capitalismo que no acaba de morir; pero sí de proseguir en su labor destructora
de los principios y cimientos fundamentales de la sociedad.
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El Cristo del madero y el que caminó sobre la Mar, y su doctrina de amor al prójimo se quedó al margen de la Iglesia Católica. |
Por eso no resulta nada
extraño, ver como se imponen Reyes y Presidentes bajo la custodia del poder
económico, la crisis Europea, los ataques a Siria, el
crecimiento del Narcotráfico, la insuficiencia Alimentaria, la Salud decadente,
la ausencia de Vestido, de Trabajos dignos y bien remunerados; porque el hombre
en su trafagar se ha encargado de interponer a los propósitos más sublimes como
lo es el amor al prójimo, los intereses egoístas y de grupo, dejando de lado la
Fe, la esperanza y la caridad.
No es extraña la
renuncia del PAPA, estamos en el fin final, tal vez
nuestros ojos no lo contemplen pero no hemos sabido estar a la estatura de
nuestro momento histórico y de una sociedad que reclama lo mejor de sus hombres
y mujeres, para los niños y niñas que son el sustento del futuro.