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22 de noviembre de 2010

Sociedades corruptas

En numerosas ocasiones se ha dicho que la corrupción está en la naturaleza de los mexicanos y que se potencializó para mal con la amalgama de las sangres índigena y española, por lo que es un problema nacional desde antes de la conquista y que se padecía en igual medida en las distintas culturas que poblaban el territorio de lo que en un tiempo fue la Nueva España. Sobre ese problema nos habla Gerardo HERNÁNDEZ GONZÁLEZ en su columna Capitolio que se publica en varios medios de Coahuila.
El fenómeno es antiguo y sus 
raíces demasiado profundas y extendidas

Una de las banderas históricas del PAN fue la denuncia de la corrupción en los gobiernos del PRI. Sin embargo, en diez años de ejercicio del poder, poco o nada ha hecho para combatirla; menos para castigarla con ejemplaridad. El contralor del foxismo y actual embajador en Canadá, Francisco Barrio, anunció a bombo y platillo una captura abundante de peces gordos y al único que persiguió fue a Rogelio Montemayor, por el “Pemexgate”, pero cuando se trató de los hermanos Bribiesca Sahagún o de otros casos de negocios a la sombra de Los Pinos, ni un dedo movió.
Una de las omisiones que al Partido Acción Nacional más se le reprochan es justamente no haber atacado desde su raíz el uso del poder y del presupuesto —otra expresión del poder, acaso la más persuasiva— para beneficiar a grupos, oligopolios y particulares. Por el contrario, la alternancia también generó privilegios para otros sectores y familias, sin que los anteriores hayan perdido los que se adjudicaron tiempo atrás. Incluso existen intentos para opacar la transparencia.
No es casual, entonces, que México haya obtenido la peor calificación de una década en el Índice de Percepción de Corrupción 2010, elaborado por Transparencia Internacional. Nuestro país ocupaba el año pasado el lugar 89 de la lista y tenía una puntuación de entre 3.2 y 3.5 en una escala de diez. Doce meses después ostenta la posición 98 empatado con Egipto y Burkina Faso.
En la evaluación global de este año, Transparencia nos asignó 3.1. La calificación resulta de entrevistas a inversores, analistas de mercado y otros agentes del sector privado. TI les pregunta cuál es su percepción de corrupción sobre los gobiernos. Chile, situado en el lugar 21, fue el país de América Latina mejor situado en el índice. Le siguen Uruguay (24), Puerto Rico (33) y Costa Rica (41).
La situación de México preocupa tanto a la iniciativa privada como a los organismos encargados de fomentar la transparencia. El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado dice que la calificación es decepcionante y advierte que un entorno de corrupción inhibe la competitividad y tiene efectos negativos sobre el crecimiento económico y el bienestar de la población. Por su parte, la comisionada del Instituto Federal de Acceso a la Información Pública, María Marván, considera “vergonzoso” el lugar en el ranking de Transparencia Internacional.
Antonio Garrigues, fundador e integrante del Comité Ejecutivo de Transparencia Internacional de España, advierte que la corrupción en México es un problema “tan importante y negativo” como el narcotráfico, pues “debilita el sistema social de una manera brutal” y limita la producción de riqueza.
Sin embargo, suponer que las únicas fuentes de corrupción se localizan en los gobiernos —federal, estatal y municipal—, aunque sean estas las mayores y más visibles, es caer de nuevo en la simplicidad y el autoengaño. El fenómeno es antiguo y sus raíces demasiado profundas y extendidas. Para atacarlo es preciso que la sociedad, en todos los estratos, cambie de actitud y leyes que castiguen lo mismo al funcionario deshonesto que al empresario ladrón; y de ahí para abajo.

Otra de la Gran Estafa

El presente comentario fue publicado en la edición de hoy de La Opinión Milenio y es de la autoría del regidor panista Rodolfo WALSS AURIOLES.

Acotando

Por Rodolfo WALSS AURIOLES

Respecto al asunto de la Gran Estafa (Plaza), el descaro y la ambición parece no tener límites. Cuando pensábamos que ya lo habíamos visto todo, resulta que a la Síndica Priista, Lucrecia Martínez, se le ocurrió la puntada de promover una demanda por daños morales (sic), en la que tasa su dignidad en ¡6 millones de pesos!
Por increíble que parezca, su argumento es que las críticas que ha recibido por haber sido parte de la Gran Estafa, le están afectando en su vida social y su imagen pública. Con este acto, la Síndica pretende hacer otro jugoso negocio y convertirse en víctima de un acto ilegal que ella misma propició, que fue permitir y promover para sus hermanos la concesión por 42 años del estacionamiento subterráneo de la Gran Estafa. La Síndica viola la ley y ahora quiere hacer negocio y sacar provecho de ello.
No cabe duda que para hacer tranzas hay quienes se pintan solos, y encima de eso, ahora quiere que se le pidan disculpas por entorpecerle sus negocios ilícitos y se le indemnice por violar la ley. Es inconcebible el descaro con el que ahora pretende de un acto ilegal, hacer un negocio paralelo de 6 millones de pesos. Su ambición no conoce límites. En lo que sí tiene toda la razón la Síndica es en decir que su imagen pública está dañada, pero la única responsable es ella misma. Para muestra su más reciente argumento para defender la ilegalidad. Resulta que en sesión de Cabildo arguyó que como el estacionamiento de la Gran Estafa se le iba a entregar a una empresa, dicha empresa no era su pariente, por lo que no importa que sus hermanos sean los dueños.
Con esos argumentos, no es de extrañarse que su imagen pública y social esté por los suelos. Su pretendida defensa no puede más que provocar una andanada de risotadas. De acuerdo con la Síndica -que tristemente es la responsable legal del Ayuntamiento- cualquier funcionario público o sus parientes, pueden formar empresas y al amparo de ellas, hacer todo tipo de negocios con dinero y bienes públicos. Para doblarse de risa.
¿Qué sigue? ¿El Director de Transporte formará una empresa para auto otorgarse concesiones de taxis? ¿La esposa del Director de Adquisiciones formará una empresa para ser proveedora del municipio? A eso está dando pie la Síndica.

La fiebre puede desbloquear brevemente un cerebro autista

Uno de los misterios de la ciencia médica es el autismo, enfermedad de la que no se sabe a ciencia cierta cual es su origen, la presente nota la publicó en su dirección de Facebook Ilda Leticia Elizalde Lara, por considerarlo de interés general le estaremos dando seguimiento dando seguimiento a éste tema y deseamos que otros lectores aporten las notas que al respecto tengan.


Durante las últimas décadas, los padres y los médicos han observado que las conductas de los niños con trastornos del espectro autista (TEA) tienden a mejorar durante una fiebre. Esta sospecha se ha confirmado con un estudio publicado en la revista Pediatrics, en la que los investigadores del Instituto Kennedy Krieger han demostrado este efecto.
El estudio evaluó a niños autistas durante y después de un episodio de fiebre encontrando una disminución de los comportamientos autistas en el grupo control. La comprensión de cómo la fiebre afecta al comportamiento de estos niños nos puede dar una idea de las causas del desorden y un potencial trato curativo.
Las conexiones entre diferentes regiones del cerebro no se efectúan en los niños con autismo, lo que limita su capacidad para comunicarse y socializarse. Sin embargo, los rápidos cambios de comportamiento observados con la aparición de la fiebre sugieren que las distintas regiones del cerebro son, de hecho, capaces de conectarse y comunicarse entre sí, algo no contemplado hasta la fecha. Como se desencadena esto, es de momento, toda una incógnita.
El estudio se ha realizado en 30 niños autistas con edades comprendidas entre 2 y 18 años, durante y después de un episodio de fiebre, definiéndose ésta superior a 38,0ºC. Estos datos fueron comparados con los datos recolectados en otros 30 niños que no padecían la enfermedad. Los resultados revelaron que más del 80% de los niños autistas mostraron alguna mejoría en su comportamiento y aproximadamente el 30% mostró mejorías drásticas.