Esta es la clase de
historia que necesitamos conocer, cuando estamos seguros que el mundo se nos ha
escapado fuera de nuestro control. No existen muchas personas que puedan tener
el privilegio de obtener una foto tan especial como esta. El presente correo me
fue enviado por un primo, el doctor Juan Francisco Elizalde García y si alguien como él que
está dedicado a la rigidez de la ciencia admite la posibilidad de un milagro,
¿quién soy yo para no aceptarla?. Se trata de una historia enriquecedora y
motivante, por ese solo motivo vale la pena conocerla y difundirla.
Libertad y Jeff
Libertad y yo hemos estado juntos 11
años en este verano. Llegó como un bebé en 1998, con dos alas rotas. Su ala
izquierda no se abría hasta el final, incluso después de la cirugía, se le había
roto en 4 lugares. Ella es mi bebé.
Cuando Libertad llegó a mí, tenía las
dos alas rotas. Estaba demacrada y cubierta de piojos. Decidimos
darle una oportunidad en la vida, así
que la tomé y la llevé a la oficina del veterinario. A partir de entonces yo
siempre estuve a su alrededor. La hemos tenido en una enorme jaula de perros
con la parte superior abierta, a la cual llenamos con periódicos cortados en
tiras para que ella estableciera su nido, y así pudiera acostarse y descansar.
Yo solía sentarme y hablar con ella, instándola a vivir, a luchar, mientras
ella se quedaba mirándome con esos ojos marrones grandes. También tuvimos que
alimentarla dándole comida a través de un tubo durante semanas.
Esto se prolongó durante 4-6 semanas, y
para entonces todavía no podía mantenerse parada por si sola. Llegó al punto en
que se tomó la decisión de practicarle la eutanasia si es que ella no podía
mantenerse en pie por si sola, en una semana.
Usted debe imaginarse lo difícil que era
para mí, tomar una decisión de esa índole. No quería cruzar esa línea entre la
tortura y su rehabilitación, pero parecía que la muerte nos iba ganar. A ella
se le iba a dar oportunidad, hasta ese viernes, pero si no reaccionaba, se le
pondría a dormir.
Supuestamente yo debía visitarla por
última vez la tarde del jueves. Yo no quería ir por que no podía soportar la
idea de verla sacrificar; pero me fui de todos modos, y cuando entré al Centro,
vi que todo el mundo estaba con una sonrisa de oreja a oreja. Fui inmediatamente
de regreso a su jaula, y allí estaba ella, de pie por su cuenta, una grande y
bella Águila.
Estaba lista para vivir. Yo estaba casi
con lágrimas en mis ojos en ese momento.
Fue un día muy bueno, y muy especial
para mi… Sabíamos que no podía volar, así que el director me pidió que
obtuviera un guante de entrenar.
Me dio el guante, una correa para
sujetar la pierna del águila con un anillo para fijarlo a la correa en mi mano…
Entonces empezamos a hacer programas de
educación para las escuelas en el oeste de Washington.
Terminamos en los periódicos, la radio
(aunque no lo crean) y algunos programas de Televisión. En "Se admiten
Milagros" incluso se hizo una demostración acerca de nosotros.
En la primavera de 2000, fui
diagnosticado con linfoma no-Hodgkin. Tuve la etapa 3, que no es bueno (en un
órgano principal, más en otras partes), por lo que terminé haciendo 8 meses de la
quimioterapia. Me perdí un montón de trabajo. Cuando me sentí lo
suficientemente fuerte, yo iría a las montanas de Sarvey para tomarme con
Libertad la dicha de dar un paseo. Estaba ansioso por ver la reacción de
Libertad. También ella me ayudaba viniendo a mí en mis sueños y me ayudo a
luchar en contra de el cáncer. Esto sucedió una y otra vez.
Un avance rápido hasta noviembre de 2000
el día después de Acción de Gracias, fui para el último examen. Me dijeron
que el cáncer ya no existía. Se había
ido.
Todos mis martirios y preocupaciones se
han ido después de 8 rondas de quimioterapia, mi última opción era un
trasplante de células madre. De todos modos, hicieron las pruebas, y yo tenía
que volver el lunes para los resultados finales. Fui el lunes, y me informaron
los doctores, que todo el cáncer había desaparecido.
Así que lo primero que hice fue
levantarme y llevar a la chica grande a dar un paseo. Era una mañana con niebla
y muy fría.
Quería ver si se atrevía a volar aunque
fuera un vuelo corto.
Fui con una correa para sujetar la
pierna del Águila con un anillo para fijarlo a la correa de mi mano… y salimos
frente a la parte superior de la colina. Yo no había dicho ni una palabra a Libertad,
pero de alguna manera lo sabía. Ella me miró y me envolvió con sus inmensas alas hasta donde yo podía
sentir su presión y toda su fuerza en mi espalda (yo estaba envuelto por las
alas de el águila), entonces me tocó la nariz con su pico y se quedó mirándome
con sus ojos, quedándose allí muy tranquila por no sé cuánto tiempo. Emprendió un
corto vuelo y regresó a mi. Ese fue un momento mágico. Hemos sido amigos del
alma cada vez desde que llegó a mi vida ésta es un ave muy especial.
En una nota lateral: He presenciado gente que estaban enfermos y se acercan a nosotros
cuando estamos fuera, y Libertad tiene algún tipo de control sobre ellos. Una
vez tuve un tío con una enfermedad terminal, y al llegar a nosotros dejé que la
abrazara.
Sus rodillas casi se doblaron y juró que
podía sentir su supuesto poder a través de su cuerpo. Tengo muchas historias
como esa… Nunca me olvido que tengo el honor de estar tan cerca de un espíritu
tan magnífico como Libertad.
¡Espero que hayan disfrutado esto!
Una pequeña petición...
El 93% no re-envía esta historia, pero
estoy seguro que tu lo harás. Una pequeña petición… una sola línea. Todo lo que
se les pide hacer es mantener esta historia en circulación. Incluso si es sólo
para una persona más. En memoria de alguien que usted conoce que ha sido abatido
por el cáncer o sigue viviendo con él. O simplemente alguien que disfruta de una
gran historia de valor y fe.