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LA FUERZA DEL ESPÍRITU se denomina la escultura monumental de David Madero, con la que Presidencia
de la República honra la lealtad de las fuerzas armadas y que está ubicada a la entrada de Los Pinos. |
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JULIÁN PARRA IBARRA Premio Estatal de periodis mo Coahuila 2015 |
El presente reportaje publicado el miércoles, 22 Abril 2015 en www.laotraplana.com le valió a Julián Parra Ibarra el ser considerado para recibir el Premio Estatal de
Periodismo Coahuila 2015, acto
que tendrá lugar en el marco de la celebración del Día de la Libertad
de Expresión. David Madero, el artista al que se refiere el trabajo
de Parra
Ibarra es hijo del escultor Rogelio Madero, realizador de “El Manto de la
Virgen”, obra
monumental que no obstante ser un ícono de La Laguna se encuentra en el abandono
por la incuria de autoridades y ciudadanos. Muy bien por nuestro compañero Julián Parra Ibarra que con su trabajo periodístico promueve
los valores de la región.
No
es ‘Superman’, pero con su arte hace que el acero se ‘derrita’ entre sus manos
para crear obras monumentales como ‘La Fuerza del Espíritu’, la escultura del
águila posada sobre un nopal devorando una serpiente, que engalana la entrada
de la residencia oficial de Los Pinos.
Durante los segundos
que transcurrieron mientras la pluma de una enorme grúa descubría ‘La Fuerza
del Espíritu’ -una enorme águila posada sobre un nopal devorando una
serpiente-, por la mente del escultor lagunero David Roberto Madero Álvarez,
autor de esta majestuosa obra de 4.40 metros de altura, labrada en acero y con
cinco toneladas de peso, se agolparon todos los momentos de su vida, los
recuerdos de su padre y maestro, fallecido 10 meses atrás.
Como en sueños,
escuchaba las exclamaciones de admiración, los aplausos y las palabras de
felicitación del presidente Enrique Peña Nieto, de los secretarios de Defensa,
de Marina, del jefe del Estado Mayor Presidencial, del líder del Senado. Justo
a la entrada de la Residencia Oficial de los Pinos, se veía a sí mismo frente a
su hasta ahora obra más importante, oía sin escuchar, mientras el Presidente le
elogiaba su trabajo.
“Le enloqueció, el
Presidente no la había visto hasta el momento de la develación. Me tomó del
brazo y me hablaba, pero yo estaba muy nervioso que ni siquiera recuerdo qué me
dijo, sólo le decía ‘sí señor Presidente, sí señor Presidente’; recuerdo que le
dije como unas 10 veces, ‘qué bueno que le gustó señor Presidente’, pero ni siquiera
recuerdo sus palabras. Me ganaron los nervios”.
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DAVID MADERO es el autor de la escultura monu mental "La Fuerza del Espíritu". |
Lo único que lamenta,
es que su padre -el también escultor lagunero Rogelio Madero, fallecido en mayo
pasado a los 78 años de edad-, no haya estado ahí para ver el resultado de la
formación de David, a quien le legó todo el talento y capacidad en el arte de
la escultura monumental en acero, una técnica única en el mundo que pocos
trabajan.
“Me quedo un poco
triste porque no alcanzó a ver esta que es mi primera gran obra solo, pero yo
pongo a mi padre como si él la hubiera hecho aunque no estuviera aquí, haz de
cuenta que él hizo la obra conmigo. Él primero y yo abajito de él, no me voy a
poner a la mano con mi padre, imagínate me regaló toda la experiencia, me
enseñó y logré hacer esta águila con todas sus enseñanzas”.
Recuerda que el
contacto para que hiciera esta escultura se dio a principios de septiembre
pasado, después de que el presidente Peña Nieto pusiera en marcha el programa
‘Ave Fénix’ en la empresa Altos Hornos de México (AHMSA) en Monclova,
simbolizado por la obra monumental de Rogelio Madero, una ave de 25 toneladas
de peso y 25 metros de punta a punta de sus alas abiertas, y 15 metros de
altura.
Ahí surgió la idea
del Presidente de que se elaborara una escultura monumental con la cual homenajear
y reconocer la lealtad de los integrantes del Estado Mayor Presidencial, y a
través de AHMSA se hizo el contacto don David Madero. Los siguientes cinco
meses fueron de una labor intensa con todo su equipo de trabajo, y para él, de
prácticamente vivir y dormir en el taller, donde instaló una pequeña cama en su
oficina.
"Como había un
plazo fatal, hubo mucha presión, así como de que ‘David puedes sí o no’
entregar la obra en tiempo, y yo ‘sí claro que sí puedo’. En el equipo tengo
ocho personas pero no son solamente trabajadores, son aprendices, les estoy
enseñando a ellos cómo usar máquinas de soldar, pulidoras, pero en obras
artísticas porque normalmente las máquinas que tenemos son aparatos muy
industriales.
“Todos trabajamos a
dobles turnos, fue algo increíble, mucho estrés, nos cansamos mucho, pero
ahorita les preguntas a los chavos y todos te dicen lo orgullosos que están de
haber participado en esta obra, cuando ven las fotos, que ahí está el
presidente, que su trabajo está enfrentito a la entrada de Los Pinos. Creo que
fueron cinco meses de gran presión pero valió la pena”.
Madero Álvarez se
frota las manos y se seca el sudor, dice que sólo de volver a recordar todo el
proceso y el momento de la develación, le vuelven los nervios. Detalla cada uno
de los pasos porque, cuenta, este tipo de obras es poco común porque está hecha
totalmente en acero de AHMSA, todo en soldadura.
“Normalmente las
obras monumentales, de águilas, de ex presidentes se hacen en bronce, se hacen
en plastilina primero, se mandan a que se fundan las piezas, y a partir de ese
momento el artista ya no tiene contacto después de hacerla en plastilina”.
Una vez que se acordó
realizar la obra, personal de la Sedena le mostró dibujos y maquetas, pero a
partir de ahí –sostiene- le dejaron ser artista, le dieron toda la libertad de
realizar su trabajo. Representantes de Altos Hornos y de la Presidencia estuvieron
visitando ocasionalmente su taller, “pero sólo por curiosidad, para ver cómo
iba quedando la obra, querían verlo todo, y cada vez se iban sorprendidos”.
Eso sí, se tenían que
cumplir especificaciones con gran precisión:
"Tenían que ser
cinco nopales, tres tunas porque cada una de ellas representa cada uno de los
poderes de la unión: el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. Tiene que ser
la garra derecha la que esté oprimiendo a la serpiente, porque ésta simboliza
el estado de derecho, lo legal, lo correcto; y la serpiente, que simboliza los
enemigos de México y los mexicanos, tanto externos como internos, simboliza
todo lo malo, y por tanto tiene que estar a punto de morir.
“Entonces el águila
nos representa a todos nosotros, al país, y tiene que transmitir la fortaleza
que tenemos como mexicanos, el orgullo, porque tú vez el águila y se ve muy
noble, viva, imponente, agresiva porque necesitamos ser agresivos contra el
mal. Y el águila se ve viva, casi se percibe que en ese momento está matando a
la serpiente.
“Fue algo impactante,
porque normalmente hacemos cosas para municipios, para estados, pero esto era
algo nacional, algo increíble porque no es algo muy específico a una rama sino
para todo ciudadano, pero al mismo tiempo para el Estado Mayor, y al mismo
tiempo para el Presidente de la República. Fue algo muy impresionante,
espectacular poder hacer algo tan grande”.
- ¿Y ya te terminó de
‘caer el veinte’ de la dimensión de que una obra tuya esté a la entrada de Los
Pinos?
“Hay un fenómeno que
a veces pasa con los artistas, la obra es un hijo tuyo, pero al mismo tiempo
tienes que en algún momento dejarlo ir, y ver hacia otro hijo, el que viene, el
nuevo bebé; o sea este ya se formó, ya se graduó ya se casó todo ya está listo,
pero ya hay que enfocarnos con el bebé, entonces así son las cosas.
- ¿Y ya trabajas
ahorita en algo monumental?
“Sí, por supuesto que
sí, hay pláticas para hacer otra obra para Los Pinos, hay pláticas para hacer
otra obra en Monterrey, y ahorita en este momento estamos terminando un Cristo
en su cruz de 40 metros de altura que es para la ciudad de Durango, va a estar
a la entrada de Durango”.
No quiere terminar la
entrevista, sin antes manifestar su reconocimiento a su equipo de trabajo:
“Estoy muy orgulloso con el apoyo de todos los laguneros, fue un trabajo de
equipo, eso sí quiero que quede muy claro, no es David Madero, a lo mejor yo
soy el jefe del taller, pero tengo una red de personas que creen en mí, que
confían en mí, que me apoyan, tengo un grupo muy grande de personas también
para aterrizar, yo solo no podría haber hecho el águila; bueno sí, pero me
tardaría unos dos años o algo así, pero sí quisiera destacar que aquí lo más
importante es el taller Madero Co. El equipo, la gente.
“Si nadamás fuera yo,
David Madero, podría hacer unas cuantas esculturas por año, pero la idea es
trabajar en equipo, aquí la idea es compartir los reconocimientos como se
compartió el trabajo, no echarme todas las medallas yo en pocas palabras, yo
necesito personas debajo de mí que me estén diciendo, David, esta es la manera
correcta, esto no es la manera correcta, esto ya es una sociedad en el taller”.
El hijo
‘rebelde’
David Roberto Madero
Álvarez, el autor de la obra ‘La Fuerza del Espíritu’ que el presidente Enrique
Peña Nieto describió como una escultura “que representa a México, una nación
fuerte, segura de sí misma, capaz de emprender altos vuelos (…) capaz de
derrotar al mal, al conformismo y a la desesperanza”, no tuvo una formación
artística.
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HIJO DEL escultor Rogelio Madero quien ejecutó El Man to de la Virgen es el principal responsable de la escultura con la que Presidencia de la República reconoce la lealtad de las Fuerzas Armadas. |
“No, en realidad tuve
suerte, la suerte es que tuve a mi padre –el escultor Rogelio Madero, autor del
‘Manto de la Virgen’-, mi padre sí tuvo formación artística, es arquitecto, él
sí tuvo todo el paquete de haber estudiado, todo lo estructural, como es arquitecto,
también tomó muchas clases y estudio mucho arte.
“Yo no, además de que
era pésimo en la escuela para que les miento, era malísimo, pero sí era muy
bueno para escuchar y ver lo que hacía mi padre, eso sí; desde niño imagínate
desde que tienes tres cuatro años vas viendo todo y vas absorbiendo como
esponja, y con un artista tan talentoso como mi padre, qué mejor suerte en la
vida tener a mi padre como maestro, no necesitaba nada más, ni escuela, ni
estudios, sólo con mi padre aprendí todo”.
Sin embargo, confiesa
que su rebeldía lo llevaba por un camino distinto al arte, a la escultura, y
más a la escultura monumental tan única cuando se trabaja en acero, con
soldadura.
“De niño como todos
en esta vida, si tu papá es doctor o ingeniero, como que quieres ser el
rebelde, de que no, me voy a ir hacia otro lado, voy a estudiar otras cosas; lo
mismo me pasó como todo chavo, me vi un poco rebelde y no quise nada que ver
con el arte, entonces me salí e hice otras cosas, hasta que me di cuenta que lo
tienes en la sangre y no te puedes pelear contra tu propia naturaleza, no hacer
esto era casi como ir contra natura”.
Su contacto con el
arte se dio hasta los 27 años, aunque toda la vida viendo trabajar a su padre,
Rogelio Madero, “tuve esa racha de rebelde, y luego ya más maduro me di cuenta
que esto era lo mío, no puedo ser otra cosa más que esto. Empecé ayudándole
mucho a mi padre, luego haciendo mis propias cosas, y cuando mi padre vio lo
que hacía, un día me dijo, ´No hijo, tú ya eres artista, ya puedes hacer lo
mismo que yo’. Al principio era solo su ayudante, su aprendiz, pero de volada
me lo gané, y él me ayudó con mi formación de escultor”.
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Título: La Fuerza del Espíritu
Firma: David Madero
Altura: 4.40 metros sin considerar el pedestal sobre el
que descansa
Peso: Cinco toneladas
Material: Acero provisto por Altos Hornos de México
Ubicación: Jardines de la Residencia Oficial de Los
Pinos, en la Glorieta de la Lealtad, en el cruce de las avenidas de Alencastre,
Chivatito y Molino del Rey
Fecha de realización: Del 3 de septiembre de 2014 al 8 de
febrero de 2015
Fecha de inauguración: El 18 de febrero, en la ceremonia
de conmemoración del Día del estado Mayor Presidencial, como reconocimiento del
presidente Enrique Peña Nieto, a la lealtad de los integrantes del Estado
Mayor.