Somos
mayoría los que amamos a nuestra ciudad, que en el pasado nos brindó numerosos
motivos para sentir orgullo de nuestra patria chica, pero en los últimos años
han sido más las razones para el pesimismo, particularmente en los últimos
cuatro en que llegó a la Presidencia Municipal Eduardo Olmos Castro y aunque al cuatrienio le quedan escasos 45 días no hay muchas
esperanzas de que el próximo alcalde sea mejor que el que se va, criterio en
que parece coincidir Enrique Irazoqui, autor de la columna No hagas cosas buenas… que publicó El Siglo de Torreón el
pasado viernes 22 de noviembre.
El
querer no quita conocimiento, reza el adagio. Esto viene a cuento por los
resultados que presenta en cuarta edición Barómetro de Opinión Pública de
México Avanza. Dentro de los principales datos que presenta este trabajo,
señala que ocho de cada 10 torreonenses, sencillamente no recomendaría Torreón
para vivir.
Las
razones que se desprenden en la encuesta para encontrar el sentido de la
respuesta a que si el ciudadano común recomendaría a la otrora conocida como La
Perla de La Laguna para vivir, se deriva a la percepción generalizada con
respecto al desempeño de las autoridades, los servicios públicos y la sensación
de inseguridad que prevalece entre el grueso de la población. Además de ello,
un pesimismo colectivo acerca del futuro inmediato. Estos elementos sostienen
la enorme mayoría que no recomendaría esta ciudad para vivir.
Eduardo Olmos Castro. |
No
hay esperanzas en que pronto se produzcan cambios, ya que de los encuestados
para elaborar este estudio, al ser cuestionados sobre qué esperan con respecto
a los servicios públicos, ahora que está a punto de iniciar la nueva
administración, sólo el 11 por ciento piensan que éstos pueden mejorar. Esto es
decir que casi nueve de cada 10 no tienen esperanza de que la nueva
administración que entrará en funciones en menos de 40 días a gobernar el
Municipio tenga la capacidad y/o voluntad para hacer las cosas de mejor manera.
En ese 89% restante no es homogéneo, predomina un 68% del total de 100 que piensa
que las cosas seguirán igual, en tanto hay pesimistas (o realistas, según con
el cristal con el que se mire) alcanza el 21%.
Si
uno continúa leyendo el reporte de Barómetro, poco menos de una tercera parte
que estuviera en el supuesto de comprar una casa lo haría en Torreón, en tanto
casi el total del resto prefería no comprar nada, aun cuando estuviese en
probabilidad de hacerlo, y si de abrir un negocio se tratara, las cifras se
descomponen un poco más, ya que del 59% que no compraría casa, se incrementa a
un 68% que dice que no abriría un negocio aquí.
El
dato quizá más sobresaliente es aquel que señala que los delitos del fuero
común son ahora los que más preocupan a la ciudadanía. Esta es la primera
ocasión que se obtiene un resultado así, ya que el 35% de las respuestas así lo
indican, contra un 31% que declaran que son los delitos que tienen que ver con
narcotráfico o delincuencia organizada los que están en primer lugar de
categorización; un 26%, en contraparte, señaló que la desocupación (falta de
empleo) es su principal preocupación.
Rubén Moreira Valdez. |
Apenas
en marzo pasado, cuando se realizó un levantamiento de este tipo, el 71%
respondió que su principal miedo eran los delitos del orden federal, pero ahora
es la delincuencia común lo que ha desplazado a la otrora gran preocupación.
¿Cómo estarán las cosas?
Por
consecuencias obvias, la calificación del alcalde Eduardo Olmos es
reprobatoria, al obtener un 3.39 de nota. Esta evaluación no varió mucho de su
próxima anterior, que había tenido un 3.43, pero lo notable es que la
percepción ciudadana sobre la eficiencia de su gobierno cayó al nivel más bajo
en el año. En marzo había obtenido un 4.62; en mayo un 5.8; septiembre se
obtuvo un 4.1 y ahora en noviembre el resultante es un 3.52.
En
tanto, las perspectivas sobre el advenimiento de Miguel Riquelme como próximo
alcalde, la percepción general es de pesimismo, pero ciertamente la respuesta
de que el 56% dice no conocerlo, deja un espacio para la duda. Aunque muy pocos
esperan que las cosas mejoren.
Ominoso
se percibe el futuro de Torreón. Eduardo Olmos ha declarado y puesto en duda la
metodología de Barómetro, ¿qué le quedaba entonces? La simple realidad es que
al presidente Olmos le tocó gobernar bajo las reglas tradicionales del PRI, por
consecuencia, él fue una especie de delegado de los Moreira en la ciudad que
formalmente preside. El primero, el profesor, se dedicó a relegar la ciudad que
le escatimó su voto; en tanto el actual, Rubén, ha asumido el poder en medio de
una infinidad de complicaciones que poco le han permitido enmendar la plana a
una administración que pasará a la historia como una de las peores reciente de
Torreón y que por lo tanto, no puede ser sorpresa la calificación que le da el
estudio de Barómetro.