Lo mismo que otros
analistas del acontecer nacional y local Jesús M. Moreno Mejía se muestra desconcertado acerca de los motivos por los que el
gobierno de México invitó a Los Pinos al impresentable Donald Trump. Luego de ocurrido el suceso la
administración federal ha fracasado para explicar las intenciones de Enrique Peña Nieto al recibir al xenófobo candidato del Partido Republicano a la presidencia de los Estados Unidos de América.
“No es prudente
contraer alianzas con políticos que tengan más fama que fuerza”
Nicolás Maquiavelo
Enrique Peña Nieto |
Inesperada visita que realizó Donald
Trump, candidato del Partido Republicano de los Estados Unidos de América, a la
residencia presidencial de Los Pinos el pasado 31 de agosto, a invitación
expresa del presidente Enrique Peña Nieto, obedece a que este decide apoyar a los aspirantes a ocupar la Casa Blanca del
vecino país del norte, incluyendo aquel que nos valora como escoria y, por lo
tanto, nos insulta.
El anuncio de que estaría Trump en la
Ciudad de México el miércoles 31 de agosto fue sorpresivo, pues se conoció la
especie una noche antes, seguramente para evitar actos de protesta que se
hubieran producido a nivel nacional de conocerse con antelación dicha visita, pues
dicho individuo se ha declarado acérrimo enemigo de los latinos avecindados en
su país, y en especial los mexicanos.
Peña Nieto reveló que la invitación no
fue en exclusiva al candidato republicano, sino también a Hilary Clinton,
candidata del Partido Demócrata, quien al parecer no se ha prestado al juego de
intereses de su contrincante, asegurando el mandatario mexicano que su
intención no era intervenir en el proceso eleccionario de EUA, sino
intercambiar opiniones en torno a temas de interés común, previo a las votaciones
presidenciales estadounidenses en noviembre próximo.
Las protestas no se dejaron esperar en
todos los sectores de nuestra patria cuando el indigno y antipático visitante ya
estaba en tierras mexicanas, mismas que abandonó casi de inmediato tras de su entrevista
privada con EPN, a fin de que no resultara dañado en su “honorabilidad”, pues
sabe que es considerado persona non grata en nuestra patria.
El candidato republicano confirmó su
intención de que se construya un muro a lo largo de la frontera norte de
nuestro país, confirmándolo al llegar a Phoenix, Arizona, donde recalcó lo que
desde hace tiempo ha venido repitiendo: que esa valla será con cargo a nuestro
país, “el 100 % …ellos aún no lo saben (en tono irónico), pero lo pagarán”.
Donald Trump |
“¿A qué diablos vino Trump?” Se pregunta
el comunicador y analista José Cárdenas en uno de sus artículos, y dentro del
mismo señala que el candidato estadounidense aprovechó su visita para hacer
campaña a su favor “y restregarnos otra vez que cancelará el Tratado de Libre
Comercio (TLCAN por sus siglas en inglés)” una vez que llegue a ser presidente
de Estados Unidos de América.
Fue muy listo Trump el aceptar venir a
México a invitación expresa de EPN, si bien éste dijo que no sólo la formuló al
candidato republicano, pues también le propuso venir a nuestro país a Hilary
Clinton, quien hasta el momento de redactar esta entrega no se sabía si vendría,
pero de seguro no lo hará por no estar dispuesta a hacer ese mal juego político
de nuestro presidente.
El caso es que Trump “chamaqueó” a Peña
Nieto, dejando a este “mal parado” en simpatía (de por sí ya muy bajo en materia
de aceptación en los últimos meses), y no sólo a nivel nacional sino ante los
ojos críticos del mundo entero.
Los yerros de EPN han ido en aumento,
pero no es dable en él a reconocerlos. Tal vez por ello ordenó llevar a cabo
una intensa campaña previa a su Cuarto Informe de Gobierno, titulada “Lo bueno
casi no se cuenta, pero cuenta mucho”, la cual se enfoca en hacer ver los
logros de quienes participan en los “spots” radiofónicos y televisivos.
Menciona
en esa la campaña que el beneficio o el logro personal se le debe a
dependencias gubernamentales, engrandeciendo a estas por la calidad de sus
servicios, a sabiendas que las mismas no cumplen al 100 % su función, por
ejemplo el Seguro Popular, las instituciones académicas que preparan
profesionistas (tal vez en referencia a la Universidad Panamericana que le
otorgó el grado de licenciatura a EPN).
Tal vez le faltó (pues no he estado al
pendiente de todos los “spots”) referirse a la formación de deportistas de alto
rendimiento, y que por tal motivo confirmó en su cargo a Alfredo Castillo como
presidente de la Comisión Nacional de Cultura Física y del Deporte (Conade),
quien ante los diputados federales lamentó los pobres resultados de nuestros
representantes en la pasada Olimpiada en Río de Janeiro, “por el bajo
presupuesto” asignado a esa dependencia.
Merece comentarios aparte el
descubrimiento hecho a su tesis presentada para la obtención del título de Licenciado
en Derecho, por la Universidad Panamericana (a la cual la gente ha rebautizado
como “Universidad Patoamericana”, en directa referencia a que es una “Universidad
Patito”, o sea de segunda o tercera calidad).
Hillary Clinton |
También merece comentarios por separado
el antes mencionado Cuarto Informe de Gobierno, entregado al Congreso el mismo
día que se redacta esta colaboración, bajo un nuevo formato en la que EPN hace
notar la importancia de los jóvenes.
Sin embargo, podemos adelantar que Peña
Nieto no puede ignorar en su informe los resultados económicos negativos en el
cuarto año de su administración (a pesar de las anunciadas Reformas
Estructurales que se suponía arrojarían importantes beneficios a la nación y su
crecimiento), así como venirse dando una constante presión inflacionaria, el
dólar fluctuando pero cada vez más caro y un Producto Interno Bruto (PIB) muy
bajo.
Pero volviendo a la invitación que el
presidente hiciera a Trump. ¿Cuál fue el logro para México? Porque se suponía
que vendría a pedir perdón por agredir a los mexicanos y no a utilizar al
gobierno de Peña Nieto para aumentar su popularidad, que ya empezaba a decaer
en EUA en las últimas semanas, por parte de seguidores y a algunos militantes
del propio Partido Republicano.
Creemos que se nos quedó el maleficio de
dar al extranjero lo que ellos buscan de nosotros, y por eso les abrimos la
casa, los llamamos amigos (aunque nos haya insultado o menos preciado), como
ocurrió hace más de 400 años con Hernán Cortés y posteriormente con el
archiduque Maximiliano.
“El pueblo que desconoce su historia,
está condenado a repetir sus errores”, dicen los historiadores, y hoy en pleno
siglo XXI nuestro presidente invita a quien no se cansa de seguir diciendo que
los latinos, y en especial los mexicanos, somos gente despreciable y que habrá
de cobrarnos un muro infranqueable, como el que dividió en dos a Berlín por
muchos años.
Las protestas por esa “metida de pata”
de nuestro presidente habrán de seguir en los próximos días, pero ya no tienen
caso pues resulta ser algo que no tiene remedio. La bofetada ya nos la dio Trump,
y no sería raro que tengamos que ofrecer la otra mejilla para con otro
extranjero, pues nuestros gobernantes no acaban de aprender, y mucho menos
reconocer, de sus frecuentes yerros que tanto nos perjudican en nuestra
dignidad. ¿O usted qué opina, amable lector?
¡Hasta la
próxima!