


Me subí a la
orilla de la jardinera que se alcanza a ver junto al policía J. Molina, quien
me ve con cara de desaprobación, me invitó educadamente a que bajara de la
jardinera, lo cual hice inmediatamente, pero contenta de haber podido tomar la
foto. (Foto 002)
Para tomar esta
foto muchos tuvimos que tomar la calle paralela a la avenida Juárez, o sea Independencia, caminar unas dos o tres
cuadras, tomar una calle perpendicular para salir otra vez a Juárez a la altura
de la Alameda. Dentro de todas estas restricciones, hubo algo que me provocó
sentimientos encontrados, o en choque. Por un lado me dio gusto ver que muchas
mujeres jóvenes estaban dentro del cuerpo de la policía; muchas de ellas muy
jóvenes, pulcras, disciplinadas y guapas.
No me gustaría que tanta fuerza y
valor fueran usados para controlar, para someter a otros injustamente; para
seguir creando y engrandeciendo a este país, para eso sí. Pero allí estaba el
cuerpo de granaderos junto a Francisco I. Madero, con su mano derecha en gesto
de calmar, de detener la violencia. (Foto 003)

Hace poco más de
103 años, aquel febrero de 1913. El Presidente Francisco I. Madero había dejado
el Castillo de Chapultepec para dirigirse a Palacio Nacional para estar cerca
de los combates entre los golpistas y las fuerzas leales a su gobierno.
En la
foto escoltado por sus seguidores en aquella Marcha de la Lealtad. Ahora el
Apóstol de la Democracia está rodeado de inconformes - la mayoría jóvenes como
es de esperarse- al gobierno más impopular en los últimos veinte años. Y si
Madero cobrara vida, ¿con quién estaría? (Foto 004)

Desde el Ángel de la Independencia, la marcha avanza rumbo al Zócalo, no se permitió el paso. En la foto, apenas empezaba a llegar el contingente, pensé que no serían muchos, pero salía gente por todos lados. (Foto 005)
La avenida ya
estaba ocupada por los manifestantes, ya no eran tan pocos como se pensaba; los
jóvenes no tenían pinta de zarrapastrosos, sostenían pancartas con las
consabidas leyendas en contra del presidente del país; hombres y mujeres
diferentes en su aspecto y actitud a los que vi formados en la calle de Palma,
mientras eran revisados, cuestionados y se les entregaba su bolsa de plástico,
conteniendo su tentempié para aguantar el hambre, el hambre de esa noche mas no
la de toda la vida.
Al fondo se ve
un puesto de socorro de la Cruz Roja, por lo que pudiera ofrecerse. (Foto 006).

Me pregunto, ¿en
alguna de sus sesiones espiritistas, habrá Madero “visto” este futuro para
México? ¿Alguien, desde alguna otra
dimensión, le podría haber dicho que 103 años después de su asesinato, iba a
estar rodeado de gente que intentaría llegar hasta Palacio Nacional para
protestar en contra de un presidente y una clase política llena de cinismo e
ineficiencia como pocas veces se ha visto en la historia del México
supuestamente independiente?
Me parecía de
alucine ver su estatua rodeada de policías y fotógrafos independientes y de la
prensa que cubría el evento. (Foto 008)

Para concluir.
¿Traidores quiénes son llevados en el tradicional acarreo? ¿Vendidos?
Yo creo que
siguen siendo víctimas, víctimas de extorsión: o te prestas a este juego, o se
te retira la ayuda que te da el gobierno por medio de Prospera. Hasta cínico y
cruel resulta el nombre dado a este programa de ayuda a quienes viven en
pobreza extrema. Y tanta es su pobreza, que no tuvieron fuerzas suficientes
para responder con entusiasmo fingido a la arenga independentista de un
presidente cuyo rostro reflejaba mucha tensión, enojo y resentimiento.
Peligroso.
Lilia M. Rivera Mantilla
corima_laguna@hotmail.com
Ciudad de México, septiembre de 2016