Eduardo Holguín |
Comparto
la posición de Eduardo
Holguín respecto
a que los Laguneros debemos de luchar para que las autoridades de Coahuila y Durango le den a nuestra
región la importancia que merece, tanto por la importancia de su número de
habitantes como por la de la aportación económica a las finanzas de Coahuila y Durango. Estoy también de
acuerdo en que Rubén
Moreira Valdez no es Coahuila y que criticar lo
que hacen o dejan de hacer las autoridades no significa hablar mal de nuestro
país y de nuestro Estado. La responsabilidad del periodista es la de informar.
Los textos corresponden a dos entregas la semana pasada de la columna Dragones que se publica en Milenio Diario Laguna.
Redacto el artículo en una mesa situada
enfrente de una ventana que me permite observar una tormenta de nieve que pinta
de blanco los pinos del bosque que rodea el poblado de Williamsburg, Kentucky.
Es un privilegio estar aquí, a pesar de
no funcionar el Internet, la televisión y por lo tanto el acceso a los
noticieros y a las diversas fuentes de información a las cuales estamos
obligados a acudir los que nos suponemos comunicadores.
Carlos Marín |
Es un privilegio, sí. Obviamente por la
belleza del lugar y del momento, pero también por la pequeña isla, por el
pequeño espacio, ideal para escribir sin la influencia de lo periodístico, de
lo que la coyuntura y la novedad noticiosa exigen que escribas, de lo que
“todos” analizan u opinan en estos momentos. Carlos Marín acostumbra decirnos
que “lo importante no necesariamente es periodístico”. Tiene razón, pero atrás
de dicha frase se esconde la excusa de algunos periodistas para sólo abordar lo
que comercializa, para únicamente rascarle la costra a la información, para no
adentrarse en las entrañas de las problemáticas que afectan a su sociedad.
Habría que preguntarse si periodístico es necesariamente lo que vende
periódicos y/o levanta ratings.
Un viejo sueño, que llegó el momento de hacer realidad . |
En fin, ese es tema con muchas aristas que
algún día me gustaría tratar con el polémico Carlos. Pero con ustedes, lectores
laguneros, deseo reflexionar respecto a la necesidad impostergable de unir
esfuerzos, como comunidad que somos, para exigir a las autoridades estatales de
Coahuila y Durango se de, “hoy, hoy, hoy”, un trato equitativo a La Laguna,
respecto a Saltillo y Durango capital, en el destino de esfuerzos y recursos
presupuestales. Los indicadores económicos y los hechos nos hablan de inequidad
en las inversiones públicas y privadas. Ese no es un tema de moda, esa no es
una noticia coyuntural; es, eso sí, una realidad que se repite sexenio tras
sexenio y que explica en mucho la recesión económica en la que hemos caído.
Un grupo de líderes de gran calado, no
priistas, no panistas, no antigobiernistas, no anarquistas, sí pro el progreso
de la comarca, se están uniendo para diseñar una estrategia a favor de la
integración del “Estado de La Laguna”.
Habrá que escucharlos, porque ese no es
un sueño de coyuntura, es un viejo sueño que, creo, llegó el momento de hacer
realidad.
Periodismo antitético y
antiético
Rubén Ignacio Moreira Valdez |
En una ocasión Carlos Marín mencionó:
“Como Director de Milenio, no debo callar una información periodística. Lo que
sea periodístico va, sea cual sea la consecuencia. No trabajo de patriota, no
trabajo ni en la Defensa, ni en el CISEN, ni en Gobernación. Si alguna
información daña la imagen de México, no es mi responsabilidad. Como periodista
mi responsabilidad es dar a conocer la información, la que no necesariamente es
importante”. Yo me pregunto: ¿si alguna información daña la imagen de Coahuila
es responsabilidad de los que laboramos en Milenio Laguna?
En los últimos días el gobernador Rubén
Moreira ha insistido en pedirle (¿exigirle?) a los medios que hablemos bien de
Coahuila para evitar que todo el trabajo realizado se eche abajo. El mandatario
indicó que “no se trata de minimizar los problemas de inseguridad”, los cuales
en el último mes han descendido sustanciosamente”.
¿Descendido sustanciosamente? Con todo
respeto me permito no estar de acuerdo con tal aseveración sobre la seguridad
en La Laguna.
También con todo respeto y sin dejo
alguno de ironía reitero, al titular del Poder Ejecutivo Estatal, el compromiso
de siempre hablar bien de Coahuila.
A lo que no me comprometo es a hablar
bien de lo que hacen o dejan de hacer las autoridades y nuestros representantes
en el congreso. A lo que no me comprometo es a no informar, a no analizar las
problemáticas que aquejan a Coahuila y sobre todo a las muchas que flagelan a
La Laguna.
A lo que no me comprometo es a no ejercer
la libertad de expresión que consagra la Constitución. Derecho que comprende
libertad de opinión y de transmisión de ideas, sin la injerencia y/o el
acotamiento de autoridades públicas y sin consideración de fronteras
ideológicas, políticas y de intereses gubernamentales y “partidocráticos”.
En el conjunto de responsabilidades de
los periodistas no está el callarse las problemáticas de su comunidad. Eso
sería antitético, contradictorio, a una chamba que consiste en descubrir e
investigar temas “de interés público”, contrastarlos, jerarquizarlos y
publicarlos. Tan antitético y antiético como el que los analistas no
analizáramos tal información, porque el gobernador no quiere que le “echen a
perder su trabajo” (¿su imagen?).