Federico Ramos Salas. |
Según
Federico
Ramos Salas los mexicanos somos adictos a los
mitos y les damos credibilidad aunque tengamos constancia sobrada de su
falsedad, el texto corresponde a la columna Ganar ganar que se publica los martes en Milenio Diario Laguna y que corresponde a la edición del pasado 17 de septiembre.
Agustín de Iturbide. |
A los mexicanos nos gusta comprar historias
de cualquier tipo, aunque estas no estén apegadas a la realidad. Al cabo,
aceptamos la ficción con facilidad, sea el tema la historia de la patria o el
futbol. Dígame si no. Ayer 16 de septiembre celebramos en todo el país la
independencia de México, aunque esta se dio en realidad hasta el 28 de
septiembre, pero de 1821; 11 años después de que el cura Hidalgo diera el
famoso grito en la población de Dolores, arengando a sus feligreses a
levantarse en armas, evento que eventualmente surtió efectos, pues la
insurrección fracasó al tomar presos en Acatita de Baján al cura Hidalgo,
Allende y algunos otros insurgentes, llevándolos finalmente a la muerte unos
meses después. Entre ese final trágico de los primeros intentos de
independencia y su efectiva consumación en 1821, se esconden innumerables
hechos y pasajes de nuestra historia que el gobierno sistemáticamente ha
ocultado o deliberadamente minimizado en perjuicio de sus propios habitantes,
quienes tratados como infantes, no nos ofrece la verdadera historia.
Miguel Hidalgo y Costilla |
Eventos
tan cruciales para la consumación de nuestra independencia como la Constitución
de Cádiz, el Plan de Iguala, el Tratado de Córdoba, y, finalmente, la formación
del Ejercito Trigarante, así como la participación decisiva de personajes como
Francisco Xavier Mina, quien carga en la historia oficial el maleficio de haber
nacido español, o Agustín de Iturbide, criollo nacido mexicano pero militar
empleado a las órdenes del Virrey, quien después concibe la idea, junto con
otros personajes, de proponer a los insurgentes (principalmente a Vicente
Guerrero, heredero de Morelos, el verdadero líder) la unión de sus fuerza para
así poder consumar la ruptura con el poder central de España.
¿Por qué la historia oficial esconde a los
mexicanos sistemáticamente todos estos hechos reales y verídicos?, como si la
verdad nos lastimara. Por esa tendencia muy nuestra a ser engañados, es que le
vamos, sin chistar, a la selección nacional o al Canelo Álvarez, como si de
verdad fueran buenos, y cuando nos muestran que son malos, ni chistamos. Así
estamos también en historia: ni chistamos.
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