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8 de abril de 2014

Interdependencia global

En el transcurso de los últimos años, las voces de quienes pregonan la decadencia y el ocaso se han vuelto un coro resonante. Siguen firmes las advertencias en lo que se refiere a una decadencia moral. En el caso de los Estados Unidos, esta es una sociedad cada vez más dividida por las crecientes desigualdades en materia de bienestar e ingresos, una sociedad que niega oportunidades económicas a los pobres y que aún no supera el racismo latente pero manifiesto en el persistente rezago de las comunidades negra y latina. Escribe Fernando Ramírez López, en el inicio del presente artículo, manifestación de su muy particular visión del mundo y sus acontecimientos.

Para que el gobierno norteamericano apruebe la propuesta de reforma migratoria
 “Cada nación forma ahora parte de la realidad diaria de otra nación. Aunque quizá no tenga conciencia real de su solidaridad, el mundo continúa volviéndose cada vez más interdependiente”.
Amadou-Mahatar M’Bow. Un solo mundo, voces múltiples

En el transcurso de los últimos años, las voces de quienes pregonan la decadencia y el ocaso se han vuelto un coro resonante. Siguen firmes las advertencias en lo que se refiere a una decadencia moral. En el caso de los Estados Unidos, esta es una sociedad cada vez más dividida por las crecientes desigualdades en materia de bienestar e ingresos, una sociedad que niega oportunidades económicas a los pobres y que aún no supera el racismo latente pero manifiesto en el persistente rezago de las comunidades negra y latina.
La carga cada vez más agobiante de los trastornos mentales, la proliferación de problemas sicológicos y conductas autodestructivas se ha vuelto un real problema. La naturaleza misma de los productos manufacturados se ha modificado. En el campo ha habido un descenso en la industria pesada y un desplazamiento hacia la de los macrochips y las computadoras. La economía mundial ha asistido a la expansión de lo que se ha llamado la “distribución de la manufactura”, independientemente del tratamiento a problemas relativamente recientes como la homosexualidad y la pederastia, y el trauma no superado del ataque terrorista a las Torres Gemelas en Nueva York.
Así en ese caminar por el orbe, hoy sabemos que mientras la esperanza de vida en Europa es de ochenta años, en África es de cincuenta, la media en Japón es de 85 años, en Australia de 83 y en Angola de 38.
Adicionalmente, 770 millones de seres en el mundo carecen de agua potable, el 27 por ciento sobrevive con menos de dos dólares diarios, 842 millones de la población mundial padece de hambre; en el mundo las mujeres confrontan profundas desigualdades, la mayoría de los 300 millones de indígenas en el orbe sufre discriminación, cada día mueren mil cuatrocientos niños de diarrea. Estos datos contradicen lo que los políticos en el mundo y México, proclaman como avances sociales. En el caso específico de la región lagunera, Torreón generó un alza en la generación de empleos de solo 10.16 por ciento, superado por Acuña con un 23.69 por ciento y Saltillo con 28.93 por ciento; en Durango Capital se observó un alza del 31.18, mientras que en Gómez Palacio se tuvo un pobre crecimiento del 5.48 por ciento.
En ese tenor podemos expresar que la planta productiva mexicana tiene una productividad del 24 por ciento respecto de la estadounidense, en una palabra para lograr un crecimiento sostenido del PIB del 3.5 por ciento, tendría que triplicarse el ritmo promedio de crecimiento de la productividad.
La gran pregunta es cómo se puede lograr algo de esa magnitud. Quien quiera que haya observado o vivido la forma en que funciona este país, de inmediato reconoce los contrastes y las contradicciones. Es decir hay dos economías, una que corre a alta velocidad y otra que se rezaga. Pero no solo eso, México se caracteriza por hechos de carácter surrealista, que en otros países es de carácter impensable, como es el caso del fraude en la línea 12 del metro y los malos manejos de la empresa Oceanografía. Así, estas situaciones las tratamos como realidades frecuentes: excesos, abusos, fraudes, autoridades coludidas, ausencia de un gobierno que haga cumplir las reglas, manipulación de los hechos y los tiempos ´para fines políticos o particulares, reguladores supuestamente con mandatos contradictorios y potencialmente lesivos al éxito de su función.
En un mundo que avanza a la velocidad de la luz, la fotografía que observamos es preocupante, porque revela a un país que ha sido incapaz de organizarse y reconocer sus deficiencias, sino que también experimenta una brecha creciente en su economía, en el subdesarrollo social y naturalmente en el ámbito político.
Somos un país bizarro, de tal forma que la parte moderna acelera el crecimiento de su productividad y se convierte en un dócil exportador y contrario sensu en la parte tradicional, que se defiende de los cambios se rezaga y sigue la ruta que siempre ha tenido por obstinación la del empobrecimiento.
La gran valía de este comentario, es lograr convencer a los gobiernos que entiendan el marco de desigualdades en la que ha crecido la actual civilización. Donde solo la cordura y los acuerdos internacionales, en la lucha por los marginados sea de armonía, de otro modo estamos muy avanzados en la actividad que significa cavar el pozo que nos conduzca a la extinción de todos los órdenes morales, sociales, políticos y económicos.
No obstante existe la esperanza de que la humanidad cíclicamente vuelva a renacer por una ley natural del universo; así que no caigamos en el tremendismo de los apóstatas del exterminio.
Email: licfernandora@hotmaiil.com
Celular: 871 163 3813

Cien años de La Doña

La Doña María Félix
Nacida el 8 de abril de 1914, la actriz María Félix forjó una leyenda en el cine nacional gracias a su belleza, trabajo, amores y carácter

Al cumplirse hoy cien años de la actriz María Félix le rendimos un sentido homenaje y compartimos con nuestros lectores una de sus mejores películas, La Doña trabajó con los mejores directores de la época y se convirtió en la máxima figura de nuestro cine y hasta el momento no ha existido nadie que la pueda igualar.

Era 1940. María Félix caminaba por la entonces avenida Niño Perdido, cerca de la Torre Latinoamericana, cuando un hombre se le acercó y la invitó a actuar en una película.
María, de 26 años, desconfió al principio, pero cuando Fernando A. Palacios, que había sido cautivado por su belleza, le ofreció ser su representante, las cosas cambiaron.
Con ese cineasta sólo trabajaría una vez en 1944, cuando protagonizó La china poblana.
Pero para esa fecha Félix ya era una estrella.
Había tenido el rol protagónico de El peñón de las ánimas, al lado de Jorge Negrete, quien se convertiría en su esposo, y Doña Bárbara, de la que obtendría su sobrenombre.
"Había gente a la que ella no le caía bien; una vez alguien me dijo que cuando los personajes (en el filme) se caían al vacío, parecían muñecos y contesté: querían que la aventara a ella ¿verdad?", contó en su momento Miguel Zacarías, director de El peñón de las ánimas.
María, que cumpliría hoy 100 años de vida (serán 12 de fallecida) se distinguió por su carácter duro. Pero no siempre fue así.
De niña no podía dirigirle la palabra a su padre mientras estaban en la mesa; fue esposa de quien pudo sacarla de su casa y era un poco tartamuda, defecto que superó al decir sus parlamentos con énfasis en cada una de las sílabas, al tiempo que hacía grave la voz.
 DE INCESTO
En 1994 escribió en su autobiografía un pasaje dedicado a su hermano Pablo, enviado al Colegio Militar.
"Estaba tan guapo que me temblaron las piernas. Pensé en buscarme un muchacho como él, que tuviera su piel y sus ojos, pero que no fuera mi hermano. Era una tontería, porque el perfume del incesto no lo tiene otro amor", señaló.
Y era alguien que podía decirle ateo al pintor mexicano Diego Rivera, para recibir como respuesta que éste había dejado de serlo por tener frente a sí a una diosa.
Si veía a un actor leyendo el guión en pleno set, le decía que ahí debía llegar ya preparado y luego le aventaba las hojas.
Pero no podía con todos. O al menos sabía con quiénes no.
En 1956, mientras filmaba La Escondida, el director Roberto Gavaldón se enojó porque el vestuario de la actriz estaba demasiado limpio y casi nuevo, cuando su personaje era de campesina.
"Y ahí nos tienen a María y a mí, en las vías de tren, pegándole con una piedra sobre los rieles, ella sin decir nada", recordó el vestuarista Adolfo Ramírez.
María llegó, en 1954, a participar en tres filmes para distintos países: México (El rapto y Camelia), Francia (French Can Can) e Italia (La bella Otero).
Y siempre por su belleza y fuerza ante la cámara. María sabía manejar perfectamente lo que se conoce como mejor ángulo.
Así lo narraba Armando Herrera, fotógrafo de la llamada Época de Oro del Cine Mexicano, en un libro confeccionado con diversas imágenes de actores.
"Esa luz no me va. Ese ángulo no es el mío", repetía cada vez que Armando sugería una postura.
Así era "La Doña".
Más de la vida de María Félix
La actriz deslumbró al cine mexicano con su belleza.
* Se casó con Enrique Álvarez, la juventud y la inexperiencia de ambos terminó en divorcio, de esta unión María tuvo su único hijo, Enrique Álvarez Félix.
* En su carrera cinematográfica, Félix filmó 47 películas, todas con artistas de gran fama como Pedro Armendáriz, Rossano Brazzi, George Marchall.
* María se casó cuatro veces: Enrique Álvarez, Agustín Lara, Jorge Negrete y Alex Berger. Su última relación fue con el pintor francés Antoine Tzapoff.

* En 1996 Francia la condecoró con la orden de Comendador de las Artes y las Letras, la más alta distinción que otorga el Gobierno de Francia a través del Ministerio de Cultura.