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8 de noviembre de 2013

Contrastes


Indulto y amnistía; columnas para la paz social

Fernando Ramírez López
Como fugaz rayo de luz concede, Peña Nieto en sus escasas acciones de política social el indulto, a un maestro tzotzil por una supuesta participación en el asesinato de siete policías en el año 2000, hecho sucedido en la carretera Simojovel-El Bosque, cerca de la comunidad Las Limas en Chiapas; reiterando el gobierno su decisión de fortalecer la justicia, teniendo como lejano antecedente, cuando en los años 70, el entonces presidente Adolfo López Mateos, concedió el perdón al pintor David Alfaro Siqueiros por el delito de disolución social, en su fracasado intento de asesinar al refugiado político León Trosky, gigante de la revolución rusa y perseguido político de uno de los asesinos más torvos de la historia humana, José Stalin.

Por Fernando Ramírez López

Ernesto Sábato.
Para los perseguidos y asediados por
causa de la justicia, hoy envilecida.

“Eso era para graduarse de hombres, dijo. Y el que no se sintiera capaz debía dejar la lucha en ese mismo momento, pero los que se quedaron, sabían que su amor y admiración por el comandante se hacía más y más grande. Y se comprometieron a vencer o morir”.
Ernesto Sábato

De pronto el sistema político mexicano aquejado por sus viejos males y falto de comprensión de su real fenomenología, que es la existencia de un estado de guerra manifiesto, se ha centrado en lograr las llamadas reformas sociales, sacrificando hasta lo indecible para lograrlas, sobre todo la energética, que le garantiza la venia de Wall Street y del sionismo internacional.
David Alfaro Siqueiros.
Como fugaz rayo de luz concede, Peña Nieto en sus escasas acciones de política social el indulto, a un maestro tzotzil por una supuesta participación en el asesinato de siete policías en el año 2000, hecho sucedido en la carretera Simojovel-El Bosque, cerca de la comunidad Las Limas en Chiapas; reiterando el gobierno su decisión de fortalecer la justicia, teniendo como lejano antecedente, cuando en los años 70, el entonces presidente Adolfo López Mateos, concedió el perdón al pintor David Alfaro Siqueiros por el delito de disolución social, en su fracasado intento de asesinar al refugiado político León Trotsky, gigante de la revolución rusa y perseguido político de uno de los asesinos más torvos de la historia humana, José Stalin.
Adolfo López Mateos.
Los asesores presidenciales en el momento actual, no tienen la capacidad de análisis y estudio, además de la sensibilidad social, para entender el momento que vivimos. Como tecnócratas luchan por obtener más dinero a costa de lo que sea, ignorando que el verdadero problema de este país, se encuentra sustancialmente en construir una paz social sólida.
Ellos no saben que al lograr la estabilidad, lo demás se les dará por añadidura; por eso insisten en seguir matando y combatiendo a la guerrilla y al narcotráfico con armas, ignorando que la capacitación se puede lograr con acuerdos políticos.
Enrique Peña Nieto.
Fernando Savater expresa: A quien diga que sin terror y violencia nada ha logrado, pídasele que muestre una sola ocasión en que el terror y la violencia, hayan producido otra cosa que un estado con todas sus lacras definitorias, un solo caso en que el terror y la violencia hayan exterminado eficazmente violencia y terror.
Ya llegó el momento de llamar a los que saben, los cual significa manejar y controlar el poder, a aquellos políticos que en la teoría y en la práctica han hecho de su acerbo, las enseñanzas publicadas en El Príncipe por Nicolás Maquiavelo.
El suelo nacional completo está cubierto de sangre, impunidad y corrupción, es el tiempo de la política y de los consensos; tranquilizar a ciudadanos, empresarios, intelectuales, periodistas, feligreses, campesinos, obreros y a los desempleados que al igual que a la prostitución y las adicciones son el móvil de una sociedad enferma. Se admite el encuentro de los contrarios.
Juan Jacobo Rousseau.
Para esto se requieren medidas de largo alcance como la amnistía la cual significa; el perdón otorgado por ley especial que quita el carácter delictuoso a determinadas infracciones, es una medida colectiva que se aplica a todos los que han sido condenados, procesados o posibles de ser procesados, por un mismo crimen o delito, y que hace cesar para ellos la aplicación de las condenas pronunciadas; los procesos iniciados o la facultad de iniciarlos (extinción de la acción y de la pena). Sin embargo la amnistía no borra las consecuencias civiles de la infracción: las acciones por daños y perjuicios subsisten. Las amnistías son generales o parciales.
La amnistía difiere del perdón o indulto en que a este lo acuerda el jefe de estado y se aplica solo a la pena, sin borrar el carácter delictuoso de la acción. La amnistía por el contrario destruye la delictuosidad misma, se dispone por ley, y hace desaparecer la acción del prontuario, esta, en consecuencia, no se tomará en cuenta para la reincidencia. El amnistiado recobra la plenitud de los derechos civiles y políticos.
Nicolás Maquiavelo.
¿Hacia dónde queremos conducir el análisis?. Hacia la construcción de una nueva sociedad, donde el gobierno que ahora aterra a través de sus órganos represores como los son: ejército, armada, fuerza aérea, policía federal, PGR, así como los gobiernos estatales; redireccionen su actitud y como después de la batalla, se concentre en una tregua de paz y amnistía, con jornadas de pacificación, estamos listos para iniciar ese momento de lucidez moral,
Es en ese sentido que se forjará la armonía nacional, que evite los atentados imprevisibles y que nos lleve a un nuevo estado de cosas en bien del país, participando los responsables de la ley y los grupos fuera de la misma.
Esto no es la posible aplicación de un modelo socialista o capitalista, es la talla de un nuevo Estado Mexicano, que al darles la oportunidad a los grupos en conflicto de la libertad; seres ahora perseguidos o encarcelados, nos ayuden a diseñar un nuevo edificio social donde todos tengamos lugar e importancia.
Esto lo expresamos, porque de proseguir en la actual situación, nada nuevo, ni diferente se avizora en el futuro inmediato, que no sea el aniquilamiento y el caos de nuestra sociedad.
No sea que nos sorprenda un amanecer lleno de oscuridad, el  misterio central de la política mexicana durante muchos años, incluso en el predominio del liberalismo se explicó por qué coincidió con el nacionalismo, supo ofrecer remedios prácticos y una cuestión íntimamente relacionada con el escenario en el que se desempeñaron.
León Trotsky.
El liberalismo concebía la sociedad como una confluencia de individuos, cada uno empeñado en la satisfacción de sus intereses; una confederación de propietarios. El republicanismo clásico en cambio, sostenía que los hombres solo podían realizarse como tales a través de la acción política, llevada a cabo por ciudadanos de una república libre.
En el Siglo XVIII Rousseau argüía que tan solo con una república libre, podía el hombre disfrutar de una libertad e igualdad verdaderas y realizar su potencial como ser social.
La gran revolución reformista logró consolidar los conceptos de independencia y patria, república y reforma, los cuales han sido una sola cosa desde entonces.
No fue sino hasta la revolución que intelectuales como Andrés Molina Enríquez, Manuel Gamio y José Vasconcelos conscientes del abismo que separaba a la patria liberal del grueso del pueblo; recurrieron al concepto de nación mexicana e idearon toda una gama de teorías nacionalistas.
¿Está vigente el nacionalismo?. Esta es la respuesta que nos debemos dar con la homologación de un país seguro y próspero para todos. Pero esto no será posible mientras que las categorías, economía y política, prosigan distantes.
Llegó el momento de la política y de los acuerdos colectivos, de la negociación y de los arreglos, más allá de diputados federales y senadores, con la participación en pleno de la sociedad mexicana. No permitamos que la disputa por la nación nos lleve a un fracaso colectivo; démonos la oportunidad de arreglar nuestros diferendos; más allá de intereses grupusculares y que las instituciones y el marco legal establecido sirva para regular el nuevo orden social, para bien de la república y de los que en ella vivimos.
Celular: 871 163 3813

Eduardo Olmos Castro; declaraciones miserables de un alcalde miserable

Juan Monrreal López.
A menos de dos meses de que concluya su administración Eduardo Olmos Castro sigue refrendando su título como el peor alcalde que ha tenido Torreón, durante su cuatrienio han sido asesinados 2, 227 torreonenses y aún así insiste en que no es real la percepción de los ciudadanos con respecto a la inseguridad, la delincuencia y el crimen organizado y que “las estadísticas son favorables en seguridad”. Lo bueno es que la pesadilla está por concluir, lo malo es que “Su cuate de sangre”, Rubén Moreira Valdez ya lo promueve como Secretario de Seguridad Pública, por lo que debemos ponernos a temblar los habitantes de Coahuila. El artículo se puede leer en http://www.democratanortedemexico.com que dirige Juan Monrreal López.

Torreón. A dos meses de que suelte la presidencia el peor alcalde de la Historia de Torreón, Eduardo Olmos Castro, salió a defender lo indefendible, “los logros favorables en las estadísticas de seguridad”, aún cuando las calles de Torreón, han servido de necrópolis  para 2 mil 227 personas asesinadas, en sus casi 4 años de gestión municipal. De acuerdo a Olmos Castro, la percepción de inseguridad que tiene la ciudadanía, arruinan las “estadísticas favorables logradas este año” en el que sólo se han asesinado a 264 ciudadanos.
Y es que luego de que varios restaurantes fueron asaltados a plena luz del día con todo y parroquianos, la ciudadanía junto con algunos organismos empresariales como CANIRAC y la CANACOTO protestaron exigiendo mayor número de acciones de protección.
Su imperio está en Torreón.
En Torreón, en Seguridad Pública, percepción añuda realidad.
En el municipio, la sensación es verdad; veracidad de que el gobierno de Eduardo “Lalito” Olmos, es un gobierno de sangre y que él, es alcalde de la muerte.
Porque la sangre de 2 mil 227 personas esparcida en todos los rincones del municipio, sólo hablan del desprecio por la vida que este funcionario tiene.
Olmos Castro, es hechura del Moreirato.
Primero sirvió a Humberto. Luego se le acomodó a Rubén.
Desde la campaña en 2009, prometió “Rescatar Torreón” de la indolencia e incapacidad del ex alcalde panista José Ángel Pérez Hernández, cuyas cifras de asesinatos alcanzaron la cumbre con 278 en el año 2009. Un botón de alarma entonces; también preludio del horror que aparecería en las calles, salones de fiesta, zonas habitacionales, centros de vida nocturna, agrupaciones de rehabilitación, etcétera,  ya en pleno dominio del priismo con Olmos Castro en la alcaldía y los Moreira,- Valdés & Valdez-, en la gubernatura, además de Enrique Peña Nieto en la presidencia de la República.
Alejado del sentir ciudadano, así como de sus intereses; Olmos Castro se convirtió en alcalde ausente por las largas estadías en su casa de los Estados Unidos. También por la carencia de intelecto mínimo de administración pública, de manera que la espiral ascendiente de asesinatos nunca estuvo en planes detenerla;  él se mueve en otros planos; camionetas blindadas, escoltas de cuando menos 12 guardaespaldas, aviones particulares…
“Cuates de sangre” al fin, Rubén Moreira y Eduardo Olmos se la han pasado acaramelados con declaraciones de alabamiento mutuo en la radio, televisión, medios impresos, mientras la verdad arroja capas sobrepuestas de zozobra, terror  e irritabilidad sobre los ciudadanos; aun peor; al menos 264 inmolados sobre la ciudad hasta el 3 noviembre.
Moreira Valdez (con Z), dijo una y otra vez que de la “seguridad me encargo yo”, mientras que el tornado de ejecuciones, delitos del orden común, opacidad de la administración y mucha demagogia, se hacen cada vez más anchos en la cúspide del torbellino delincuencial en el municipio  y el estado, además quimérico tratar de ocultarlos con los millonarios gastos en propaganda, compra de medios y control de periodistas mediante arreglos económicos y favores desde el poder.
Las burlas de estos “Cuates de sangre”, son múltiples.
Después de las masacres del 2010,-Bar Ferrie; Juana´s Vips; Quinta Italia Inn; Centro de Recuperación de Alcohólicos y Drogadictos “La Victoria” A.C.-, el entonces gobernador, Humberto Moreira Valdés, comentó que se había creado un fondo especial de ayuda a las víctimas de La Quinta Italia Inn, para apoyar a los familiares de los 18 asesinados y 17 heridos; la partida nunca se usó.
Por cierto, el día de la tragedia de La Quinta Italia Inn, suscitada pocos minutos después del día 18 de julio, mientras las carcajadas de la muerte se escuchaban en los oídos de los familiares de los victimados; las risotadas de celebración en la boda de Rubén Moreira seguían en Saltillo.
Moreira Valdez (con Z) nunca declaró nada acerca de la matanza,- ni de esa, ni de ninguna otra-, pese a ser diputado federal por Coahuila y presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de diputados; eso sí, su esposa, entonces diputada federal,- hoy responsable del Consejo Nacional de Fomento Educativo (CONAFE)-, la hidalguense, Alma Carolina Viggiano Austria expresó a los medios que era el “día más feliz de mi vida”, sin hacer mención alguna de solidaridad con las parentelas de los sacrificados.
Y mientras Olmos Castro, se encuentra irascible porque la gente no coincide con los resultados favorables en Seguridad Pública que las autoridades manejan; año con año,  el gobierno de Eduardo Olmos propició que la ola de crimen creciera hasta exterminar  a miles de torreoneneses, – 2010,  449 asesinados; 2011, 745 víctimas; 2012, 769 sacrificados; hasta noviembre 3 del 2013,  264 ejecutados-, el llamado alcalde de la muerte http://democratanortedemexico.com/eduardo_olmos_castro_el_alcade_de_la_muerte.html se irrita por la sensación que tiene la gente acerca del incremento de la violencia, sobre todo a partir de los asaltos a restaurantes.
Gárrulo explica que “claro que nos afecta” en las estadísticas “favorables que llevamos en la estrategia contra la inseguridad (Olmos, dixit)” mientras los camposantos se han extendido a todos los barrios y ejidos del municipio.
Tan afectados mentalmente se encuentran los “Cuates de sangre” que Rubén Moreira Valdez (conocido como Zerevro) declaró que los ataques a las casas de comida tienen “algo político”, mientras los padrones de registro de delitos de la Procuraduría de Justicia del Estado de Coahuila (PGJE) crecen.
Los "Cuates de Sangre" Rubén
Moreira Valdes y Eduardo y
Edaurdo Olmos Castro.
En tanto, el Consejo Cívico de las Instituciones Laguna, denunció que sólo en septiembre se recibieron 86 denuncias de robo con violencia en distintos negocios, relación que creció 120 por ciento de mayo a septiembre.
Con todo, sin vergüenza alguna, Eduardo Olmos Castro, junto a su compinche de camarilla y alcalde electo Miguel Riquelme Solís, -quien le diseñó la guerra contra el panismo explotando el asunto de la Seguridad Pública-, se dedicaron a recorrer las instalaciones policiacas anunciando que ahora sí, Torreón contará con mejor policía.
De este modo, mientras el “Alcalde de la Muerte” Eduardo Olmos Castro, vive alucinado que la apreciación de la inseguridad “que tienen los ciudadanos se impone”, la realidad le grita que bajo su gobierno existen al menos 2 mil 227 asesinados en el municipio hasta el 3 de noviembre de  2013, y eso no es percepción, es la triste y doliente realidad de Torreón.
Aún así, “Su cuate de sangre” Rubén Moreira, ya declaró que era posible que al entregar la alcaldía, Olmos Castro sea convertido en secretario de Seguridad Pública de Coahuila.
Pa´acabarla…
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Twitter@jmonrreallVoces de la Región