Héctor Lara Orozco ¡Descanse en Paz! |
El pasado 28 de febrero por la tarde, falleció en la ciudad de Cuernavaca, Morelos el
señor Héctor Lara Orozco.
Hijo
mayor de Indalecio Lara Hernández (f) y Consuelo Orozco Guerrero (f) nació en
la ciudad de Monterrey, Nuevo León aunque en los primeros años de su vida vivió
en Saltillo, capital de Coahuila.
Siempre
sintió inclinación hacia el dibujo, motivo por el que eligió como actividad
profesional la de pintor y aunque no realizó estudios formales en ninguna
academia o escuela, se acercó a personas que ya tenían transitado ese camino
quienes le compartieron parte de su experiencia.
Desde
muy joven se trasladó a la ciudad de México, para abrirse camino como pintor y
en base a constancia y estudio muy pronto se hizo dueño de una depurada técnica
para resolver los problemas que se le presentaban por lo que adquirió dominio
en el trazo de la figura humana, así como en el manejo de perspectiva, sombras
y colores.
Como
autodidacta, su obra no se centró en una técnica particular, pues hay en su
obra lo mismo muestras del arte abstracto, que de la pintura realista y la
impresionista.
Aunque
nunca fue profeta en su tierra, en Cuernavaca su ciudad de residencia y en el
Distrito Federal tuvo logros importantes pues fue el fundador del Jardín del
Arte, lugar donde una gran cantidad de pintores y otros artistas plásticos
promueven su obra.
Hasta
el Jardín del Arte era frecuente que llegaran coleccionistas procedentes de otros
países, quiénes adquirieron la mayor parte de sus pinturas, que se encuentran
en colecciones particulares.
Héctor
Lara Orozco era el mayor de nueve hermanos, de los que solo llegaron a la edad
adulta él y otros cinco.
Estuvo
casado en dos ocasiones, la primera de ellas enviudó, pero procreó con su
primera esposa a sus hijos Héctor y Ofelia, quienes le sobreviven.
Con
Odila Casas, su segunda mujer procreó a Virgilio, Marco Vinicio y Diego.
De
sus hermanos fallecieron primero Helios y posteriormente Indalecio en año
reciente. Sobreviven las hermanas Olivia, Velia y María del Consuelo.
Los restos mortales de don Héctor fueron incinerados y sus cenizas depositadas en la casa que siempre habitó.
¡Descanse
en paz Héctor Lara Orozco!.