En 1965 y una vez triunfante la Revolución Cubana Ernesto Guevara Lynch inició el primero de varios intentos abortados de “exportar la
revolución”. El ex médico argentino fue enviado por Fidel Castro a El Congo y
llegó al puerto de Kigoma
el 24 de abril de 1965 y pocos meses después, el 21 de noviembre de 1965 debió
huir de la hoy República Democrática de El Congo, tres días antes de que Mobuto tomara el poder. Otra de las misiones
fracasadas de Guevara por
“exportar la revolución” tuvo lugar en Bolivia, donde esbirros del régimen lo asesinaron luego de emboscarlo
en 1967.
Baraka, RD Congo. “Aquí lo que falta no
son armas (…) sobran hombres armados y faltan soldados”, escribió Ernesto “Che”
Guevara a Fidel Castro en octubre de 1965, unas semanas antes de dar por
fracasada su aventura en África, de donde partió el 21 de noviembre, a tres días de que Mobuto tomara el poder.
Sin tapujos, el médico argentino que se
convirtió en guerrillero para apoyar la revolución cubana reconoció el fracaso de
su intento abortado de exportar la “guerra revolucionaria” a la hoy República
Democrática del Congo.
Ernesto Guevara Lynch desembarcó al
oriente de lo que es hoy la República Democrática del Congo al frente de una
docena de cubanos negros el 24 de abril de 1965. El grupo expedicionario cruzó el
lago Tanganica de este a oeste a partir del puerto de Kigoma, en Tanzania, y
atracó en Kimbamba.
“Esta es la historia de un fracaso”
señala el argentino al abrir su Diario del Congo, el fracaso de una misión
abortada que se inició un día como hoy de hace cincuenta años.
La zona se encontraba en poder de los
rebeldes Simba (“león” en swahili), uno de los líderes era Laufrent- Désiré
Kabila, padre del actual presidente del Congo Josehp Kabila.
Guevara había sido enviado a la misión
por Fidel Castro, pero él mismo tenía la obsesión de hacer del ex Congo belga,
país inmenso que ocupa el corazón de África, una plataforma contra el “imperialismo
yanqui” y el “neocolonialismo” en el continente negro.
Desde su independencia, el Congo no había
cumplido todavía cinco años y solo tenía una sucesión de guerras civiles.
La independencia de la antigua colonia
belga se preparó en apenas seis meses y a partir del 30 de junio de 1960 se
inició una catástrofe, en cuestión de días se amotinó el ejército; Catanga, una
provincia del tamaño de España, que concentraba las principales riquezas del
país, se separó y Bélgica intervino militarmente para intentar restaurar el
orden.
Entonces el primer ministro Patrice Lumumba
pidió ayuda a los Estados Unidos, pero multiplicó las torpezas y acabó
rompiendo su buena imagen ante los estadounidenses durante una infortunada
visita a Washington.
Luego, en lo que pretendió ser un juego
estratégico, se aproximó a la Unión Soviética y se convirtió en enemigo del
imperio norteamericano. Durante esta parte de la guerra fría el Congo era
demasiado importante como para que Washington les permitiera inclinarse hacia
el campo soviético.
El uranio de la bomba atómica que se
lanzó sobre Hiroshima fue extraído de la colonia belga, y el cobalto,
imprescindible para las industrias armamentistas, solamente se encontraba –
prácticamente – en la unión Soviética y en El Congo.
El hombre de Washington en el naciente
Estado era el general Joseph-Désiré Mobuto, que se encontraba al frente de las
fuerzas armadas.
En enero de 1961 fue asesinado Patrice
Lumumba y aún en nuestros días es tema del debate la implicación de los Estados
Unidos.
Cuando Guevara y sus hombres desembarcaron
en Kibamba, Catanga ya había regresado al regazo de El Congo, que vivía todavía
horas de agitación.
Maoistas y lumumbistas se asociaban en
la rebelión de los Simbas, movimiento que estalló en 1964 y llegó a controlar
un tercio del país y para abril de 1965 solo le quedaban dos pequeñas zonas en
el centro del país.
Ante esto, no tardó en manifestarse el
desencanto del Che quien se convenció de que el fervor revolucionario de los
rebeldes no brillaba por su intensidad. Los hombres practicaban ritos mágicos
que suponían que los volvían invulnerables y que nada tenían que ver con el
materialismo dialéctico. Los campos se encontraban poblados por mujeres
mientras que los menores bebían y bailaban; de los tocadiscos salía una música
estruendosa que invadía la selva.
Guerrilleros, principalmente cubanos y
congoleses, encabezados por Ernesto Che Guevara cruzaban en noviembre de 1965
el lago Tanganica hacia Tanzania
Por seguridad el guerrillero argentino –
cubano no había revelado a los dirigentes de la revolución que formaría parte
del destacamento enviado por Cuba, una vez en El Congo avisó a Kabila, con
quien había hablado unos meses antes en Brazzaville durante una gira africana,
para que viniera a verlo.
Por ese entonces Kabila se hallaba en El
Cairo, después en Tanzania. El Che lo espero 75 días, lo que le causó
desasosiego que se refleja en su diario.
En dos palabras describe la situación: “caos
desorganizado”.
Describe más adelante: “el principal
defecto de los congoleños es que no saben disparar”.
Finalmente, Kabila llega el 7 de julio,
para marcharse luego de una estancia de cuatro días.
No obstante los refuerzos cubanos –el cuerpo
expedicionario llegó a disponer de un centenar de hombres- y de algunos éxitos militares lo que siguió fue
un descenso a los infiernos para el hombre que soñaba con “cubanizar a los
angoleños”.
Los africanos se negaban a cavar trincheras
razonando que los agujeros en la tierra son para los muertos, y salían a la
carrera en cuanto se producía un enfrentamiento serio.
El final se aproximaba, las posiciones
de la guerrilla caían una tras otra, ante la ofensiva del ejército y los
bombardeos aéreos de pilotos mercenarios occidentales.
Guevara y sus hombres abandonaron el
país el 21 de noviembre de ese 1965, el 24 del mismo mes Mobuto tomó el poder.
Guevara murió en Bolivia en 1967 en otra
aventura concluida en fracaso. Lo emboscaron y asesinaron.
Kabila esperaba su hora, apoyado por
Ruanda echó a Mobuto de Kinshasa en 1997.
Fuente: La Nación / Mundo:
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