Roberto Orozco Melo. |
El ruido, cualquiera, tiene consecuencias físicas y sicológicas en el oyente, sobre todo cuando es generado por la contaminación dice en su columna Hora Cero el historiador, abogado y periodista Roberto Orozco Melo, el texto fue tomado del periódico regional El Siglo de Torreón.
Enlace:
Enlace:
http://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/910922.ante-el-ruido-silencio.html
Es la sensación de no saber qué nos
molesta. Algo desequilibra nuestra estabilidad psicológica provocándonos una
irritación íntima, ascendente, sin control. De pronto, una motocicleta nos da
la clave: es el ruido de la ciudad; de los vehículos automotrices; de los
radios encendidos a todo volumen; de las redes de comercios que, por medio de
altoparlantes, contaminan las aceras con la ingenua creencia de que servirán
para atraer a los transeúntes a su telaraña de ofertas cuando el efecto es --al
menos para mí-- totalmente opuesto; es, en fin, el alboroto total con que la
inventiva humana rompe, en distintos medios y formas, la tranquilidad de las
personas. ¿Quién no ha sentido el deseo irresistible de agredir verbalmente y a
golpes a los inconsecuentes motociclistas que agravian impunes a la población
con los escapes abiertos de sus vehículos? Se requiere la máxima concentración
mental y un supremo esfuerzo de control y prudencia para no ceder al impulso
primario de atacarlos por su estúpida insania.
¿Quién soporta a los locutores de radio
que se desgañitan frente a los micrófonos en vez de expresarse con voz
temperada? ¿Ignoran acaso que cada aparato receptor tiene la cualidad de reproducir
las señales de audio con el grado de intensidad que desee quien lo escucha?
¿Para qué, entonces, tanto desafuero de decibeles, como si estuviesen
"ladrando" un partido de futbol al estilo vociferante del
"Perro" Bermúdez?
¿Y qué me dice del hijo del vecino que
llega a altas horas nocturnas con el estéreo a todo volumen, mientras se baja
con toda calma a abrir la puerta de la cochera para meter su vehículo,
interrumpiendo el sueño de la comunidad? ¿O de las carnes asadas de los
vecinos, amenizadas con lo último de la canción ranchera a todo volumen?
Enrique "Perro" Bermudez. |
Por supuesto que si queremos saber lo
que es el silencio, sólo bastará pedir a nuestras autoridades municipales que
hagan lo necesario para proteger a los habitantes del ruido, y, como por arte
de magia, tendremos un silencio absoluto, acompañado de una indiferencia total.
La alteración de la tranquilidad humana les importa un 'claxon'.
El ruido ejerce diversos efectos: causa
lesiones físicas y trastornos mentales. Cualquier ruido contrae los vasos
sanguíneos y causa lesiones permanentes al oído hasta provocar la disminución
de la capacidad auditiva. Produce padecimientos de la piel, dilatación de las
pupilas y tensión de los músculos voluntarios e involuntarios; reduce la
secreción gástrica, aumenta bruscamente la cantidad de adrenalina en el
torrente circulatorio. Se dice que la mayor amenaza es para los productos en
gestación y los niños pequeños... El ruido hace a la gente irritable y
susceptible, agresiva y distraída... El ruido retarda la recuperación de los
enfermos... Hay una relación estrecha entre el aumento del ruido y el mayor
grado de violencia en las ciudades... La extrema irritación del ruido ha sido factor
desencadenante de homicidios...
Importa, y mucho, que
se haga una conciencia social respecto al derecho a la tranquilidad que tenemos
quienes vivimos en las ciudades. Las autoridades de Salud Pública, de Ecología,
las estatales y las municipales deberían conjuntar esfuerzos para tomar medidas
enérgicas y permanentes de control del ruido..., ese enemigo, siempre presente,
que nos agrede a diario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.