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8 de septiembre de 2013

Cacofonías

Acerca del ruido de cualquier tipo que nos encontramos nos habla Marco Provencio columnista en la sección Acentos de Milenio Diario Laguna. En donde señala que: “El mundo está lleno no solo de ruido, sino de cacofonías, las que generan una disonancia entre lo que se alcanza a escuchar y lo que se ve. Hay quien dice que la tolerancia a ese ruido (auditivo, visual, táctil, de todo tipo) es sinónimo de madurez, aunque Schopenhauer (El mundo como voluntad y representación) sostenía que la capacidad de tolerar ruido sin inmutarse es inversamente proporcional a la capacidad mental de quien escucha.”

Enlace:  www.milenio.com/cdb/doc/impreso/9190837

La peor llanta del carruaje es la que hace más ruido (Benjamin Franklin)… y es la que se lleva la mejor aceitada (refrán popular).

Enrique Peña Nieto.
El mundo está lleno no solo de ruido, sino de cacofonías, las que generan una disonancia entre lo que se alcanza a escuchar y lo que se ve. Hay quien dice que la tolerancia a ese ruido (auditivo, visual, táctil, de todo tipo) es sinónimo de madurez, aunque Schopenhauer (El mundo como voluntad y representación) sostenía que la capacidad de tolerar ruido sin inmutarse es inversamente proporcional a la capacidad mental de quien escucha. Van cuatro ejemplos para documentar algunas de nuestras cacofonías sociales.
Francia.
El jefe de Gobierno del DF ha presentado una iniciativa de reforma constitucional que busca que la Ciudad de México se transforme en el estado 32 de la unión, propósito anhelado por no pocos capitalinos. Quien argumenta a su favor señala que daría derechos plenos a los habitantes de la ciudad y aseguraría sus libertades, al tiempo que propiciaría “el adecuado funcionamiento de sus servicios [de la capital] y velaría por la seguridad de sus habitantes”. (Manuel Camacho, Reforma, 5 de septiembre, pág. 1-c).
No falta algo de razón a lo anterior, pero simplemente hay que revisar cualquier diario estos días para constatar qué corteses pueden ser las palabras y qué grosera la realidad. Ante la literal “entrega de llaves” que el Sr. Mancera ha hecho a nuestros visitantes distinguidos… ¿“derechos plenos a los habitantes de la ciudad”? ¿“Adecuado funcionamiento de los servicios”? Tiene razón Óscar Espinosa en un texto publicado ayer cuando dice que “la demanda de tener todo lo que nos beneficie y nada de lo que nos responsabilice… [es] reclamar derechos políticos de adulto aceptando sólo obligaciones de niño”. En efecto, éste es un tema que concierne a todo el país, no solo a los sitiados chilangos.
Andrés Manuel
López Obrador
Héctor Serrano, secretario de Gobierno del DF, dice que, para que se pueda realizar la movilización programada de AMLO, los maestros de la CNTE deben retirar sus carpas del primer cuadro de la ciudad y el gobierno debe levantar las que instaló en el Zócalo cuando todo parecía color de rosa en la capital. ¿Y para el grito del 15 de septiembre? El Sr. Serrano espera que “se pueda llegar a negociaciones con los maestros disidentes…”.
¡Ajá! Es difícil no percibir cierto descaro. Todo este manejo pulcro con las palabras, las expresiones, las intenciones o deseos de que el conflicto en la ciudad se solucione por la vía pacífica y el diálogo y el bla bla bla, pierde su careta cuando se muestra el sentido real de las acciones del gobierno. Éste ya apostó todo al 2018, aunque, por lo visto, tenga una lectura equivocada y lo haga mirando para atrás y no para adelante.
Con frecuencia, el ejército de reserva de la “insurgencia magisterial” (no es seguro que procedan las comillas) ha deleitado a los transeúntes con una cascarita en plena Plaza de la Constitución o en Paseo de la Reforma. Se ve que esto del balompié es genético, aunque la técnica, la forma y la condición física y mental de los improvisados pamboleros dejen mucho que desear.
Ahora amenazan con bloquear el juego contra Honduras en el Azteca. ¿Dónde quedó ese derroche de pasión, de entrega, de sacrificio por el futbol que se ha visto en estos días en las abarrotadas canchas del Zócalo y de la principal avenida de la ciudad?
Miguel Ángel Mancera.
Mientras en San Petersburgo el presidente Peña Nieto y el presidente de China, Xi Jinping, celebran “la intensa dinámica de diálogo y colaboración bilateral” y el secretario de Hacienda firma con contrapartes chinas un memorando para promover la inversión bilateral, en nuestro país algunos representantes del sector privado inician su propia “insurgencia empresarial” contra un proyecto de inversión mexicana que incentivaría, precisamente, el comercio y la inversión entre México y China.
El tema llega al grado de que el presidente de la Canacintra cita el ejemplo de Francia para defender su aparato productivo nacional: “Cuando las autoridades [francesas] observan un peligro a su industria, no les importa violar sus leyes con tal de frenar cualquier acción que pueda dañar” (El Economista, 6 de septiembre, pág. 27). Si a un miembro de la cúpula del sector privado le parece natural que la autoridad viole la ley en aras de un “nacionalismo industrial”, ¿por qué a alguien le sorprende que la CNTE diga ahora que la triada de leyes en materia educativa no les será aplicable a ellos?.

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