Una muestra del por qué andan como andan las cosas del gobierno la brindó en días pasados el Senador del PAN Luís Fernando Salazar Fernández y de lo que se le captó en una fotografía que rápidamente se difundió en facebook, twitter y correo electrónico. Enrique Irazoqui autor de la columna No hagas cosas buenas… que se publica en el periódico regional El Siglo de Torreón, se ocupó del tema y especula lo que le espera al político en su carrera a consecuencia de la siesta que se echó en momentos en que debería ocuparse de la labor por la que se le paga, generosamente por cierto.
Enlace: www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/910562.una-siestecita.html
La foto
circuló muy rápido. En miles de dispositivos la imagen aparecía vía las redes
sociales o correo electrónico directo. El senador Luis Fernando Salazar dormía
plácidamente sentado en su sillón en plena sesión de la Cámara Alta.
De
traje y corbata, reclinado un poco sobre su costado izquierdo Salazar está
honrando espléndidamente a Morfeo, mientras en la tribuna sus compañeros
legisladores se desgañitan en defensa de sus posiciones. Presumiblemente el
reposo del senador panista ocurrió cuando el Senado tuvo que reunirse en
jornada nocturna para la aprobación de la Ley de Servicio Profesional Docente,
corazón de la reforma educativa.
El
comentario generalizado sobre el hecho es de indignación y raya en el cinismo
el hecho que el senador esté dormido, cuando debería estar haciendo su trabajo
por el cual le pagan, si se le suman todos los ingresos que se le dan en el
Senado, más de doscientos mil pesos mensuales, cifra por demás considerable y
aun así el señor simplemente decide desconectarse y entrar en ese trance de
reposo.
Más
allá de lo hiriente que resulta para el ciudadano de a pie que paga impuestos
con los cuales se sostienen entre otras muchas cosas, las onerosas dietas de
los miembros del poder legislativo, la toma de la fotografía y su interés por
circularla puede contener otro objetivo.
Guillermo Anaya Llamas. |
Así que
el puesto de Salazar es el de más alto rango dentro de los panistas y por
consecuencia, el único que tiene garantizados cuantiosos ingresos hasta el 31
de agosto de 2018, lo que le dará mayores posibilidades de buscar otros
espacios más apetitosos para un político como los de su tipo: la alcaldía de
Torreón dentro de 4 años o inclusive, podría pretender -por qué no- hacerse de
la candidatura de su partido para la gubernatura, con lo que tendría que
desafiar a quien ha sido fundamentalmente su tutor: el diputado Anaya, además
de ver cómo se le dan la cosas a Isidro López, flamante alcalde electo de
Saltillo que podría rivalizar con cualquiera para ser candidato a gobernador.
No
sería sorpresa que el senador Salazar se convirtiera eventualmente en rival de
Anaya, puesto que tiene un antecedente inmediato, la ingratitud política,
cuando abiertamente trabajó en contra e incluso en conversaciones telefónicas
ilegalmente interceptadas, despotricó en contra de un familiar de quien había
sido su gurú no hace poco tiempo atrás: Jorge Zermeño Infante. Es vox populi
que no hace muchos años Luis Fernando le cargaba el maletín a Jorge y sin
transcurrir mucho tiempo, pasó de servil a ingrato. Es también un principio
generalizado que para crecer políticamente, el interesado tiene que "matar
a alguien" - es sentido figurado- y la víctima en este caso pues fue el
señor Zermeño.
La
política es muchas veces así de ingrata, así de bajuna, pero por desagracia no
hay muchas opciones más para escalar en ella, eso lo saben quienes de ahí
viven. Esas mismas reglas actuaron ahora contra Salazar, a quien en términos
políticos, esa siestecita pudiera salirle muy cara.
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