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7 de julio de 2015

México ensangrentado

Fernando
Ramírez López
En el marco de la polémica a que ha dado lugar la conmemoración de los cien años del fallecimiento de Don Porfirio Díaz resulta pertinente la revisión del presente texto publicado el pasado 2 de diciembre del 2014 y donde Fernando Ramírez López hace un comparativo de los regímenes de Díaz, del de Álvaro Obregón y del actual a cargo de Enrique Peña Nieto y en donde se hace evidente la falta de capacidad política y de dimensión histórica de quienes tienen hoy a su cargo el gobierno de la República. Ramírez López hace gala de su agudeza como observador acucioso del acontecer nacional.

Para María Fernanda: pasó veloz y ligera,
caballito blanco, caballito trotador
“Cien años después del mítico 1910 solo nos queda la posibilidad de reconocer la eficacia del porfiriato para cumplir sus fines, para aquilatar su propuesta de no dejar a nadie demasiado fuera y, sobre todo, para admirar su elección  de las obras materiales cuya utilidad continúa siendo indiscutible”.
Rafael Tovar y de Teresa. El Último Brindis de don Porfirio

Enrique Peña Nieto
Se ha cumplido más de un siglo de que Porfirio Díaz dejara el poder y dos años solamente del inicio del sexenio peñanietista, hoy tan cuestionado.
No se requiere recurrir al tarot o al apoyo de un adivinador de carpa, para darse cuenta de que las cosas que hoy suceden son consecuencia  de un hecho, el reflejo de un fenómeno llamado desestabilización, producida entre otras cosas por la incapacidad de la genética darwiniana del presidente para resolver la crisis actual.
Esta situación no es reciente, es de todos sabido que el ejecutivo federal solamente es una pieza del complicado ajedrez del sistema político y de las ambiciones de los grupos de poder, que hoy ante la debilidad del ejecutivo buscan sustituirlo.
Hombre poco imaginativo, Peña Nieto recientemente anunció con toda pompa diez propuestas para cambiar el rumbo convulso de un país con hambre y sed de justicia. No serán los beneficiarios de las contradicciones del sistema los marginados, naturalmente que en el juego del poder están presentes: el presupuesto de egresos de la federación, las concesiones, el manejo de los cárteles y naturalmente todas las posiciones políticas apetecibles, como lo son las Secretarías de estado y las gubernaturas entre otras muchas.
General Porfirio Díaz Mori
La problemática lo mismo la esquematiza Ayotzinapa con 43 estudiantes muertos, que Torreón con las protestas de grupos de la sociedad civil ante la presidencia municipal, la inconformidad está generalizada en todo el país, por lo que se ve agravada la situación con los errores gubernamentales que permanentemente se cometen, como es el caso de la nulificación del contrato para la construcción del tren rápido México – Querétaro, así como la pretendida justificación de la mansión adquirida por Angélica Rivera.
Es también parte de lo que está en juego, el control del mercado clandestino en la compra y venta de armas para México y América Latina, como lo es también los beneficios macroeconómicos que reciben los empresarios en la recepción de los cupos de leche y maíz en polvo que les otorga la Secretaría de Economía, por ser un país alimentariamente insuficiente.
Hoy como ayer, la muerte, la pobreza y el hambre visitan a los de siempre, a los desposeídos que son carne de cañón que pagan con su vida  o con la cárcel.
Vivimos en un sistema en que los poseedores del control del mismo, hoy dirigen las cámaras de diputados y senadores, en contubernio y bajo las órdenes de la DEA, FBI, Wall Street y el Departamento del Tesoro norteamericano. Con las reformas estructurales recientemente logradas terminaron por entregar al país, por esa razón simplemente ya no se justifica el festejo de la Revolución Mexicana y de sus logros el 20 de noviembre como todos los años.
Los grupos en el poder manejan la banca, las maquiladoras de productos de exportación y patrocinan la existencia de grupos esquizoides que son los que queman la puerta Mariana de Palacio Nacional, vandalizan los comercios y trasmiten por los medios de comunicación el fracaso de la política gubernamental.
Peña Nieto ha dejado a muchos grupos fuera del poder y de sus beneficios, es por lo que así como en su momento usó a Humberto Moreira para llegar a la Presidencia de la República, así hoy tiene que pagar las consecuencias de los compromisos incumplidos para llegar a Los Pinos.
Es lamentable su poca imaginación y la forma en que sin cesar las redes sociales permanentemente lo evidencian no solamente en México sino a nivel internacional.
Desestabilizar es el propósito, llenar a México de sangre, para negociar el poder y de ser necesario quitarlo de la silla presidencial vivo o muerto, tal como lo acostumbran a hacerlo en repetidas ocasiones.
Álvaro Obregón 
Ayer fue don Porfirio, que su más grande error fue envejecer, después Obregón y ahora Peña Nieto, sobre todo porque no ha sabido ni ha contado con un gabinete que genere soluciones para detener el caos.
Se han estado comiendo al país por centurias, se han llevado el oro y el petróleo, ese es el juego y las ansias del poder, es por eso que este país le rinde culto y pleitesía a la muerte, en su psique social la atrae y la rechaza, es un juego dialécticamente perverso, donde se manifiesta el dolor y también las ansias de notoriedad, tal vez porque la vida en su esencia es pasajera y a la vez permanente.
Juguemos al juego del dolor y de los asesinatos colectivos, hay que empapar de sangre el suelo nacional, esa es nuestra razón de la sinrazón de la violencia, es partir del juego loco de los hijos de una madre violada que parió a una raza llena de traumas y de complejos, por eso bien lo dice López Velarde “nos jugamos la vida en un volado”, así José Alfredo lo secundó diciendo “la vida no vale nada”; la esquizofrenia por si misma y la locura colectiva hoy nos han hecho presas de los juegos del poder, Peña Nieto simplemente está construyendo su destino, que es parte de un colectivo que en la sangre dirime sus complejos a carcajadas, sin lamentos que al final de cuentas para morir nacimos, esto es México, me pregunto si acaso tenemos otro destino que la fatalidad endémica de una raza cósmica que apenas empieza a formar su destino por hoy incierto; esa es la discusión colectiva que se sostiene a la largo y ancho del país. Esperemos.
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