En su columna Metáfora Ciudadana que publica El Siglo de Torreón todos los domingo, el académico del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey Campus Laguna Luís Alberto Vázquez Álvarez describe las características de los idiotas morales y de los cínicos políticos, el texto corresponde a la edición del pasado 8 de diciembre.
Esto dice el Señor:
Serán aniquilados los que traman iniquidades, los que con
sus palabras echan la culpa a los demás,
Isaías 29, 17-24
Nerón
gobernó Roma con poder absoluto del año 54 al 68 de nuestra era; su reinado se
caracterizó por infinidad de asesinatos y el incendio de una gran parte de
Roma; todo ello en medio de pasiones teatrales y musicales del emperador, quien
privó al senado de sus facultades, a fin de poseer él, todo el poder político.
Rubén Moreira Valdez |
Se
le acusó de haber envenenado a su hermanastro Británico, heredero del trono; de
asesinar a su madre, Agripina; ejecutar a Octavia, su primera esposa para poder
casarse con una de sus amantes. Instauró férreas normas contra la deslealtad al
emperador que se castigaba con la pena de muerte; con ellas llevó al cadalso a
cualquier sospechoso de traición o de peligro al imperio; nadie podía expresar
comentarios contra Nerón; por esta causa obligó a su propio mentor, el filósofo
Séneca y a otros artistas a suicidarse. Tras incendiar Roma para obtener
terrenos libres, destinó gran parte del tesoro real, que se había incrementado
por nuevos impuestos producidos por una reforma fiscal, en la construcción de
su mansión: "Domus Aurea" (casa de oro) que abarcaba la colina del
Palatino. De este incendio culpó a los cristianos, de los cuales, miles fueron
asesinados. Diversos levantamientos militares obligaron a Nerón huir de Roma y
suicidarse.
Norbert
Bilbeny, profesor de Ética en Barcelona, acuñó el término "idiota
moral". Asegura que los idiotas morales no tienen juicio práctico, admiten
que el fin justifica los medios y lo peor: no logran usar la capacidad de
pensar. Aunque sí saben lo que están haciendo, son incapaces de sentir
emociones y actúan por libre impulso sin que medie un tiempo de reflexión entre
lo dicho y lo hecho. Si bien no carecen de inteligencia, esta no es capaz de
llevarlos, por sí misma, al bien. Los idiotas morales tienen los "ojos
abiertos pero los sentidos cerrados" Desconocen los sentimientos de culpa
o arrepentimiento; ni siquiera sienten odio por la vida o amor por la muerte,
simplemente son indiferentes ante lo uno y lo otro. Carecen de la herramienta
fundamental para enjuiciar sus propios actos; no se cuestionan a sí mismos.
Miguel Ángel Riquelme Solís |
La
mentira cínica es su principal bandera; vive creyendo que puede engañar a la
inmensa mayoría y que la oposición es mínima y no cuenta. Ello lo hace un
peligro para la sociedad, sobre todo luego de que sustituye las normas morales
por intereses propios o de grupo.
Varios
dictadores latinoamericanos y africanos podrían ser perfectos ejemplos del
prototipo que hoy tratamos en esta columna, pero en nuestro tiempo y en nuestro
entorno inmediato, subsisten y viven, muy bien y fuertemente protegidos,
tendenciosos de este arquetipo con los que Jung se hubiese deleitado
clasificar.
A
los vicios que la ética mundial ha asignado al Idiota Moral, en México se suma
el cinismo, vicio de los políticos de todos los partidos. Un caso típico es
Arturo Escobar; Él no se siente culpable de los múltiples delitos electorales y
de los fraudes a mexicanos que cometió con su verdoso partido; engatusó a
muchas personas para que votaran por ellos y les entregó, entre otras patrañas,
vales que no valen.
Las
mentiras esgrimidas para tratar de convencer a las personas de que tales o
cuales acciones gubernativas son magníficas caracterizan a estos políticos: que
las reformas estructurales están generando riquezas, aun cuando el número de
pobres aumenta exponencialmente años con año. Que la seguridad pública ha
superado la crisis, aun cuando un cuartel de policía sea tomado por
delincuentes que además se roban las armas o que aparezcan continuamente
cadáveres de ajusticiados y decenas de casas sean asaltadas y saqueadas. Que
una ciudad está perfectamente iluminada, cuando subsisten calles como
"bocas de lobo" o se hable de pureza del agua "potable" y
varios organismos científicos aseguren que ésta contiene arsénico por encima de
la norma, investigación que turbios ignorantes descalifican.
El
cinismo llega a su Everest cuando El violador responsabiliza al padre de la
violada por no haberle puesto el hiyab a su hermosa y tentadora hija y así
evitarle a él sueños eróticos; y el político culpa al pueblo por sus corruptelas
ya que este lo eligió, o a sus oponentes gubernativos porque no impidieron los
abusos en que incurrió; pero hemos dicho que el Idiota Moral es inteligente, y
en ocasiones terriblemente inteligente, entonces utiliza argucias como la más
oscura oclusión de la información para evitar que se conozca la realidad y
luego compra títulos de transparencia para intentar limpiar su imagen.
Insisto,
en México este prototipo de político se da en todos los partidos, sin embargo,
ellos son capaces de criticarse, incluso, agredirse verbalmente entre sí con
rudeza y saña para tratar de engañar al pueblo y luego, curarse las heridas
lamiéndoselas unos a otros, para enseguida continuar con sus tranzas comunes
repartiéndose muchísimos millones de pesos para campañas electorales que en
realidad debe leerse como reparto del botín hacendario nacional y local.