Sin ser un estudio antropológico de la pobreza Fidencio
Treviño Maldonado rememora en el presente breve texto, un libro del
norteamericano Óscar Lewis que en su momento causó
ámpula en nuestro país y que para difundirse en México hubo que esperar a que
concluyera la administración de Adolfo Ruíz Cortines. Se trata de Los
Hijos de Sánchez, una década antes Los olvidados, la película de Luis
Buñuel, afectó la más reprimida de todas las versiones de una sociedad
que había convertido a la pobreza en un territorio imaginario de la abnegación
moral y el recato civil
Óscar Lewis |
El hambre y la
miseria van de la mano y nunca se separan, son paralelas inacabables e
infinitas. La pobreza del México nuevo, del país moderno es peor que la que
estuvo presente en los tiempos del porfiriato, su antropología es complicada
con una naturaleza intrínseca, es el espejo del esquilmo del hombre. En los
años cincuentas del siglo pasado, un americano llamado Óscar Lewis, se lanza al
país del nunca jamás. Trae consigo una vieja grabadora eléctrica, que en cada
entrevista tiene que conectar, viaja a lugares inhóspitos y desde luego los
cinturones de la ciudad y los peones del campo. Los hijos de Sánchez fue un
libro que tuvo que esperar a salir hasta que Adolfo Ruiz Cortines termina su
gestión como presidente de México,
(aproximadamente 1958) ya que mostrar la miseria del país era parar el
desarrollo que este llevaba e iba contra todas las reglas que el sistema
dictaba.
Posterior al libro, se realizó una película con grandes estrellas de la época, entre otros Antony Quinn, Dolores del Río y Katy Jurado. |
La pobreza no es
bella en ninguna parte, es además una ignominia en la que México ha pasado por
una independencia y la sangrienta revolución y la pobreza, no sólo persiste,
sino va en aumento y lo peor es más notorio ahora. Se ha progresado, es verdad
, sin embargo esa misma prosperidad ha dado margen a que los miserables y
excluidos del sistema sean más y son esos mismos desarraigados, a los que la
“Casta Divina” los ha divorciado de su
propia riqueza, de sus propios recursos y para dar constancia a esto citaré un
ejemplo en la región en donde los voceros del sistema y recuas que les acompañan
no se cansan de repetir que los hombres vencieron el desierto; La laguna, y son
a la fecha cientos de ejidos, campesinos y sus tierras, norias y hasta sus
conocimientos los que han pasado a gente que no sólo explota la tierra y el
agua sino la sobreexplota y sólo produce lo que genera dinero, no lo que el
pueblo necesita, lo mismo podemos decir de la tierra de Zapata, en Morelos o en
Guerrero con el café, en Chihuahua con la madera y seguir este carnaval de
calamidades y rosario de penas para la gente que en su pobreza y miseria ve
pasar por la ventana la sarta de mentiras que cada sexenio le toca escuchar.
La pobreza y la
miseria, caminan de la mano con el hambre, la desnutrición, la insatisfacción ,
es decir toda una telaraña económica, incluyendo en algunos casos el trauma
cultural, problemas abrumadores, por la falta de servicios de toda índole,
salud, educación, básicos y vías de comunicación entre otros y a falta de estos,
muchas veces lleva a cabo la
desintegración familiar, todo un tejido con remiendos y sobras que los
pudientes arrojan; productos en descomposición.
La estrategia de
terminar con el hambre que esta vez ha emprendido el nuevo gabinete es otro más
de los fracasos del sistema, programas de ante mano mal paridos. El hambre de
los millones de miserables que ambulan en los oscuros callejones de nuestro
país, terminará cuando la clase
divina deje de robar el dinero del
pueblo y ese dinero sea utilizado en escuelas y se imparta educación de
calidad, centros de salud, estado de derecho igualitario para todos los status
sociales, incluyendo duros castigos para muchos de la clase política y para los
mismos cuerpos o gavillas impartidores de justicia corruptos (desde el policía
de crucero o patrulla , hasta los señores jueces) y sobre todo generar
empleos así como
lograr que el campo sea lo suficiente eficaz de producir alimentos
básicos para el pueblo, igualar sueldos
y defender la democracia, esto entre otras mil
aspectos, rasgos u cosas.
Luís Buñuel |
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.