Dora Alicia Cárdenas Márquez |
Mi amiga en Internet Dora Alicia Cárdenas Márquez me solicitó que le ayudara a difundir el presente enlace que
compartió hoy en su cuenta de facebook y consideré que no existe mejor medio de
complacerle que por conducto de mi blog y así lo hice. El artículo que se
publicó en varios de los medios más importantes del mundo se omitió
principalmente en el mismo Brasil y en nuestro continente, les recomiendo su lectura porque
verdaderamente se trata de algo muy revelador e interesante.
Durante
un debate en una universidad de Estados Unidos, le preguntaron al ex gobernador
del Distrito Federal y actual Ministro de Educación de Brasil, CRISTOVÃO CHICO
BUARQUE, qué pensaba sobre la internacionalización de la Amazonia. Un
estadounidense en las Naciones Unidas introdujo su pregunta, diciendo que
esperaba la respuesta de un humanista y no de un brasileño.
Ésta
fue la respuesta del Sr. Cristóvão Buarque:
Realmente,
como brasileño, sólo hablaría en contra de la internacionalización de la
Amazonia. Por más que nuestros gobiernos no cuiden debidamente ese patrimonio,
él es nuestro.
Como
humanista, sintiendo el riesgo de la degradación ambiental que sufre la Amazonia,
puedo imaginar su internacionalización, como también de todo lo demás, que es
de suma importancia para la humanidad.
Si
la Amazonia, desde una ética humanista, debe ser internacionalizada,
internacionalicemos también las reservas de petróleo del mundo entero.
El
petróleo es tan importante para el bienestar de la humanidad como la Amazonia
para nuestro futuro. A pesar de eso, los dueños de las reservas creen tener el
derecho de aumentar o disminuir la extracción de petróleo y subir o no su
precio.
De
la misma forma, el capital financiero de los países ricos debería ser
internacionalizado. Si la Amazonia es una reserva para todos los seres humanos,
no se debería quemar solamente por la voluntad de un dueño o de un país. Quemar
la Amazonia es tan grave como el desempleo provocado por las decisiones
arbitrarias de los especuladores globales.
No
podemos permitir que las reservas financieras sirvan para quemar países enteros
en la voluptuosidad de la especulación.
También,
antes que la Amazonia, me gustaría ver la internacionalización de los grandes
museos del mundo. El Louvre no debe pertenecer solo a Francia. Cada museo del
mundo es el guardián de las piezas más bellas producidas por el genio humano.
No se puede dejar que ese patrimonio cultural, como es el patrimonio natural
amazónico, sea manipulado y destruido por el sólo placer de un propietario o de
un país.
No
hace mucho tiempo, un millonario japonés decidió enterrar, junto con él, un
cuadro de un gran maestro. Ese cuadro tendría que haber sido
internacionalizado.
Durante
este encuentro, las Naciones Unidas están realizando el Foro Del Milenio, pero
algunos presidentes de países tuvieron dificultades para participar, debido a
situaciones desagradables surgidas en la frontera de los EE.UU. Por eso, creo
que Nueva York, como sede de las Naciones Unidas, debe ser internacionalizada.
Por lo menos Manhatan debería pertenecer a toda la humanidad.
De
la misma forma que París, Venecia, Roma, Londres, Río de Janeiro, Brasilia…
cada ciudad, con su belleza específica, su historia del mundo, debería
pertenecer al mundo entero.
Si
EEUU quiere internacionalizar la Amazonia, para no correr el riesgo de dejarla
en manos de los brasileños, internacionalicemos todos los arsenales nucleares.
Basta pensar que ellos ya demostraron que son capaces de usar esas armas,
provocando una destrucción miles de veces mayor que las lamentables quemas
realizadas en los bosques de Brasil.
En
sus discursos, los actuales candidatos a la presidencia de los Estados Unidos
han defendido la idea de internacionalizar las reservas forestales del mundo a
cambio de la deuda.
Comencemos
usando esa deuda para garantizar que cada niño del mundo tenga la posibilidad
de comer y de ir a la escuela. Internacionalicemos a los niños, tratándolos a
todos ellos sin importar el país donde nacieron, como patrimonio que merecen
los cuidados del mundo entero. Mucho más de lo que se merece la Amazonia.
Cuando los dirigentes traten a los niños pobres del mundo como Patrimonio de la
Humanidad, no permitirán que trabajen cuando deberían estudiar; que mueran
cuando deberían vivir.
Como
humanista, acepto defender la internacionalización del mundo; pero, mientras el
mundo me trate como brasileño, lucharé para que la Amazonia, sea nuestra.
¡Solamente nuestra!
NOTA:
Este artículo fue publicado en el New York Times, Washington Post, USA Today y
en los diarios de mayor tirada de Europa y Japón.
Pero
en Brasil y el resto de Latinoamérica, este artículo no fue publicado. Ayúdenos
a divulgarlo.
¡Gracias!
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