
http://www.milenio.com/firmas/oscar_hernandez/obesidad-pecado_18_389541044.html
La
obesidad hace 500 años era llamada gordura. En esos años estar “gordo” era
considerado un signo de salud, que suponía fuerza y bienestar. La “gordura” era
un asunto de prestigio y riqueza. Comer abundante y beber a voluntad brindaba
poder y seguridad. Para aquellos años de la Edad Media la medicina estaba
apenas surgiendo, así es que las presiones para la “gordura extrema” no
nacieron de la medicina, sino de la Iglesia. Se predica el control y la
abstinencia. La austeridad sacerdotal se empezó a difundir, los sermones
exaltaban la “continencia”. Los monjes o sacerdotes predicaron y señalaron el
“abuso” del vientre como iniciador del pecado. El vientre para algunos obispos,
es un “fuelle lleno de gas” un “odre hinchado” que señala el abuso en el comer.
La obesidad se contextualiza en aquellos años dentro de la voracidad y la
glotonería, hasta llegar al bestiario, donde se asocia al cerdo con el glotón y
la gordura. En el siglo XIII, el comer en exceso como “animal” identificaba al
pecador. El glotón es la imagen del pecado. Se recomienda la “delgadez
ascética”, triunfa sobre la “gordura”. El rechazo a la obesidad no radica en la
forma, sino en el origen, que proviene de los excesos. No importaba lo
estético, sino el vicio, la decadencia del cuerpo, el pecado. Desde luego no
podían faltar los matices y la indulgencia: “ Los poderosos y los ricos, que
están acostumbrados a las delicias y los manjares en la mesa, no es
recomendable imponerles una dieta estricta”. De hecho rezando y con una buena
limosna el pecado es menor. Pero en general se condenaba la glotonería, el
cuerpo no podía ser alimentado de manera voluptuosa e insaciable. La ingestión
debe ser mesurada y refinada. Nada tiene que ver esto con la medicina, para
esos años poco se sabía de las consecuencias de la “gordura”. Solo algunas
recomendaciones médicas para comer bien: “El hombre debe comer de tal manera
que no se sienta “pesado” después de comer, que no le cruja el vientre ni lo
note tan hinchado que no pueda respirar normalmente”. Bernardo de Gordon: “La
cantidad de comida debe ser tal que el aliento no apeste, que no sintamos gases
o ventosidades, ni retortijones, ni pesadez, ni debilidad”. Aunque en esa época
la “gordura” seguía sin definirse (Obesidad), ya empezaba a observarse al
“gordo” como enfermo. Se considera que un cuerpo esta gordo cuando se transforma en un “amasijo de carne”
que impide caminar o abrocharse los zapatos fácilmente. La propuesta Medieval,
era la sobriedad en la comida; es la “pesadez” lo que permitía establecer la
“gordura”, el abuso y el pecado.
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