Decía
José
María Mena Rentería
en su columna Telón del
14 de julio del 2013 que los partidos políticos y sus militantes carecen de
vocación democrática por lo que los mismos de siempre se pueden mantener ante
la apatía de los ciudadanos que aunque estamos hartos por el estado de cosas no
hacemos nada para cambiarlo, la situación prevalece en todo el país, no
solamente en Torreón. Mena
falleció en enero del 2014 y a nueve meses de distancia vemos que todo está
peor, no igual. Originalmente el texto apareció publicado en el espacio digital
www.lalaguna.com
Para
Torreón, un 2 por ciento, apenas, si de triunfo se trata, hizo la diferencia
tras las elecciones del domingo 7 de julio próximo pasado. Fue pues un proceso
electoral perdido.
Victoria
pírrica -en términos de credibilidad ciudadana- para quienes por ésa diferencia
se alzaron con el triunfo mientras, como suele suceder, los abstencionistas, que
son la mayoría, inasistieron a las urnas, pudiera decirse, “para manifestar de
alguna manera su inconformidad”.
Miguel Ángel Riquelme Solís |
También
notorio, a lo largo de la jornada fue el desplazamiento continuo de atiborrados
autos de alquiler que iban y venían entre urna y urna. “Pecata minuta” que
terminada la jornada no impidió levantasen los brazos en son de “triunfo” los
“ganadores”, según permiten apreciar gráficas referentes a la ocasión.
Jesús de León Tello |
Ejercicio
de gobierno municipal, cabildo elegido de por medio. Se dará a partir de enero
de 2014. Habrá sonado entonces la hora, según los que votaron, de los mandantes
y del mandatario. Mandantes son los ciudadanos, y mandatario, el que acata y
ejecuta lo planteado por los mandantes.
Lo
así mencionado no ha estado más allá de conformar una utopía. En su lugar,
autoritarismo ha habido, igual que menoscabo de la autonomía municipal, sobre
todo en el rubro de ingresos, situación salpicada en la localidad con
“funcionarios” foráneos a los que poco o nada importan encomiendas seudo
asumidas como pretexto “para no vivir en el error”, según establecen asiduos a
una dependencia oficial ubicada por la calle Blanco.
A
los trepadores en el candelero del poder, agrada el amasijo y procuran no les
falte; conformado con los obsequiados con vidrios y espejitos; para dar pábulo
a elecciones perdidas…si de credibilidad ciudadana se trata.
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