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18 de diciembre de 2015

Apocalipsis

Del poemario ...con café, de Martha Lucía Díaz Mares es el tema Apocalipsis que publicamos en marzo del 2011, hoy lo compartimos con nuestros lectores, a los que les recordamos que si no han resuelto lo que regalarán este fin de año, una buena opción sería ...con café. Tengo ejemplares a su disposición en $ 150.00 pesos el ejemplar, pero si me compran de dos para arriba se los ofrezco en $ 100.00. Pueden llamarme al 871 221 7852 de Telcel, mandarme mensaje por whatsaap al +52 871 259 2045, por mensaje de inbox en Facebook en la dirección periodista051@hotmail.com o personalmente de lunes a viernes entre 10.00 y 16.00 horas en calle García Carrillo 831 norte y sábados y domingos en el área de comida rápida de Hipermart Independencia de 10.00 a 14.00 donde les atenderé con gusto.


Sensibilidad y pasión son dos elementos que se encuentran en la poesía de Martha Lucía Díaz Mares, quien en homenaje al chiapaneco Jaime Sabines esbozó su tema Apocalipsis. Maestra de banquillo Martha Lucía tiene a su cargo un centro de promoción de la lectura en Monclova, donde vive desde hace muchos años.


Deslizándose por la geografía de un pueblo a más de cien kilómetros por hora, un implacable huracán asoló inmisericorde el corazón ya estrujado de un pueblo que sufre, que ha visto mutilada su esperanza y devastada su entereza por la furia del fenómeno que a su paso fue matando la ilusión, arrastrando caprichoso el destino de los chiapanecos; por los ríos, entre la selva y por la arquitectura de un futuro en construcción.
Chiapas agoniza sufriendo su apocalíptica suerte y Sabines llora por su pueblo, de su corazón oprimido libera suplicante sus lamentos que hacen eco en nuestro pecho.
¡Sabines necesita de su pueblo! ¡Chiapas reclama doliente su vida!
¡Chiapas nos necesita! Y yo… necesito a Sabines para delinear mis sueños en la geografía de mi presente.
Coahuila, Chiapas, México, nosotros, Sabines…sentimiento en armonía.
Profra. Martha Lucía Díaz Mares.
17 de octubre de 1998.

14 de diciembre de 2015

De la Idiotez Moral al Cinismo Político


      En su columna Metáfora Ciudadana que publica El Siglo de Torreón todos los domingo, el académico del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey Campus Laguna Luís Alberto Vázquez Álvarez describe las características de los idiotas morales y de los cínicos políticos, el texto corresponde a la edición del pasado 8 de diciembre.
 
Esto dice el Señor:
Serán aniquilados los que traman iniquidades, los que con sus palabras echan la culpa a los demás,
Isaías 29, 17-24
 
Nerón gobernó Roma con poder absoluto del año 54 al 68 de nuestra era; su reinado se caracterizó por infinidad de asesinatos y el incendio de una gran parte de Roma; todo ello en medio de pasiones teatrales y musicales del emperador, quien privó al senado de sus facultades, a fin de poseer él, todo el poder político.
Rubén Moreira Valdez
Se le acusó de haber envenenado a su hermanastro Británico, heredero del trono; de asesinar a su madre, Agripina; ejecutar a Octavia, su primera esposa para poder casarse con una de sus amantes. Instauró férreas normas contra la deslealtad al emperador que se castigaba con la pena de muerte; con ellas llevó al cadalso a cualquier sospechoso de traición o de peligro al imperio; nadie podía expresar comentarios contra Nerón; por esta causa obligó a su propio mentor, el filósofo Séneca y a otros artistas a suicidarse. Tras incendiar Roma para obtener terrenos libres, destinó gran parte del tesoro real, que se había incrementado por nuevos impuestos producidos por una reforma fiscal, en la construcción de su mansión: "Domus Aurea" (casa de oro) que abarcaba la colina del Palatino. De este incendio culpó a los cristianos, de los cuales, miles fueron asesinados. Diversos levantamientos militares obligaron a Nerón huir de Roma y suicidarse.
Norbert Bilbeny, profesor de Ética en Barcelona, acuñó el término "idiota moral". Asegura que los idiotas morales no tienen juicio práctico, admiten que el fin justifica los medios y lo peor: no logran usar la capacidad de pensar. Aunque sí saben lo que están haciendo, son incapaces de sentir emociones y actúan por libre impulso sin que medie un tiempo de reflexión entre lo dicho y lo hecho. Si bien no carecen de inteligencia, esta no es capaz de llevarlos, por sí misma, al bien. Los idiotas morales tienen los "ojos abiertos pero los sentidos cerrados" Desconocen los sentimientos de culpa o arrepentimiento; ni siquiera sienten odio por la vida o amor por la muerte, simplemente son indiferentes ante lo uno y lo otro. Carecen de la herramienta fundamental para enjuiciar sus propios actos; no se cuestionan a sí mismos.
Miguel Ángel Riquelme Solís
¿Entonces que es el Idiota Moral?: un ser humano poseído de la imposibilidad de diferenciar entre el bien y el mal; tiene dificultad de internalizar las normas y comportamientos que conllevan a la interacción social, a la armonía en las relaciones y a la consecución del orden. Este individuo actúa por conveniencia dentro de un grupo para lograr sus propósitos que, por lo general, son obtener atención y reconocimiento; pero para lograrlo utiliza el engaño y la trampa, y en casos extremos, el crimen. Cuando al idiota moral se le atrapa y se le confronta con la evidencia de sus intrigas y falsedades, es incapaz de reconocer que actuó mal, al contrario, sigue mintiendo y señalando a otros como culpables. No siente remordimiento por sus acciones; sólo sabe dar escusas, negando realidades. Defiende lo indefendible y justifica sus errores achacando la culpa a los contrarios.
La mentira cínica es su principal bandera; vive creyendo que puede engañar a la inmensa mayoría y que la oposición es mínima y no cuenta. Ello lo hace un peligro para la sociedad, sobre todo luego de que sustituye las normas morales por intereses propios o de grupo.
Varios dictadores latinoamericanos y africanos podrían ser perfectos ejemplos del prototipo que hoy tratamos en esta columna, pero en nuestro tiempo y en nuestro entorno inmediato, subsisten y viven, muy bien y fuertemente protegidos, tendenciosos de este arquetipo con los que Jung se hubiese deleitado clasificar.
A los vicios que la ética mundial ha asignado al Idiota Moral, en México se suma el cinismo, vicio de los políticos de todos los partidos. Un caso típico es Arturo Escobar; Él no se siente culpable de los múltiples delitos electorales y de los fraudes a mexicanos que cometió con su verdoso partido; engatusó a muchas personas para que votaran por ellos y les entregó, entre otras patrañas, vales que no valen.
Las mentiras esgrimidas para tratar de convencer a las personas de que tales o cuales acciones gubernativas son magníficas caracterizan a estos políticos: que las reformas estructurales están generando riquezas, aun cuando el número de pobres aumenta exponencialmente años con año. Que la seguridad pública ha superado la crisis, aun cuando un cuartel de policía sea tomado por delincuentes que además se roban las armas o que aparezcan continuamente cadáveres de ajusticiados y decenas de casas sean asaltadas y saqueadas. Que una ciudad está perfectamente iluminada, cuando subsisten calles como "bocas de lobo" o se hable de pureza del agua "potable" y varios organismos científicos aseguren que ésta contiene arsénico por encima de la norma, investigación que turbios ignorantes descalifican.
El cinismo llega a su Everest cuando El violador responsabiliza al padre de la violada por no haberle puesto el hiyab a su hermosa y tentadora hija y así evitarle a él sueños eróticos; y el político culpa al pueblo por sus corruptelas ya que este lo eligió, o a sus oponentes gubernativos porque no impidieron los abusos en que incurrió; pero hemos dicho que el Idiota Moral es inteligente, y en ocasiones terriblemente inteligente, entonces utiliza argucias como la más oscura oclusión de la información para evitar que se conozca la realidad y luego compra títulos de transparencia para intentar limpiar su imagen.
Insisto, en México este prototipo de político se da en todos los partidos, sin embargo, ellos son capaces de criticarse, incluso, agredirse verbalmente entre sí con rudeza y saña para tratar de engañar al pueblo y luego, curarse las heridas lamiéndoselas unos a otros, para enseguida continuar con sus tranzas comunes repartiéndose muchísimos millones de pesos para campañas electorales que en realidad debe leerse como reparto del botín hacendario nacional y local.

11 de diciembre de 2015

No Cierren que Falto yo

Fue en el mes de septiembre de 2012 cuando Alfredo Jaime Miranda "Rascacielos" recibió los ejemplares de su obra No Cierren que Falto Yo. Otros 101 Personajes Populares de Torreón, Gómez Palacio y Ciudad Lerdo. La presentación se realizó el 28 de noviembre en el Centro Cultural José Ramírez Mijares, hace ya 3 años. Rasca murió hace tres días pero por su obra escrita su recuerdo permanecerá entre nosotros.

El pasado 28 de noviembre a las 17.00 horas se llevó a cabo la presentación del libro “No Cierren que Falto Yo” obra de Alfredo Jaime Miranda Rascacielos. El escenario del evento fue el Centro Cultural José Ramírez Mijares en donde se tuvo una buena concurrencia. Los comentarios corrieron a cargo de Salomón Athiye Estrada, Jesús Máximo Moreno Mejía y Juan Elizalde Lara. También hizo uso de la palabra el autor que firmo y dedicó sus ejemplares a quiénes se lo solicitaron.
 
Solo “Rascacielos” pudo escribir un libro como “No cierren que Falto yo” aseguró Salomón Athiye Estrada durante la presentación de la obra más reciente de Alfredo Jaime Miranda que se realizó a las 17.00 horas del pasado 28 de noviembre en el Centro Cultural José Ramírez Mijares.
También realizaron comentarios Jesús Máximo Moreno Mejía, Juan Elizalde Lara y por supuesto, el autor, Alfredo Jaime Miranda quien explicó las razones que lo llevaron a emprender la obra. El cronista estuvo arropado por una nutrida concurrencia, quienes disfrutaron de los comentarios, del buen humor, la nostalgia y la calidez de ánimo no obstante el clima un poco frío.
El primero en hacer uso de la palabra fue el Director del Centro Cultural Salomón Athiye que al hacer la presentación del evento leyó una de las estampas del libro para explicar la forma como “Rascacielos” rescata el habla popular de los laguneros, digamos el caló que se utiliza en Torreón, Gómez Palacio y Ciudad Lerdo.
Sostuvo que “Rascacielos” más que un simple narrador, es un cronista popular que da fe de los sucesos a los que se refiere ya que se introduce en ellos, así lo hizo con el personaje de Fernando del Moral que leyó Salomón Athiye y que estuvo analizando.
El segundo en hacer uso de la palabra fue Juan Elizalde Lara a quien tocó en suerte referirse a la trayectoria de Alfredo Jaime Miranda, de quien dijo ha tenido una gran variedad de oficios, entre otros actor, cómico, cronista popular, maestro de ceremonias, vagabundo, locutor y escritor.
Pero “Rascacielos” a diferencia de otros cronistas populares toma a sus personajes de los desposeídos, de la gente del pueblo, de entre quienes quizá nunca han destacado por acumular bienes ni dinero, pero que sin embargo han logrado penetrar de manera profunda en el carácter de las sociedades donde han vivido.
Jesús Máximo Moreno Mejía se refirió por su parte al significado del concepto cultura y la razón por la que “No Cierren que Falto Yo” es una manifestación cultural. También tomó la palabra la representante personal de Jaime Muñoz Vargas, titular de la Dirección de cultura Municipal de Torreón.
El último en hablar fue el autor Alfredo Jaime Miranda “Rascacielos”,  quién dijo que él no es un escritor ni un intelectual, que es un “ladrón” un ladrón que se robó a los personajes populares de Torreón, Gómez Palacio y Ciudad Lerdo.
“No Cierren que Falto Yo” es la continuación de “100 Personajes Populares de Torreón, Gómez Palacio y Ciudad Lerdo” aportación de “Rascacielos” en 2007 a los festejos del Centenario de Torreón y que en ese entonces le fue editado por la Dirección Municipal de Cultura de Torreón.
El segundo título de la obra reciente es “Otros 101 Personajes Populares de Torreón, Gómez Palacio y Ciudad Lerdo” se trata pues de 201 personajes populares de las tres ciudades hermanas los que de ninguna manera podrían ser tan fielmente retratados como lo hizo Alfredo Jaime Miranda.
Se trata de personajes cuya historia no cuenta “Rascacielos” de segunda o tercera mano. Son personajes a los que rascacielos conoció y trató, conviviendo con muchos de ellos cotidianamente desde hace cuando menos sesenta años.
Para concluir la presentación los asistentes tuvieron la oportunidad de adquirir el libro, comentar con el autor y recibir la dedicatoria de la obra.
“No Cierren que Falto Yo” es una obra que no tiene otra pretensión que dar paso a la nostalgia relatando estampas de personajes que no acumularon poder y dinero, pero que dejaron un recuerdo y una sonrisa en el ánimo de quienes los conocieron.
El libro lo puede conseguir comunicándose directamente con el autor al 7 12 54 48. Él se pondrá en contacto con usted para llevarle su libro, dedicárselo y si hay tiempo, para compartir una taza de café y una agradable plática. 

10 de diciembre de 2015

El Rasca

Alfredo Jaime Miranda "Rascacielos", dejó de existir el 8 de diciembre del 2015 víctima de cáncer. Les comparto una semblanza, que originalmente se publicó en el periódico Vanguardia, en la ciudad de Saltillo el pasado 1 de diciembre. Descanse en paz el amigo.
 

 


Resulta lamentable que nuestros valores sean reconocidos en otras ciudades mientras que aquí permanecen ignorados la mayor parte del tiempo pues regularmente no son “profeta en su tierra”, es el caso de Alfredo Jaime Miranda, también conocido como Rascacielos y a quien se hizo objeto de un amplio reportaje realizado por Diana Leticia Nápoles Alvarado y con ilustraciones de Daniel Galindo que se publicó el 1 de diciembre del 2014 en el suplemento Semanario del periódico saltillense Vanguardia.

La historia de un presentador de danzón que se convirtió en narrador de personajes extraordinarios del viejo Torreón.

Torreón. Tiene cabello blanco, sonrisa fácil y unos ojos apachurrados por los párpados. Entre la gente se distingue por su estatura; le dicen El rasca, por rascacielos. Trabajó en un circo, fue presentador de la Caravana Corona, actor callejero, y regresó de la muerte. Su nombre es Alfredo Jaime Miranda y nació en la calle Torreón viejo de la zona Alianza, el 14 de abril de 1937.
Es domingo y él, con micrófono en mano, va presentando las canciones que se escuchan en la conocida Tarde del danzón que se realiza cada semana en el Parque Victoria de Lerdo, Durango. “Muy buenas tardes damas y caballeros, la Presidencia Municipal de ciudad Lerdo y el departamento de Arte y Cultura, presentan ante ustedes lo que siempre les ha gustado para vivir en paz: ¡su majestaaaad el danzón!”, dice con tono de anfitrión.
El rasca es autor del libro Cien personajes populares de Torreón, Gómez y Lerdo, que editó el ayuntamiento de Torreón en 2007, así como del libro ¡No cierren que falto yo! Otros 101 personajes populares de Torreón, Gómez Palacio y Ciudad Lerdo (2012).También escribió los libros Calaveras Laguneras. Éstas son las meras meras, una publicación popular que este año publica su número 59 y que comenzó a distribuirse de manera ininterrumpida desde 1955 en Torreón, Coahuila.

Te voy a contar mi historia
La cancha de basquetbol se transforma en una pista de baile donde se hacen escuchar los sones y música de otros tiempos. Las gradas dejan de ser un espacio deportivo para convertirse en el asiento de quienes presencian el baile dominical, mientras esperan su turno para entrar a la pista.
El aire se perfuma con las lociones de todos los abuelos que disfrutan la ciudad donde vivió el poeta Manuel José Othón. Las señoras llevan vestidos o faldas con zapatos de tacón. Algunas se sientan a escuchar las canciones mientras rememoran algún amor de su juventud. Cientos de personas acuden al encuentro de una misma tarde, porque hay domingos en que salir a mover el cuerpo se hace necesario.
El Rasca está sentado en la mesa que preside el baile. Es el maestro de ceremonias. Viste un chaleco gris de tejido con una camisa azul de manga larga. Entre una canción y otra, come semillas y toma Coca Cola Light.
Cuando menos se dan cuenta, una cumbia se empieza a escuchar. Ágiles, van escribiéndola con el cuerpo. Las señoras no se amilanan de bailar sin pareja, están alegres, celebran la vida: marcan el ritmo, se despeinan, mueven los hombros, se desplazan por la pista, se saben observadas pero eso no las inquieta para seguirse sacudiendo de lado, para atrás, de frente, con caderazo y levantando la pierna. Así se baila aquí.
No sé cómo te atreves a vestirte de esa forma y salir así,
En mis tiempos todo era elegante sin malandros ni cumbión
No sé cómo te atreves a vestirte de esa forma y salir así,
En mis tiempos todas las mujeres eran serias, sin maldad
A ratos el Rasca consulta su programa y revisa cuál será la siguiente canción que va a presentar. Después, mira su reloj, le da un trago a su refresco y se frota las manos en señal de que algo emocionante está a punto de ocurrir.

Calaveras laguneras, éstas son las meras meras
Alfredo cuenta que lleva 59 años publicando su libro de calaveras. “Ahí incluyo a los que se han ido; los de la carnicería, los de la tienda de ropa, de la ferretería y la lonchería”.  El Rasca estudió en la Escuela Comercial Treviño SC y es licenciado en Administración de Empresas y Computación. “Pero desde cuándo…”. Fue ahí, en la escuela, donde creó sus primeras calaveras. Era el año 1952: “Escribí dos hojitas para recordar a Guadalupe Posadas que fue el iniciador de todo esto”, recuerda.
Alfredo dice que Guadalupe Posada hacía grabados con personajes como Don Chepito Marihuano. “Vanegas Arroyo era el que escribía los versos”. Al contar cómo elige él mismo a sus personajes, El rasca dice que distingue a aquellos personajes que se hacen populares de la noche a la mañana porque son dicharacheros, amistosos, creyentes o trabajadores. “A esos los incluyo para darles valor espiritual y moral”.
Sus primeras calaveras fueron escritas como un donativo a la Cruz Roja Mexicana, que estaba solicitando apoyo para comprar camillas. Cuenta que el profesor Enrique C. Treviño, director de la escuela, llegó y les dijo: “Los hemos reunido porque queremos hacer algo para ayudar a la Cruz Roja, ¿qué nos sugieren?”. Alfredo recuerda que él propuso hacer unas calaveras, diciendo que era lo que “estaba de moda”. Les explicó que podían venderlas a 3 pesos, “eran 2 o 3 hojitas”. Y cuando le preguntaron que cómo se iban a llamar, él contestó sin pensarlo dos veces: Calaveras laguneras, éstas son las meras meras. “Y ese título se les quedó para siempre”.
El Rasca recuerda que en aquella ocasión escribió una calavera para una muchacha de la escuela, “la cosa más hermosa que había ahí” y decía así: Arcelia Torres Cembrain/ una rubia muy hermosa/ que se fue a la fosa/ por estar tuberculosa. Cuando ella la leyó, le reclamó que por qué le había puesto que estaba tuberculosa, a lo que él respondió con una sonora carcajada.
El Rasca dice que lo primero que toma en cuenta al escribir una calavera es la anatomía de la persona: “Por ejemplo, si aquella persona vende aguacates y tiene un puesto chiquito, si está chaparro, gordo, o está equis, de ahí saco la anatomía; le escribo su calavera sin ofensas”. De repente se sonríe al recordar que a uno de sus personajes lo nombró “tapón”, porque era bajo de estatura y aquello provocó que fuera aún más conocido entre los del barrio.
“Había un comerciante, el señor Rosas, era de los más humildes que había aquí, le decían El Guapo, y me decía: ‘No Rasca, póngale más, ya me estoy haciendo famoso, póngale más’. Y mire, cuando estaba enfermito me dijo: ‘Me hace una calavera aunque esté muerto, pero me la hace de una hoja para darme importancia’, y así lo hice”.
Rascacielos dice que quien lee sus publicaciones es más bien la gente humilde. Cuenta que en una ocasión un profesor le dijo: “Mira, tú trabajo es de mucha inteligencia, no regales tus narraciones, aunque sea poquito pero sácales, porque así hasta tú aprecias lo que estás haciendo”.
Al hablar del libro de calaveras que se publicó este año, dice que tal vez sea el último que realiza. También explica que ahí agregó a los finaditos del danzón, incluyendo de dónde eran y qué hacían.
Alfredo Jaime Miranda fue incluido en el libro Cuéntame tu historia Remembranza del centenario de Torreón, editado por la Dirección de Cultura de Torreón, “ahí está mi foto, mire”. Dice que cuando se realizó la presentación del libro, a la que asistieron muchas personalidades, habló con Pedro Ferriz de Con y que ahí se hicieron cuates: “Pero al último él regó el tepache y se acabó. Yo creo que ya no lo van a contratar en ninguna parte porque perdió el piso”.
De niño su libro favorito fue Rosas de la infancia, de María Enriqueta Camarillo de Pereyra. “Era un libro de cómo debíamos comportarnos en la escuela, a nivel urbano y cívico; explicaba cómo debíamos estar frente a la bandera, además de incluir otras normas. Venían los dibujitos”, recuerda.
Dice que cuando estuvo en la primaria tuvo una maestra “que le entregó su vida a la educación”. Se llamaba María Guadalupe Vanegas y era muy estricta. El Rasca cuenta que su mamá nunca iba a la escuela a ver sus trabajos, hasta el día del examen final de sexto de primaria. Ahí, la maestra comenzó a hacer las preguntas del examen: “Vamos a hablar de las musas griegas: ¿Terpsícore?”, y entonces El Rasca se apresuraba a contestar: “La musa de la danza”, y así fue como terminó su curso de educación básica.

La Caravana Corona
Rascacielos no es ningún improvisado, durante sus comienzos se unió a la Caravana Corona, un evento de carpa que comenzó a realizarse en la década de los cincuenta. Ahí se presentaba un gran número de personajes, actores y actrices que por aquellos años realizaban su debut.
Alfredo llegó a presentar a Rolando Laserie, Irma Serrano, Olga Breeskin, el Trío Los Panchos, Tin Tan, El Loco Valdés, Irma Dorantes y muchas otras personalidades que en ese momento empezaban a figurar.
El señor cuenta que incluso, en una ocasión, llegó a presentar a Lázaro Cárdenas en su última visita a la Comarca Lagunera. “Estaba en la XETB cuando me dijeron que no encontraban a un presentador para el general Lázaro Cárdenas, a lo que yo rápidamente me ofrecí”.
Alfredo ha pisado cientos de escenarios por toda la República Mexicana: “Le conozco el mundo entero; estuve en Francia, Argentina, Alemania, España, y todo en la cosa artística. A mí nunca me contrataban las empresas, más bien me iba a ver qué Dios me daba. Me convertí en un personaje solitario de la Caravana; mi labor no era figurar sino conocer el mundo”.
El señor Rasca se juntaba con un grupo de artistas llamados Los Callejeros con los que salía de gira a cualquier lugar. En una ocasión visitó el Coliseo romano, dice que se sentó por ahí y el guía de turistas le dijo: “No se mueva señor, porque está usted en el asiento de Calígula”.
Cuenta que desde chiquito él ya traía esas cosas, que le gustó la carrera de Comunicación aún sin haberla estudiado. “Me gustó tanto que dije: ‘Voy a conocer el mundo a través de lo poquito que sé hacer. Preparaba sketches con mi propio talento, era humorista en los teatros de México y después fui presentador en la Caravana Corona”.
Para acabar pronto, El Rasca dice que ya traía “la venita”. Cuando estaba chavo iba a la Iglesia de Guadalupe de Torreón, donde se involucraba en las actividades de la Acción Católica de la Juventud Mexicana (ACJM). Cuenta que en una ocasión, una señorita le hizo un guión para que se lo aprendiera. Él le preguntó: “¿Y qué es eso de guión?”. Se trataba del monólogo El mundo al revés.
A pesar de que su madre no quería que Alfredo siguiera esa carrera, él se defendía diciéndole: “Déjeme señora, yo tengo que seguir algo, usted quiere una casa nueva y yo se la voy a hacer”.  El Rasca se casó, su esposa era costurera, “y con su capitalito y el mío levantamos todo”. Al contar sus recuerdos e ir sacando uno tras otro los libros con sus dibujos y textos, dice que ésta es sólo una parte de todas las travesuras que ha hecho. De repente se detiene y suelta: “Yo fui apostador de Las Vegas; de a 10 o 20 centavos, pero fui”.
Alfredo es miembro de la Asociación Nacional de Actores (ANDA), dice que ese grupo se formó en Torreón, Coahuila, teniendo como líder a Enrique González Meraz. Además, el Rasca también fue nombrado miembro honorario de la Asociación Nacional de Locutores de México AC. Recuerda que una Tarde de danzón llegaron los miembros de la mesa directiva de los locutores que había en ese tiempo y le dijeron: “Sorpresa, señor Rascacielos, es usted miembro honorario de nuestra asociación”.

Personajes populares de la Comarca
Alfredo escribió el libro Cien personajes populares de Torreón, Gómez y Lerdo, porque quería que se contaran las historias de la gente que construyó Torreón desde abajo, es decir, las personas que le pusieron los zapatos a la Comarca Lagunera. Dice que entre ellos están los albañiles, los sastres, los fontaneros, y la gente olvidada que hizo algo por la región. En su opinión, el narrador que no toma en cuenta las raíces de un pueblo no está haciendo nada.
El Rasca dice que en su libro dejó registro de muchos personajes que fueron sus amigos, y que ejercían oficios como cerrajeros o caballerangos de la clase alta de Torreón. “Incluso algunos ejemplares de mi libro llegaron a Estados Unidos, y me han contado que quienes los tienen a veces dicen: ‘Oye, vamos a acordarnos de cuando estábamos jodidos. Mira, aquí está don fulano’”.
Para lograr que se publicara su primer libro, Alfredo cuenta que tuvo que mover cielo, mar y tierra. “Iba y me peleaba al Teatro Isauro Martínez y a la Cámara de Comercio. Si uno no se pone como león, no le hacen caso. Un dócil no sirve para nada, hay que ser combativo; un poquito”.
Rascacielos no estaba de acuerdo con que el libro del centenario de Torreón sólo estuviera conformado por “gente de dinero”, él creía que personajes como el peluquero, el sastre, el vendedor, el loquito o el que junta la basura, tenían el mismo derecho de aparecer entre sus páginas, por eso quiso darles voz.
Alfredo dice que siempre ha vivido en la misma casa de la calle Torreón viejo. Sus recuerdos pertenecen  a esa ciudad que se vivió hace décadas y cuya realidad se quedó atrapada en la memoria de unos cuantos. “Yo creo aquí me voy a morir, que al cabo el panteón está cerca. Mucha gente me pregunta que por qué no me cambio y yo les digo: ¿para qué si aquí tengo todo?; aquí está la Alianza y la Iglesia de Guadalupe, si vas a cualquier parte del mundo de aquí te llevan los camiones hasta el aeropuerto. Si te quieres morir aquí nomás das la vuelta y se acabó”.
Incluso, dice que ya tiene lista la frase que irá grabada en el epitafio de su tumba (la cual también ya mandó hacer en el Panteón Municipal, donde están enterrados su mamá, su hermano y su esposa), y la frase es: “Ríete de la vida, porque la muerte viene en serio”.
Cuenta que la escribió para hacerle ver a la muerte que no le tiene miedo, sino respeto. “Ríanse de la vida no hay problema, porque cuando viene la muerte, viene en serio. Va uno a otra parte que quién sabe dónde será, a un mundo extraordinario, por ejemplo. No sé hasta dónde”.

El Lázaro viviente
El Rasca se declara a sí mismo un Lázaro viviente, hace años estuvo a punto de morir. “Ustedes no me lo van a creer. A mí me dieron por muerto hará unos 40 años, como 50 ya, por una tuberculosis que me dio”. Su voz adquiere un tono solemne cuando empieza a contar que le debe la vida a Alexander Fleming, el que descubrió la penicilina, y también a Robert Koch, el que encontró el bacilo de la tuberculosis.
“Tuve que ir hasta el Hospital General Dr. Manuel Gea González en la Ciudad de México, donde estaba la gente con tuberculosis, puros flaquitos ya moribundos. Ahí me pusieron un sello y me preguntaron: ¿Quién responde por usted?, a lo que yo contesté: Nada más yo porque soy solo, mi gente está muy lejos, en Torreón, Coahuila”. Los doctores le dijeron que era muy aventado por viajar hasta ahí en esas condiciones, a lo que El Rasca contestó muy firme: “Es que me voy a salvar señor, tengo fe”.
Alfredo dice que después su mamá, con muchos sacrificios, lo llevó a la Clínica del Norte y ahí le inyectaron una sustancia que tras ser administrada le provocó un shock: “Según cuenta la gente yo botaba como canica”, en su delirio empezó a ver una pantalla en la que se proyectaba la historia de su vida. “Luego me faltó el aire y escuché que un señor decía: ‘¡Aire, necesita aire!’, pero se oía de esta forma: “A-i-r-e,  n-e-c-e-s-i-t-a  a-i-r-e (léase como un susurro)”. Entonces, el médico le dijo a su madre: “Ya no tiene remedio, su hijo morirá en unos instantes”.
El Rasca dice que él sólo dijo para sí: “Virgen mía de Guadalupe”, y ¡pum!, en ese momento empezó a respirar y la sangre comenzó a circularle de nuevo.
Desde entonces, Alfredo lleva 49 años yendo a La villa de Guadalupe para dar gracias a la virgen por haber salido librado de aquello. “Con lo que me gano de las calaveras me voy a México; antes de ahí me iba a cualquier parte del mundo, pero ya no se puede, ahora todo está muy caro”.

Cómo nació ‘El Rasca’
Su apodo nació en un escenario. Dice que en aquel tiempo hacían fiestas en la iglesia de La Sagrada Familia, a las que él asistía disfrazado de ranchero para declamar versos. Como iba seguido a la capital se fijaba en lo que hacían allá y lo utilizaba para inventar sus propios shows. “Un día me dice un compadre mío: ‘Oye, compadre Alfredo, va a venir un cómico muy famoso de México, lo contrató la Jabonera de La Unión, vamos para ver qué le copiamos”. Alfredo le preguntó que cómo se llamaba aquella persona y el compadre le contestó: “No, es una sorpresa, hasta que estemos ahí”.
Recuerda que el lugar estaba lleno; entonces, el presentador dijo: “Damas y caballeros procedentes de toda la República, tengo el gusto de presentarles a un cómico de altura, Rascaaaaacielos”, y al igual que todos, Alfredo empezó a aplaudir; entonces, su compadre le dio una patada y le gritó: “Eres tú, baboso”. Al entender que a quien estaban anunciando era a él, tomó el micrófono y dijo: “Como ya me bautizaron, pues yo soy Rascacielos de aquí hasta que me muera”, recuerda. “Y lo estoy cumpliendo”.

Tardes del danzón
Alfredo lleva 14 años dirigiendo el danzón en Lerdo, Durango. Su canción favorita es “Nereidas”, porque con ella recuerda a toda la gente que ha conocido a través de la música y el baile. Aunque, después de pensarlo un poco, dice que también le gusta elsoundtrack de la película Candilejas (1952), que fue compuesto por Charles Chaplin.
El señor Rascacielos dice que ha vivido anécdotas muy bonitas en el danzón. Cuenta que por ahí tiene la fotografía de una niña llamada Carla. Cuando la conoció ella tenía 14 años, invidente. Alfredo dice que un domingo en el Parque Victoria la niña se acercó para preguntarle si le permitía hacer su fiesta de 15 años ahí, en el danzón: “Pues es un baile y mis papás no tienen para la música, ¿me permite hacerlo aquí?”, a lo que El Rasca contestó: “Cómo no”. A la siguiente semana la muchacha llegó muy bien vestida.
Aquella tarde, Alfredo abrió la pista con estas palabras: “Damas y caballeros, este baile está dedicado a Carlita”. El Rasca recuerda que a Carla “le sacaron fotografías, hubiera visto la alegría que le dio. Hasta se puso a cantar”.

De circos y  otros escenarios
De niño, a Alfredo le gustaba andar en los circos y conoció casi todos los que llegaban a Torreón. “A veces me decían: ‘Necesito un payasito’, y yo decía: ‘Yo le entro’, y me pintaba”. Recuerda que el primer circo callejero que conoció se instaló en el mercado Alianza, afuera de la cantina La feria. “Traían faquires, ventrículos y contorsionistas. Pero puros trucos”.
También dice que a veces iba a Gómez Palacio, donde le ofrecían papeles en obras de teatro. “Me decían: ‘Oye, se enfermó el primer actor’, y después de conocer lo que hacía ese personaje decidía si tomaba o no el papel. Una vez la tuvo que hacer de enterrador.
El Rasca dice que Miguel Ángel Ruelas (QEPD), un reconocido periodista por su labor en El Siglo de Torreón, fue su amigo, “él y yo nos criamos casi juntos y cuando acordé él ya estaba en el periódico, primero como reportero”. Alfredo dice que él le pasaba muchos datos sobre personajes para una columna que Miguel escribía: “De la vida misma”. Incluso, un día lo invitó a conocer el circo.
Alfredo se puso de acuerdo con los artistas del circo de los Hermanos Meraz, narra que un día llegó diciéndoles: “Báñense muchachos porque va a venir un reportero. Había unos travestis, un declamador, unos sketchistas, era un circo-teatro”, recuerda. Después de entrar en contacto con este ambiente, Miguel Ángel quedó encantado y le dijo al Rasca: “Qué cosa tan extraordinaria”.
“Lo metí por debajo del enlonado. Se acabó el rollo completo de la cámara porque se emocionó mucho con todo lo que encontró. A la semana siguiente se publicó el reportaje en la primera plana de la sección de Espectáculos: “El teatro de los Hermanos Meraz visto a través de otros ojos”.

De otros trotes
El Rasca cuenta que aunque muy poca gente lo sabe, él es miembro fundador de la Casa del Anciano Dr. Samuel Silva de Torreón. Narra que después de ir a darle la vuelta al mundo volvió al asilo para fungir como maestro de ceremonias de los eventos que ahí se realizaban. “Yo fui uno de los voluntarios más antiguos del lugar”.
Dice que el dinero que ha ganado con los libros se le ha ido en pagarse los viajes: “Para que no me digan, para que no me cuenten; pero no nada más yo, también iba mi mujer…, como no tuvimos hijos”.
De repente El Rasca se acerca a uno de sus roperos y de un cajón saca un montón de hojas sueltas que tiene guardadas en una bolsa de plástico: es su próximo libro. Lo tiene listo para que alguien comience a editárselo, se titula Ya no lo verán mis ojos. Cuenta que todo lo que está escrito ahí ya no lo volverá a ver. Entre los capítulos que lo integran están: El circo de la muerte, Una calesa en las calles de Torreón, Las mañanitas de abril de la Alameda Zaragoza, El cañonazo del Casino de La Laguna, La explosión de Guayuleras (1955), Teatro portátil Aurora, Los circos callejeros, El encantador de serpientes, así como El dandi y la pluma atómica. “Todos son recuerdos, yo no he copiado nada de ningún libro”, se defiende.

Domingos laguneros
Por momentos, la música del danzón es suave pero después comienza a tornarse escandalosa y envolvente. Van llegando las parejas, vienen recién bañadas, como quien llega a una fiesta. Las mujeres llevan collares de perlas de fantasía, blusas con estampado de flores, cabello recogido, el cordón del vestido bien atado.
Una niña pasa por entre las gradas con su canasta llena de dulces: semillas, mazapanes, cacahuates, todo tipo de botanas. Un padre toma a su hija pequeña de la mano y se pone a bailar con ella: tres generaciones reunidas en una misma pista de baile.
Al fondo se observa a un vendedor de algodones de azúcar: hay rosas y azules.
Una mujer baila con su bolsa al hombro, otra lleva una rosa en la mano, mientras que una tercera taconea con su abanico. Casi todos los bailarines –hombres y mujeres– llevan reloj de manecillas.
De repente llega un grupo de hombres con instrumentos; traen batería, platillos, güiro y micrófonos. Cuando han acabado de instalarse, El Rasca se levanta y los presenta; en su voz se nota el estruendo y la fuerza que imprimió a otras presentaciones en el pasado. Alza la voz y extiende los brazos. Se intuye que ha repetido ese mismo acto cientos de veces con artistas de talla y callejeros. “Con ustedes el Grupo Paaalmera, un conjunto guapachoso”, anuncia.

Cuando los bailarines regresan a sus asientos continúan con el ánimo encendido, los pies vibrantes y la juventud arrancada al pasado. Y es así como se dan cita cada domingo de 5 a 8 de la noche, en el Parque Victoria de la ciudad donde vivió el profesor José Santos Valdés, director de varias Escuelas Normales Rurales en México.

8 de diciembre de 2015

Si hay lógica, en Durango fallará la estrategia del PRI


Lo más seguro que ocurra es lo que prevé Hitler, que los electores en Durango voten por el PRI en Gómez Palacio y por el Güero Rosas para el gobierno de Durango. Si no, al tiempo, el candidato de unidad solo causará división en el PRI y la oportunidad de que en la entidad vecina haya alternancia.
 

2 de diciembre de 2015

Miente el Gobernador

·        A tres años de la actual administración, campean  en Coahuila desempleo, delincuencia y corrupción
·        Despide a cientos de burócratas y afirma que en la entidad hay Ochenta mil nuevos empleo

Este es el rostro real de Coahuila, no el que
dijo el gobernador Rubén Moreira en su
informe. Balaceras, asaltos, secuestros.
Hay terror entre la población y ¿quién
se encarga de la seguridad?
Hace un año y con motivo del tercer informe de gobierno de Rubén Ignacio Moreira Valdez El Demócrata de Coahuila que dirige Roberto Adrián Morales Juárez publicó el presente artículo en el que se afirma que miente el gobernador, a un año de distancia, la situación se mantiene en perjuicio de los coahuilenses.

En Coahuila se viven dos mundos opuestos, uno, el que describen el gobernador Rubén Moreira Valdez y sus colaboradores que es la cara del progreso, de la tranquilidad, del empleo y, en general, del desarrollo social, cultural y económico total que causa la envidia de otros estados de la República Mexicana.
 La otra cara, la que tienen presente a diario los ciudadanos es la de la violencia, la del terror en las calles, la de los secuestros, violaciones, asaltos, inseguridad total y una cabalgante corrupción en las diversas esferas del gobierno y el saqueo desmedido de los fondos públicos que ha llevado a la actual administración, en su afán de allegarse más y más recursos, al despido de cientos de trabajadores que, a un mes de celebrarse la Navidad, se encuentran en la calle, sin posibilidad de atender las más apremiantes demandas de sus familias.
La crueldad con la que se maneja el gobierno de Rubén Moreira llega a extremos inusitados. El dinero del presupuesto solo sirve para pagar los excesivos salarios de sus funcionarios de “primer nivel”, para obsequiar con viajes al extranjero a los incondicionales, para liquidar comelitonas y francachelas, a costa de un pueblo que se hunde en la miseria y el olvido.
La atención médica es casi nula, la seguridad pública es cosa que, desde hace tres años no se conoce, la educación es una falacia, anuncian la apertura de cien preparatorias y se trata solo de un televisor en un cuarto para la tele educación. Las acciones de gobierno son un fraude total y la obra que anuncia como propia pertenece a fondos y proyectos que realiza el gobierno federal.

Empresario de la carbonífera asesinado.
Sin embargo, para Rubén Moreira en Coahuila hay empleo, seguridad e inversión, al menos eso dijo a los integrantes del Congreso del estado que aplaudieron tan grandes logros de Rubén Moreira Valdez quien por cierto, destacó que “a la mitad del camino, Coahuila es una entidad fuerte, con energía, lo que permitió consolidar avances trascendentales en empleo, seguridad e inversión pública, así como en infraestructura urbana, carretera, salud y educación”.
Y el colmo de las mentiras y la desfachatez se dio cuando habló de sus 11 giras internacionales en donde concretó 70 “proyectos”, o lo que es lo mismo, después de once veces en que ha ido a tirar los recursos que tanta falta hacen a los coahuilenses y a atender su malograda salud, no ha llegado un solo peso de inversión extranjera, ni una sola empresa es producto de esos viajes de promoción económica que, asegura el gobernador, han sido muy productivos.
Empero, cada vez que regresa de uno de sus viajes por Asia, el Tesorero Ismael Ramos se ve obligado a aplicar medidas severas para recaudar más dinero, como a últimas fechas fue el despido de cientos de trabajadores y la instalación de volantas para sancionar a quienes tengan adeudos con el gobierno. Esto, porque el gobenador necesita más dinero, mucho más, para realizar su próxima gira de trabajo por Asia.
Sin embargo, con todo y que durante su administración que ha despedido a más de diez mil trabajadores para invertir la pirámide y pagar salarios exorbitantes a unos cuantos de sus colaboradores, Rubén Moreira manipula las cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social y afirma que durante su administración se han generado casi cien mil empleos.
Y el colmo de las mentiras llegó cuando el mandatario aseguró que en Coahuila se actuó contra las personas involucradas en la tramitación de créditos ilegales y que se encuentran en prisión cuando en la realidad, fue a él a quien más beneficiaron esos recursos y la adquisición de créditos de la megadeuda sirvieron para beneficiarlo y realizar su campaña política. Los que participaron en ese saqueo generalizado del estado son actualmente funcionarios principales de su administración.
Y así se puede ir revisando cada punto, cada línea del Tercer Informe de Gobierno de Rubén Moreira e ir haciendo las comparaciones para que los lectores vean con claridad las dos caras que tiene Coahuila.
La que unos cuantos ven y la que padece la gran mayoría.

1 de diciembre de 2015

Mujeres revolucionarias

Lydia Cacho.
Periodista que en los años recientes ha adquirido un gran relieve por su causa a favor de las mujeres y en contra de la trata de blancas Lydia Cacho participa en numerosos medios impresos y de internet mexicanos, el texto que presentamos enseguida es su columna Plan B y se publicó el reciente lunes 18 de noviembre en el periódico Vanguardia de Saltillo.

Esta semana, como dicen las norteñas, vámonos enterando de quiénes son las madres de la Revolución. Vamos mirando a nuestro alrededor, escuchando y admirando a las que han hecho mucho por la patria y por las mujeres. Mi abuela decía que hay que mirar atrás para entender que sin las mujeres no habría patria.
Leonor Villegas.
Podemos decir que les debemos buena parte de la emancipación de las mujeres a nuestras antepasadas revolucionarias, maestras, empleadas, obreras, monjas, estudiantes y campesinas; porque cuando se inició la lucha armada en la Revolución Mexicana, e incluso en los albores de este movimiento, ya las mujeres se habían convertido en protagonistas (aunque a algunos historiadores se les olvide).
Carmen Serdán.
Las mujeres revolucionarias pusieron el corazón en la contienda, plasmaron su voz en los primeros periódicos y revistas femeninos, vistieron con enaguas a la palabra patria, se cultivaron y fueron tocando la puerta de otras mujeres invitándolas a participar en la lucha. Ellas, fueron co-creadoras de la prensa clandestina, del movimiento anti-reeleccionista. En 1884 Laureana Wright creó Violetas del Anahuac, la primera revista feminista mexicana. Luego Juana Belén fundó Vésper combatiendo la dictadura de Porfirio Díaz. Julia Sánchez, lanzó El Látigo Justiciero, donde criticaban ferozmente la oligarquía reinante en México. También las mujeres, otrora amas de casa que sabían bordar punto de cruz, tocar el piano y hacer moles de todos los colores, además de leer, escribir e incluso hablar otros idiomas, se convirtieron en las intelectuales, demostraron que la mujer busca su desarrollo, su libertad, su autonomía y es corresponsable del porvenir de su país.
Elena Arizmendi.
La mujer no fue solo soldadera que cargaba las cananas y guisaba para los soldados, aunque vergonzosamente eso enseñen en las escuelas del país. Fueron miles quienes empuñaron las armas, al frente de batallones de soldados y guerrilleros, derrotando hasta al Ejército federal de Porfirio Díaz y de Victoriano Huerta. Fueron miles también quienes empuñaron las plumas para escribir y las que organizaron círculos de mujeres para pensar en una revolución incluyente y efectiva. Cómo olvidar a Elena Arizmendi y Leonor Villegas de Magnón las fundadoras de la Cruz Blanca Constitucionalista, con las enfermeras que estaban al frente de la batalla curando heridos y participando de la guerra como informantes y para encontrar a los hijos desaparecidos de familias desesperadas. La historia de Leonor fue genialmente novelada por Mónica Lavín en su libro “Las Rebeldes” (ed.Grijalbo2011).
Laureana Wrigth.
Y las trabajadoras de Río Blanco, parte fundamental del movimiento obrero mexicano, que junto con las participantes del Club Femenil Antirreeleccionista Hijas de Cuauhtémoc, las hermanas Serdán, cambiaron la geografía política del país. Y Josefa Espejo, la esposa de Emiliano Zapata que jugó un papel relevante en sus estrategias y en la seguridad del héroe nacional (aunque casi nadie lo sepa, ella fue indispensable en la fortaleza de Zapata).
Juana Belén.
Estaba también Rosa Bobadilla, “La Coronela” quien fue líder de la Liga de Comunidades Agrarias; además de librar 169 batallas con su carabina 30-30 Rosa, por haber quedado viuda y perder a sus dos hijos en la batalla, se dedicó a dar asilo a las viudas de la Revolución y presionó para que los hijos e hijas de las viudas jóvenes aprendieran a leer y escribir en Morelos de donde es oriunda y donde murió.
También se quitaron el mandil y salieron de la cocina las Constitucionalistas Aguerridas, y las Socialistas  del Sureste: Elvia Carrillo Puerto, Consuelo Zavala, Rosa Torres y Beatriz Peniche, por cierto primera regidora del Ayuntamiento de Mérida, Yucatán. Todas ellas mujeres comunes de todas las clases sociales, que descubrieron la libertad de expresión y lucharon porque sus hijas tuvieran una patria sana y respetuosa de la condición femenina.
A pesar de la guerra las mujeres siguieron participando en la cultura, produciendo obras literarias, musicales y teatrales, sobre todo en un contexto revolucionario nacionalista y popular, como Guadalupe Rivas Cacho, iniciadora de la revista de sátira política en nuestro país (digamos que la precursora de las actuales Reinas chulas), junto a Guadalupe estaban otras creadoras del teatro político, como Celia Montalván y Rosa Navarro, quienes a pesar del riesgo hacían montajes de sátira política en los que hablaban del machismo, la desigualdad, los abusos del poder y el clasismo en México.
Esas  revolucionarias de gran fortaleza, inteligencia y valentía dejaron un legado para la libertad de expresión. Por ellas hoy en día las mujeres podemos hacer periodismo, participar en la vida política, e intelectual. Esa es la revolución silenciada en los medios en esta semana de festejos.
@lydiacachosi