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20 de enero de 2016

Catarsis

Higinio Esparza
Ramírez
Un relato de la autoría de Higinio Esparza Ramírez experimentado periodista ya jubilado que dio lustre a las páginas de El Siglo de Torreón. Nuestro compañero sigue publicando en medios electrónicos e impresos, en el caso particular del presente trabajo, lo tomamos para ofrecerlo a nuestros seguidores de la edición de enero del 2016 de la revista Progreso que dirige el amigo y colega Francisco Hernández González.

Una lúgubre  oscuridad envuelve un hacinamiento de tabaretuchos, alambradas y callecillas invadidas por tendidos de fierro viejo. No hay focos encendidos y no se sabe si es de noche o de madrugada o es un atardecer tenebroso sumido en las sombras, sin sol ni luna. Las formas no se definen del todo y se diluyen entre vapores que surgen de las alcantarillas o de los mismos locales de venta de fruta y vegetales podridos y cosas metálicas inservibles que los herreros dedicados al arte las utilizan para fundir esculturas en forma de caballos, tractores y motocicletas, torres como la Eiffel y mantos de la virgen, todo a pequeña escala.
Iguales a dibujos  trazadas con crayón negro figuras humanas se mueven en un ambiente enrarecido entre tinieblas y contrastes ambientales. Aparentemente se dedican al comercio de legumbres, ropa usada y cachivaches pero trafican con objetos robados. Son adictos a las drogas y los tatuajes. Curiosamente musculosos en la misma proporción todos ellos, rostro redondo, moreno, llevan piocha en candado y bigotillos que los hacen peculiares. Se peinan hacia atrás un pelo rizado, corto, fijo y negro como el chapopote.
Como todos los forzudos, exhiben los bíceps que estiran unas camisetas sucias, ennegrecidas por aceites y grasas. De las muñecas cuelgan cadenas de oro y de cuero negro con figurillas pequeñísimas que despiden destellos casi imperceptibles en escenas silenciosas que sobrecogen. No se les ven las piernas pues las ocultan  los mismos tenderetes, sólo los torsos oscilantes y la mirada sin punto fijo.
De pronto el zumbido de los esmeriles eléctricos rompe la taciturnidad y los hombres aparecen con estos aparatos depilándose las axilas, el pecho y los músculos gemelos en una robótica sesión de tatuajismo sobre la piel viva. Otros emplean taladros y cepillos de carpintero para imprimir con aguja dibujos ennegrecidos, afiligranados, en sus brazos y manos. Los hilos eléctricos se cruzan y acunan y saltan sudores y sangre.
Erasmo no resiste más: suelta un llanto desgarrador, incontenible y sufriente en alto grado, llora a gritos con los ojos dirigidos al cielo; su enclenque pecho se sacude a cada gemido y los mocos escurren. El cielo de la noche se empaña más con el lloriqueo gemebundo y catártico. Aparentemente condolidos, los hombres lo miran pero no lo consuelan y vuelven a lo suyo: desgarrar el pellejo con los artilugios electromecánicos y manuales.
El pequeño gimotea entre suspiros y lágrimas doloridas. Se levanta del asiento y abandona la tétrica galería. Se acomoda el anuncio enmarcado en cartón y madera que le cuelga de pecho y espalda y sale nuevamente a la calle, a cumplir con sus tareas de publicidad ambulante. Es pequeño y delgado y sus manos, finas y pálidas. Con ellas sostiene el cartel para que no se lo arrebate el viento, un elemento más que se une a los vapores misteriosos del lugar.
Lleva un mes fuera de casa, lejos del abrigo materno y el calor de sus hermanos, escapó aquella noche en que tres de los tatuados lo robaron sin piedad y consideraciones. En uno de los expendios de vinos y licores del rumbo y por órdenes de su padre, había comprado una botella de tequila, un refresco de toronja y un agua mineral. El despachador envolvió los recipientes en papel periódico y los metió en una caja para zapatos.
Con el paquete en sus brazos, el niño se introdujo entre los tabaretes desvencijados y oscuros de regreso a casa. Conocía ya la ruta porque no era la primera vez que cumplía con esos menesteres. Pero ahora tomó un atajo y fue a dar a un puesto de verduras hecho de láminas de cartón acanalado propias para cubrir techos con goteras. Entre penumbras un vendedor que parecía un fantasma, le ofreció una bolsa de nopales picados a cinco pesos. Con una sonrisa le dijo que no y volvió nuevamente a la calle abierta. Se acercó a las alambradas que delimitaban talleres y negocios de fierros desechados y oxidados susceptibles de reciclaje y a medio camino lo interceptaron los ladrones.
No se mostraron como tales sino amistosos. Uno le pidió que descansara poniendo la caja sobre una mesa vieja y agrietada y lo distrajo  con pláticas y señalamientos hacia la acera opuesta, momento que aprovecharon los cómplices para sustraer las botellas y vaciarlas  en otros recipientes. Volvieron a poner el estuche en su lugar con los envases vacíos envueltos con el mismo papel de periódico. Erasmo recuperó el paquete pero lo sintió más liviano. No dijo nada y se retiró preocupado.
Reemprendió el camino de vuelta al hogar y metros más adelante descubrió el despojo. Uno de los mismos hampones que lo había seguido en forma paralela, metió una mano entre el alambrado y le sacó limpiamente una medalla de oro que el chamaco guardaba en el bolsillo de la camisa como preciada recompensa a sus afanes de niño aplicado en la escuela primaria de su colonia.
Agobiado por sus desdichas, decidió no volver a casa y se refugió entre las bancas y los árboles del parque cercano, sabedor de que sería azotado por el padre. Dormía sobre cartones y se envolvía con papel periódico para intentar abatir el frío que lo sacudía intermitentemente. Apenas iniciado el día, comenzó a buscar un empleo temporal en los comercios de la misma zona de mugre, desperdicios, vicios y miseria y pronto lo encontró.
A sus frágiles diez años lo cubrieron con un anuncio de cartón que le llegaba a los pies, con ofertas de detergentes baratos. Un pelo de tono azabache y rebelde acentuaba la palidez de su cara y sus ojos afligidos parecían apartarse de la miseria social que lo rodeaba. Su enclenque figura contrastaba con los zapatones remendados que asomaban por el suelo, muy parecidos a los que calzaba Charles Chaplin.
Sin quererlo, regresó al lugar donde lo robaron. Se sentó ante los individuos que se tatuaban con esmeriles y cinceles y estalló en un llanto prolongado y conmovedor que aún resuena en aquel ambiente de miseria, promiscuidad y raterías que destroza vidas infantiles.
Desperté a las cuatro de la mañana, acongojado, con el pecho oprimido. Desde la cama vislumbré a través de las ventanas que dan hacia el jardín aún oscurecido de mi casa actual, el  mismo ambiente surrealista y deprimente de aquella aciaga y ya remota jornada que llenó de oprobio y de tristeza mi niñez.
El llanto, otra vez, anegó mis ojos.  

15 de enero de 2016

Acerca de los follamigos


Edmunda Adela
Martínez Velázquez
Dueña de importantes logros académicos y profesionales Edmunda Adela Martínez Velázquez frecuentemente comparte enlaces en facebook que hacen reflexionar profundamente y por lo que inspira a compartir su manera de sentir lo que hago con esta entrada, estoy seguro que los seguidores de Hoy Acontecer de la Laguna estarán de acuerdo conmigo en que son muy valiosos los textos de Edmunda.

¿Moral o inmoral?, ¿Inocencia o experiencia?, ¿salud o enfermedad?... En España, China, Japón, Inglaterra o cualquier parte del mundo también existe lo decente, lo propio o correcto del equilibrio de la conducta, por muy modernos y actualizados los comportamientos de la moda que exista en toda civilización.
Este video me parece perfecto, por el tema actual que viven muchas familias en nuestro mundo, nuestro país y nuestra ciudad.
La experiencia, es importante. Los límites de la realidad es que no se puede experimentar en cabeza ajena. En mi opinión: hacer el amor, es mal visto, decir que te gusta o no te gusta, también es mal visto. ¡Hay muchos prejuicios en la actualidad, pero eso sí, quien hace la guerra, declara su molestia, agrede o amenaza a su semejante eso es más aceptado abiertamente!.
No debemos dejar asuntos importantes como la orientación sexual de nuestros hijos a manos de perversos, de gente enferma que lo que hace es lucrar y utilizar el silencio o de jóvenes sin experiencia o peor aún de jóvenes con libertinaje o de experiencias extremadamente mala.
En toda familia existe, una persona que nos da buen ejemplo, o hace, lo que no nos gusta que nos pasara.
Nuestros jóvenes deben saber, que hacer el amor, es bueno, pero todo tiene su tiempo.
Desde pequeños, existe el gusto de la compañía, puede ser de padres, hermanos o familiares, pero, llega la edad de experimentar el aprecio de los compañeros, amistades y señalar que y quienes son más parecidos a nuestros gustos, por eso llega el resultado de las buenas amistades, cómplices de diversiones y hasta de aventuras inolvidables.
El momento de elegir pareja, es, por un cambio biológico, químico y psicológico, y forma parte de una de las etapas más hermosas del desarrollo humano, la reproducción. Ya anteriormente esté tema lo expuse con mejor claridad y de manera científica, incluyendo tema de biología y psicología. Pero para mis nuevos contactos, lo expongo aquí, en pocas palabras y, es que para elegir una pareja por compañía es negar ver o desechar aquellas otras oportunidades de conocer más gente, ya que la inclinación por la forma, el gusto, en el comportamiento en público de quien te agrada, los gestos e infinidad de actitudes que llenan de admiración tú sentido de vida, hacen que te conviertas en un ser completo. Pero también cuenta mucho que la persona que tanto admiras, respetas y quieres debe mostrar un mismo interés por ti. Está etapa es difícil para muchos jóvenes, ya que sus culturas y su formación moral o educación, hace que interpreten mal un “NO” o un “Sí”.
En muchas culturas el ser novios es llegar al altar a recibir la bendición de Dios. En otras culturas ser novios, es como tener un amigo que dure mucho y aguante poco.
Todo es cuestión de educación e información.  Recomiendo que pongan a ver a sus hijos la película Mexicana de tizoc.
Qué difícil es dejar un, - déjame pensarlo -, cuando nunca llegó la respuesta para aquella persona, que se abrió en su sentir y rompió el miedo, todo bien o mal pero sé atrevió a decir que, - no basta la amistad, que algo más de ella busca descubrir y juntos disfrutar.
 Otra situación más grave viven los adolescentes, y eso porque adolecen.
No es justo, que seres humanos ya en la etapa de adultos, (maestros, compañeros, familia etc.) se pongan hacer una burla a los adolescentes de muchas maneras conocidas. Les dejo claro que, los enfermos mentales, denominados pedófilos, saben lo que hacen, pero disfrutan de ese infante, pues no tienen capacidad mental para establecer vínculo de amistad con los de su edad, por miedo a ser descubiertos de su perversión.
Esos momentos difíciles de jóvenes y adolescentes en ocasiones niños, que fantasear es un deporte, deben tener en casa a padres que hablen abiertamente que la sexualidad es un acto que nos seguirá hasta la muerte, y que es maravillosa en su debido momento, ya que no se debe confundir sexualidad con sensualidad. La sexualidad, soporte o nervadura de las relaciones humanas, se confunde con la sexualidad en cuanto función del organismo que es un proceso objetivo.
Por eso, no existe una edad donde señala,- ``pasará a tener pareja'' - . No todos miramos o gustamos de la misma manera y menos nuestros hijos que tienen más información sobre el tema, gracias a la tecnología.
Pero si debemos estar pendientes de su comportamiento que dice más que lo que nos comunican a través de palabras.
Este tiempo conozco algo que no tuve de niña. ¡Precaución!. Ahora existe esta relación de moda que si la orientación es buena, no tendrá consecuencias. Solo recordar que amor es un sentimiento, un estado estable de satisfacción por permanecer con la persona elegida. Ese sentimiento guía los pensamientos y las conductas dentro de la relación.
El enamoramiento es una de las razones principales por las que los individuos deciden iniciar una convivencia. Nuestra cultura, está cargada de mitos románticos y en el terreno afectivo el enamoramiento parece ser una de las razones más poderosas para decidirse. Priva la idea de que entre todas las personas del mundo, aquella de la que nos hemos enamorado es la que nos estaba destinada.
 Con la que podemos ser felices. Bajo el enamoramiento uno se enfrenta a los padres, a las tradiciones, las creencias, y, en algunos casos, incluso a la ley, haciendo cosas que jamás haría fuera de ese estado. La duración del enamoramiento es de un lapso de 3 a 5 años.
Las primeros meses son característicos de una intensidad especial y pueden seguir sobrevalorándose las cualidades de la pareja.
El amor hace parar el tiempo y el tiempo hace pasar al amor

13 de enero de 2016

Tratemos de ser mejores en 2016


Jesús Máximo Moreno 
Mejía.
Inicia 2016 y también las buenas noticias para los lectores de Hoy Acontecer de la Laguna debido a la incorporación a nuestros colaboradores de Jesús Máximo Moreno Mejia, abogado, académico y periodista quien no obstante estar pensionado y jubilado de El Siglo de Torreón se mantiene activo en algunos medios escritos y de internet, bienvenido pues y aquí comparto el primer texto que nos hizo llegar.

“Para que el año que empiezasea un feliz o miserable año,depende de nosotros…
Dalai Lama

            ¿Deseamos ser felices en el nuevo año? Bueno, propongámonos por lo menos a  serlo espiritualmente, ya que seguramente en lo material no lo hemos logrado por múltiples motivos que no tiene al caso enumerar.
Los líderes espirituales nos recuerdan que no es el dinero lo que nos hace felices, pues quienes llegan a tener recursos suficientes para vivir bien, nunca estarán conformes con lo que logran obtener; siempre quieren más y por lo mismo no alcanzan la felicidad plena.
El Dalai Lama, líder espiritual del budismo tibetano (cuya filosofía ha conquistado al mundo occidental), señala: “Para que el año que empieza sea un feliz o miserable año, depende de nosotros. Así que determina: al menos este año (2016 en nuestro caso) voy a ser más sincero, compasivo, intentar crear paz primero en mí y luego tratar de compartirla con más gente. Esa es la mejor forma de construir un Año Feliz”.
Queramos o no, eso es una gran verdad, salvo que sigamos apegados a la idea de que el dinero es lo único que nos da felicidad, lo que pudiéramos considerar como una aparente realidad en el momento de tener lo que deseamos, pero se trata de una felicidad pasajera, no permanente.
En los últimos días de diciembre de 2015 me han llegado muchas reflexiones que desearía compartir, aunque para muestra basta un botón, para que cada uno de nuestros amables lectores consideren su contenido y si creen necesario compartirlo lo hagan con sus familiares, amistades y compañeros de trabajo.
Manual para la vida
En la salud: 1.- Beba mucha agua. 2.- Coma más de lo que nace en árboles y plantas. 3.- Viva las tres E: Energía, Entusiasmo y Empatía. 4.- Dedique 30 minutos por día para orar (o meditar si no profesa alguna religión). 5.- Realice actividades que activen su cerebro. 6.- Lea más libros en 2016. 7.- Siéntese en silencio por lo menos diez minutos al día. 8.- Duerma ocho horas diarias. 9.- Haga caminatas de 20 a 60 minutos por día. 10.-  Cuando camine salude y sonría a la gente.
En la personalidad: 11.- No compare su vida con la de otros. 12.- No tenga pensamientos negativos. 13.- No se exceda. 14.- No se tome demasiado en serio. 15.- No desperdicie su energía en enojos. 16.- Sueñe más. 17.- Sentir envidia es una pérdida de tiempo. 18.- Olvídese de los problemas del pasado; Jesús ha juzgado en el mar del olvido. 19.- La vida es demasiado corta para odiar a alguien. Perdone. 20.- Haga las paces con su pasado para no estropear su presente. 21.- Nadie controla su felicidad, sólo usted. 22.- La vida es una escuela y usted está en ella para aprender; no repita el año. 23.- Sonría más. 24.- No necesita ganar todas las discusiones; sepa perder.
En la sociedad: 25.- Entre más en contacto con su familia. 26.- De algo de bueno a los otros, diariamente. 27.- Perdone a todos, por todo. 28.- Pase tiempo con personas arriba de los 70 años y debajo de los seis. 29.- Intente hacer sonreír, por lo menos tres personas por día. 30.- No le importe lo que los otros piensen de usted. 31.- En su trabajo no le tomarán en cuenta cuando usted esté enfermo; no se estrese.
En su día a día: 32.- Haga lo que es correcto. 33.- Deshágase de lo que no es útil. 34.- Recuerde: Dios cura todo. 35.- Por mejor o peor que sea la situación, ella cambiará, pues todo pasa. 36.- No interesa cómo se sienta, levántese, organícese y aparezca. 37.- Lo mejor aún está por venir. 38.- Cuando se levante de mañana, agradezca a Dios por la gracia de estar vivo. 39.- Mantenga su corazón siempre feliz. 40.- Desee un Feliz 2016 a todo mundo.
De nuestra parte: Esperamos que todos los que lean esta colaboración, el nuevo año les sea propicio para su vida personal, familiar y de relaciones con sus amigos y sus compañeros de trabajo.
En esta ocasión nos olvidamos de comentar los aspectos negativos de la vida diaria y nos concretamos a trasmitirles las ideas positivas que también existen, pero que la más de las veces olvidamos.
¡Hasta la próxima!

El sol victorioso en los ejidos

A principios del pasado mes de diciembre recibí el presente texto, de mi amiga Lilia Margarita Rivera Mantilla. Andando en babia como de costumbre no lo publiqué en el blog en su momento ni lo compartí en las redes sociales que frecuento, lo que hago hoy pensando que todavía es oportuno.

Juan:
El año pasado, precisamente por estas fechas, fui a visitar dos ejidos pertenecientes a San Pedro de las Colonias: Nuevo Delicias y La Victoria.
Mi amiga Estela Sada Salinas va en ciertas épocas del año a entregar despensas y juguetes a los habitantes de esos poblados.  El Padre Sergio Díaz está a cargo de la Parroquia de San Juan de los Lagos, de San Pedro. Las capillas que están en los ejidos de San Pedro forman parte de la territorialidad de la parroquia (así se dice). Entonces, el padre Sergio lleva a mi amiga y a otras personas que la llegan a acompañar a que haga la entrega de lo que se recolectó desde Torreón.
Fue una bella experiencia para mí. Las fotos que aparecen en el escrito las tomé yo misma, a excepción de la primera donde aparece la parroquia. Esa la busqué en google y me envió a la página de facebook de alguien que se nombra Mi San Pedro Coahuila. Le envié un mensaje al dueño de la página para pedirle permiso de usar la foto que aparece en su facebook, me contestó que podía usarla. Y la foto de la puesta de sol la tomé de imágenes de internet.
Espero que te guste el relato. Te mando un cordial abrazo.
Lilia

Para María Estela Sada Salinas, por  nuestras vidas enlazadas desde hace 50 años.

Hemos llegado a San Pedro. Hace más frío que en Torreón, al menos yo así lo siento. La claridad del cielo deja  pasar de manera permisiva la luz del sol, la cual me hace entrecerrar los ojos como si estuviera en plena meditación, concentrada en mi entrecejo, esperando recibir la inspiración del cosmos. Lo que sí hemos recibido Estela, Linda y yo es una amable invitación a desayunar en la casa del padre Sergio. Hay que subir por la escalera en caracol que conduce al campanario de la Parroquia de San Juan de los Lagos; la casa del padre está a un costado y a mitad de los peldaños rumbo a la torre.
Nunca había estado en un lugar así, la casa es modesta pero al mismo tiempo acogedora. Disfrutamos el desayuno sencillo y servido con abundante amabilidad. Mientras saboreaba mis alimentos, recordaba otra navidad muy singular que viví hace como 56 años, aproximadamente. Aquella navidad fue mi primer encuentro con el significado de los festejos para celebrar el nacimiento del hijo de Dios. Ahora en este lugar me siento un poco como personaje de Ignacio Manuel Altamirano. Yo no estoy viajando sola y triste entre montañas, pero me he encontrado con un cura y un par de mujeres que serán mis compañeros en esta nueva aventura.
Desde hace algunos años, Estela me había contado de sus visitas a diferentes ejidos pertenecientes al municipio de San Pedro de las Colonias, con el propósito altruista de llevar ayuda para el cuerpo y para el alma a todos esos marginados que no existen en el censo más que en las promesas de campañas políticas. Sus relatos a veces llenos de entusiasmo por la satisfacción que le deja la labor desinteresada que hace por los más pobres de la región lagunera, y otras veces la indignación con que me detallaba la marginación con que vive toda esa gente, despertaron en mí el deseo de acompañarla algún día en esos recorridos. Ahora todo se ha confabulado para que se cumpla este anhelo. Después del desayuno, nos dirigimos rumbo a Nuevo Delicias y La Victoria: dos ejidos cercanos a San Pedro. Esos nombres sugieren bellos espacios para vivir con alegría, espero que aquello que encuentre sea congruente con el simbolismo en los nombres de esos poblados.
Pensé que el paisaje estaría mucho más seco, que el barrial se haría fácilmente notorio, pero había algo de verdor en las faldas de los cerros y en el mismo suelo. Mi cerebro  -inteligente gracias al nutritivo desayuno- me da la orden de tomar mi común y corriente celular para tomar fotos. Clic, clic, clic, los disparos, el sonido del obturador. Y recojo imágenes, no puedo recoger aromas, lástima. Huelen la gobernadora, la salvilla, el limoncillo. Si la memoria olfativa es la más fuerte, qué todo esto se me grabe en el alma.
El primer ejido al que llegamos es a Nuevo Delicias. Apenas unos cientos de habitantes, creo que ni siquiera los cuatrocientos. Un buen número de ellos reunidos en la pequeñísima construcción que pretende ser un lugar de culto digno de devoción, fe y respeto. Era la mañana de un viernes, pero parecía una de domingo. Tal vez para ellos era un día especial, como de fiesta. El padre Sergio, acompañado de unas buenas mujeres, les llevarían ayuda para su pobre subsistencia y regalos para los pequeños.
Lo observo todo. Me hipnotiza el azul del cielo. Unas pocas nubes como simples manchones. Y mi pregunta: ¿de qué viven? ¿Cuáles son las ilusiones y las esperanzas de estos pobres hombres y mujeres? Me ha contado Estela que se alimentan de rata de campo, aunque prefieren los cuyos; sucede que éstos son más limpios dentro de la cadena alimenticia. Son recolectores de orégano y de la candelilla silvestre, trabajo duro por el cual reciben muy poco pago, ¿podría esperarse algo diferente? ¿Cuántas veces habrá estado por aquí la Secretaria de Desarrollo Social? ¿Llegará hasta aquí la ayuda que debe brindar Rosario Robles a todos los necesitados? Y si estuviera aquí, ¿podría reír abiertamente, mostrando sus enormes dientes como lajas de piedra cortantes y punzantes?
En medio de un reparto un tanto desordenado, terminamos pronto nuestra noble tarea. Nos piden que les dejemos un poco más de todo, pero hay que ir a otro lado, allí también estarán reunidos los habitantes del pueblo... como si fuera un domingo.
La Victoria, así se llama este ejido que se ubica a unos cuantos kilómetros del que acabamos de dejar. Aunque casi cuentan con el mismo número de habitantes, en La Victoria se ve más orden y organización ciudadana, la pobreza no azota tan de golpe en la cara de una florecita de asfalto como lo soy yo. Le pregunto al padre Sergio que a qué se dedica allí la gente, me comenta que se ve un poco más de verdor porque cuentan con pozos y norias que les permiten cultivar alfalfa y sandía.
Vamos directo a la pequeña capilla, muy parecida a la de Nuevo Delicias. Apenas un cuarto lo suficientemente grande para albergar a los fieles que en esta ocasión se muestran muy entusiastas, hay una gran algarabía en el recinto. Y de nuevo el sacerdote oficia misa en este lugar. Pregunta a los asistentes que si saben por qué se celebra el nacimiento de Jesús en esta época del año. Realmente no lo saben. Me contengo para no contestar, no me preguntó directamente a mí ni estoy ahí para evangelizar o catequizar.
Y les explica que la iglesia escogió esa fecha para hacerla coincidir con antiguas fiestas en que se celebraba la llegada del solsticio de invierno, ese momento del año en que se tiene la noche más larga y el día más corto, la época en que la tierra descansa para renacer en primavera. Y yo pienso en el Natalis Solis Invicti, en el nacimiento del sol victorioso, el símbolo de la vida. Al salir de la capilla me topo con una hermosa lila, la cual se prepara para llenarse de flores en unos meses más, el eterno recomenzar.
Y nos tienen preparada una sorpresa. Los niños del lugar, dirigidos por la maestra de la escuela, llenos de inocencia y alegría  representan una pastorela. Su escenario envidiable: un cielo azul despejado y limpio, los matorrales que visten de verde el árido paisaje y al fondo las montañas. Nos invitan a comer. Todo preparado por las mujeres del poblado, todas cooperaron. Y muy despacio, voy deshaciendo en la boca ese pastel casero de chocolate, como los de antes, como los de cualquier cumpleaños. Me lleno de gratitud. Vine a ayudar en el reparto de un poco de alegría e ilusión, y me colman de atenciones.
Observo a Linda y a Estela, se mueven con mucha experiencia y eficiencia entre la gente, ya las conocen. Cada cierto tiempo el padre Sergio Díaz las trae a estas comunidades que pertenecen al área territorial de la Parroquia de San Juan de los Lagos, de San Pedro de las Colonias, la cual tiene a su cargo. Ahora también he venido yo, y contribuyo con la entrega de despensas,  que van desde un montón de papas, pasando por el papel sanitario, otros artículos de primera necesidad, bufandas y juguetes para los niños. 
Y llega la hora de la despedida. Las mujeres de La Victoria nos sonríen agradecidas, nos dan un abrazo para desearnos felices fiestas, siento un apretón sincero y afectuoso en mi brazo; pero si no he hecho nada en especial, pienso conmovida.
Antes de venir a estos ejidos, Estela me recomendó usar tenis o cualquier zapato cómodo y protector y que no me doliera maltratar. Observo mis tenis viejos color verde pardo, el cual ya no se distingue pues el polvo me ha cubierto en gran parte los zapatos. Y pienso en la situación insultante y contrastante entre la miseria social y económica que acabo de presenciar y el despilfarro y ostentación que hacen las personas que, trabajando dentro de instituciones gubernamentales que se justifican en ayudar a aliviar la marginación de estos mexicanos, exhiben lujos insospechados como el Subsecretario de Desarrollo Social, Ernesto Javier Nemer, quien luce un reloj de 220 mil dólares, el valor en pesos deberá calcularse de acuerdo al precio del dólar en el momento en que se lea este relato. La encargada de Sedesol, Rosario Robles, es más discreta en sus accesorios.  Su bolso cuesta  2,300 dólares y su reloj  Cartier tiene un precio aproximado de 80.000 pesos.
La luz del sol teñida de rojos y naranjas me golpea los ojos y me saca de mis reflexiones. No puedo quitar la vista del bello atardecer. Las puestas de sol en el mar y en el desierto son las más hermosas que he visto. Y recuerdo el viejo patio de la casa de mi infancia, ese que al fondo tenía una escalera de piedra que conducía a una especie de cuarto de tiliches a donde no se nos permitía subir. Sin embargo, a veces en las tardes, iba y me quedaba de pie a la entrada de esa especie de ático en ruinas, y  permanecía casi hipnotizada contemplando las puestas de sol que podía disfrutar desde allí.  
Pronto irán desapareciendo detrás de las montañas los últimos rayos de luz de un hermoso amarillo ocre, se termina esta bella jornada, este viernes 19 de diciembre de 2014.  En unos pocos días inicia el invierno, sin embargo el sol no deja de brillar intensamente sobre estas comunidades. Les reseca la tierra pero les trae la esperanza de un mejor renacer. Tal vez,  aquellos que viven la vida como si fuera una interminable saturnal, algún día se acuerden de ellos.
¡Feliz Navidad 2015!