Martha Lucía DÍAZ MARES |
Para llegar a ti sólo bastó
masticar con suavidad
aquella nube que seguía
mi agitado palpitar,
dejar tras el asfalto
el quieto cielo
que vistió mi pensamiento
¡otra vez de ti!
Y así pensándote…
devorando el tiempo
busqué el refugio añorado
de tu suave abrazo
Para verter en tus sentidos
la confesión que justifica
ese temor que me trastoca
cuando yo sueño en poseerte.
Cuando sueño que tus besos
van saciando esta codicia
que al delirio me conducen
porque te quiero mío.
Porque quiero verter
sobre tu piel esta pasión
que floreció en las quimeras
de aquel ayer, cuando te vi volver.
Han muerto desde entonces
ya varios calendarios
y sigo aquí, ahora confesa
aún vagando en tus aromas.
Martha Lucía.
Enero 2011
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