Roberto OROZCO MELO |
El abogado, periodista, historiador y político ROBERTO OROZCO MELO comenta en su columna HORA CERO el privilegio que le ha representado el vivir casi ocho décadas lo que le ha permitido ser el testigo de acontecimientos notables y conocer de cerca a personajes como quienes han tenido a su cargo el gobierno de COAHUILA.
Los días corren, vuelan y pasan ¡Qué cosa!, digo con la expresión predilecta de mi abuela al admirarse de algo inusual o insólito; algo sobre lo que no tenemos control, aunque lo aceptara con espíritu resignado. Mamá Tola cargaba en sus hombros casi 80 julios, igual que yo ahora...
Pero miro hacia atrás y pienso que gracias a los años vividos pude ser testigo del acceso y salida del poder a 12 gobernadores del Estado Libre y Soberano de Coahuila de Zaragoza. ¡Qué cosa! diré como mi abuela y evoco a don Román Cepeda Flores quien juró el cargo de gobernador de Coahuila el primero de diciembre de 1941. Seis años después, en la misma fecha rendiría igual promesa el general de división, don Raúl Madero González, que gobernó hasta el 30 de noviembre de 1957.
El primero de diciembre de 1963 iniciaba don Braulio Fernández Aguirre su período de gobierno, el cual concluiría el 30 de noviembre de 1969. Seis años después, el ingeniero Eulalio Gutiérrez Treviño protestaba cumplir con el compromiso adquirido en una data idéntica, el uno de diciembre de 1969. Y después Óscar Flores Tapia habría de jurar el cumplimiento del cargo como responsable del Poder Ejecutivo del Gobierno del Estado primer día de diciembre de 1975.
Presionado por el presidente José López Portillo, Flores Tapia decidió dimitir al gobierno de Coahuila el 10 de agosto de 1981. Así lo hizo y fue sustituido por Francisco José Madero, quien cumplió la tarea encargada para los siguientes noventa días. Luego José de las Fuentes Rodríguez, ya gobernador electo, lo sustituyó en la responsabilidad estatal desde el primero de diciembre de 1987 hasta el primer día de noviembre de 1993. En esa fecha, De las Fuentes cedió los trastos al economista Eliseo Mendoza Berrueto, quien hizo buena faena; en seguida presenciamos los coahuilenses la protesta del poder estatal por el también economista Rogelio Montemayor Seguy quien, a su vez, entregaría la dicha responsabilidad al licenciado Enrique Martínez y Martínez en el primer día del mes de diciembre del año 2005. Así se cumplió un sexenio más.
El deber conferido a Enrique Martínez y Martínez duró todo el sexenio y después pasó la dicha responsabilidad al profesor Humberto Moreira Valdés. Éste a su vez, cumplió hasta el cuarto día de abril de 2011. Luego, cosas de la política, Moreira solicitó licencia al Congreso del Estado para separarse del cargo de gobernador; entonces los diputados designaron a Jorge Juan Torres López como gobernador interino que ya cumplió su tarea y hoy entrega el poder al licenciado Rubén Moreira Valdés, previamente elegido por los coahuilenses.
Así ha avanzado el Estado de Coahuila desde 1941. Los forasteros que ayer conocieron las vías terrestres de comunicación de nuestra entidad, así como en sus poblaciones, habrán de reconocer antes y después de éstos y otros servicios públicos. Que hay deuda pública, la hay y la habrá. Nuestra buena memoria ya no dice ahora: ¡qué cosa! Y quienes sepan comparar lo harán, como hicieron los electores antes de sufragar el pasado tres de julio. Además, estamos a un paso de conocer realmente la opinión de nuestra sociedad.
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