GerardoHERNÁNDEZ GONZÁLEZ
|
GERARDO HERNÁNDEZ GONZÁLEZ integrante de una joven generación de periodistas ha logrado colocarse como colaborador de varios medios impresos de COAHUILA además de dirigir su catorcenario ESPACIO 4. En su formación vivió la experiencia de ser parte de quienes trabajaron en LA OPINIÓN y posteriormente fue de los iniciadores del Diario NOTICIAS que en algún momento dirigió. En su espacio CAPITOLIO explica siguiendo un texto de DAVID OWEN por que actúan como lo hacen los políticos. La columna de Gerardo fue tomada del portal electrónico de ZÓCALO de SALTILLO.
“En el poder y en la enfermedad”, de David Owen, debiera ser uno de los libros de cabecera de los políticos, no sólo del Tercer Mundo, sino incluso del Primero. El ex ministro de Sanidad y de Exteriores del Reino Unido, rector de la Universidad de Liverpool y miembro de la Cámara de los Lores, analiza los males de los líderes más influyentes de la última centuria: Theodore Roosevelt, Churchill, Hitler, Stalin, Khrushchev, Mao, Willy Brandt, De Gaulle, Kennedy, Mitterrand, Yeltsin, Thatcher, Blair, Bush hijo.
Algunos sufrieron trastorno bipolar, otros consumieron drogas para mitigar dolencias o mejorar su rendimiento. Los hubo que padecieron del corazón y cáncer de próstata. Casi todos optaron por el secretismo para ganar elecciones, ser reelectos o no verse orillados a dimitir. La mayoría, aun sujetos a tratamientos severísimos, pudo lidiar con sus dolencias, aunque en ocasiones su estado afectó la toma de decisiones. Sin embargo, el común sucumbió por el síndrome hybris o “borrachera del poder”, cuyos síntomas, en su fase maníaca, describe el autor:
1. Aumento de la energía, la actividad y la inquietud.
2. Estado de ánimo eufórico, excesivamente “alto”.
3. Irritabilidad extrema.
4. Pensamientos que se agolpan, hablar muy de prisa, saltando de una idea a otra.
5. Distracción, incapacidad para concentrarse bien.
6. Necesidad de pocas horas de sueño.
7. Creencia poco realista en las capacidades y poderes de uno.
8. Juicio deficiente.
9. Un duradero período de conducta diferente de la habitual
10. Aumento del impulso sexual.
11. Abuso de drogas, en especial cocaína, alcohol y fármacos para dormir.
12. Conducta provocadora, impertinente o agresiva.
13. Negar que pasa algo.
14. Despilfarro de dinero.
Para las elecciones del 1 de julio, el presidente del CDE del PRI, Salvador Hernández Vélez, discípulo de la línea de masas, ofreció ochocientos mil votos a Enrique Peña Nieto, cien mil menos que un principio. El gobernador Rubén Moreira avaló varias veces ese compromiso.
Y cómo no hacer cuentas alegres si Coahuila era “el estado más priísta del país”. En 2005, el PRI arrasó en los comicios de gobernador y alcaldes. Después de perder al año siguiente las senadurías y cinco de siete diputaciones federales, se reorganizó y transmutó en una máquina de votos. El culmen fue la elección de Rubén Moreira como gobernador, en julio de 2011, con 668 mil 796 sufragios propios y alrededor de cuarenta mil que le aportaron el PV, el Panal, el PSD y el PPC. Muy por encima de los 422 mil del candidato del PAN y la UDC , Guillermo Anaya.
Los líderes del PRI negaron que pasara algo (síntoma 13 de la hybris), perdieron contacto con la realidad y en lugar de los ochocientos mil votos prometidos a Peña Nieto, le entregaron poco más de la mitad. También perdieron las senadurías y tres diputaciones que le hubieran permitido a su partido alcanzar la mayoría absoluta en el Congreso. Hernández Vélez dejó la presidencia del PRI en silencio, para ocupar una subsecretaría. Su sucesor, David Aguillón, hombre clave del gobierno de Rubén Moreira, tiene la consigna de encarrilar al PRI. La primera prueba serán las elecciones de alcaldes del año próximo. El tiempo vuela… y los votos también.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.