Fernando Royo Díaz Rivera |
Fernando Royo Díaz Rivera se
alterna con Federico Ramos Salas en la autoría de la
columna Ganar, Ganar que se publica en Milenio Diario Laguna que en la presente entrega se ocupa de las promesas
mentirosas que los políticos realizarán para tratar de ganar la presidencia
municipal de Torreón, ciudad que en el
pasado se caracterizó por pujante y progresista y que hoy sufre el abandono de
los gobiernos federal y estatal ante la apatía e indolencia de los ciudadanos
que nos creímos el lema “¡Vencimos al Desierto!” aunque
estemos dormidos en nuestros laureles.
El vandalismo en los monumentos y el equipamiento urbano es una parte del abandono en que se encuentra Torreón. |
Las campañas electorales están por empezar, los
candidatos están “preparando” sus estrategias, es la temporada de promesas,
mentiras, regalos, compra de votos, desayunos, tarjetas, etc, en fin nada
nuevo. Sin embargo esta elección en Torreón es muy especial, nuestra ciudad ya
no aguanta más. El abandono en que se encuentra es absoluto. Las cuentas no
cuadran, mientras las autoridades dan sus números, el Auditor Superior del
Estado da otros. Mientras nos dicen que no hay deuda, los proveedores se
acumulan, los jubilados se quejan, la empresa recolectora de basura amenaza con
suspender el servicio por falta de pago así como la empresa de clase mundial,
la CFE, también protesta.
De igual manera las autoridades del Estado dicen
que la emergencia financiera ya pasó, que la deuda está en un segundo plano,
¡si cómo no! La deuda sigue ahí más pesada que nunca, haciendo estragos en el
Estado, sobretodo en esta región, que no recibió nada durante la orgia de los
dineros. El Estado sigue hipotecado, siendo el ejemplo nacional de cómo no
hacer las cosas; claro ahora nos dicen que no somos el único que hay otros
Estados emproblemados, ¿y eso a nosotros en que nos beneficia?
Para protegerse, los habitantes de sectores residenciales tratan de encerrarse pero las autoridades maquillan las cifras de la delincuencia para no permitirlo. |
La ciudad ya no figura entre las principales del
país, sus índices están en picada, la inversión pública y privada es nula, se
ha perdido la competitividad como región, la ciudad sufre el deterioro del nulo
mantenimiento que ya es imposible ocultar.
Por todo lo anterior estas campañas electorales
resultan muy importantes para la supervivencia, sin embargo la oferta política
todavía no está a la altura de las necesidades, es por ello que al cuestionar a
los candidatos tendremos que ser mucho más objetivos, no solo es escuchar las
promesas bonitas, que si más empleo, que mas inversión, que ellos son lo más
cercano a Superman, recordemos que nos van a bajar el cielo la luna y las
estrellas.
Todo lo anterior es debido a que en el pasado
hemos sido complacientes con una clase política que hasta hoy, salvo algunas
muy pocas excepciones, ha demostrado que no sirve para nada. Por eso
necesitamos los cómos, requerimos de respuestas objetivas, y sobre todo las
fuentes de financiamiento de sus promesas.
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