Eduardo Holguín |
Si quieres que las cosas en Torreón permanezcan
igual votarás PRI o PAN en la elección del 07 de
julio. Si de verdad te interesa que haya un cambio para mejorar optarás por
alguien diferente. La columna es Dragones,
de Eduardo Holguín a
propósito de un comentario en la columna de Carlos Puig publicada
el jueves, ambos son colaboradores de Milenio Diario Laguna.
¿A qué se dedica Jorge Castillo? ¿Es
empresario, gestor, es facilitador? Pregunta Carlos Puig en su columna de ayer:
“Lluvia de lodo en Oaxaca y el incierto destino de Gabino”.
Carlos Puig |
Cualquier oaxaqueño puede contestarle al
reconocido periodista: Jorge Castillo se dedica a convertirse en uno de los
multimillonarios sexenales que han amasado su fortuna en Oaxaca sin ningún
escrúpulo y sin importarle, en lo más mínimo las inequidades que privan en la
entidad. Igualito que en las épocas del PRI, pues.
Lo hace haciéndola de gestor, de facilitador,
a veces de empresario, a veces de político; pero sobre todo, haciéndola de
amigo intimo de Gabino Cue. El mismo amigo que acompañó al “suspirante” a
gobernador y ahora Titular del Poder Ejecutivo de Oaxaca, a “saludar” a Carlos
Ahumada, evento que formó parte de los famosos “videoescándalos”. Resulta
ridículo e insultante para los oaxaqueños que Gabino pretenda deslindarse de
Castillo, declarando cínicamente que “esa persona no trabaja con nosotros…”
Ridículo e insultante porque es verdad de Perogrullo que Castillo colaboró
estrechamente con Gabino negociando apoyos, adhesiones políticas y dineros para
sus campañas.
Jorge Castillo y el gobierno ¿del cambio? |
Ridículo e insultante porque nadie duda del
poder fáctico que tiene Castillo, poder que le concede la facultad de concertar
y realizar componendas, como las grabadas recientemente y que derivaron en un
escándalo que ha trascendido las fronteras oaxaqueñas. No les extrañe que
pronto el titular del “gobierno del cambio” pretenda deslindarse de otros de
sus amigotes, algunos de ellos funcionarios, que descaradamente se enriquecen
amparados en el nuevo manto del poder vendiendo carros japoneses, comerciando
medicinas al por mayor al sistema de salud local, remodelando oficinas a costos
exorbitantes, etc.
Nada ha cambiado en Oaxaca, salvo que ahora
hay otros pillos, mismos que por cierto han mostrado gran ineptitud en la
administración de los recursos públicos, en la promoción económica, en el
combate a la pobreza y en el manejo político de la entidad. El mejor botón de
muestra es la chambona conducción política de Gabino ante la problemática
magisterial.
No es de extrañar el dicho popular que se escucha
en Oaxaca: ¡Que regresen los ladrones! ¡Que se vayan los ladrones y pendejos!
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