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27 de junio de 2013

El Sexódromo: Mujeres en la hoguera

Siempre bien informada Verónica Maza Bustamante se ocupa en la más reciente de sus entregas de la columna El Sexódromo, de un asunto que está presente en la diversidad de las preferencias sexuales: Las jóvenes y el lesbianismo. ¿Qué deben hacer los padres cuando tienen una hija a la que le gustan las mujeres?. El Sexódromo es parte de la sección El Ángel Exterminador y se publica los sábados de cada semana en Milenio Diario Laguna.

EL ÁNGEL EXTERMINADOR • 22 JUNIO 2013 - 12:58AM — VERÓNICA MAZA BUSTAMANTE

El erotismo lésbico no es más o menos complicado que el heterosexual

México • Me han contactado un par de madres que no se conocen entre sí pero tienen algo en común: una hija joven y lesbiana. Una de ellas me escribe desde Aguascalientes para comentarme que la suya, una estudiante de 20 años, tuvo una experiencia homosexual que la dejó marcada y quiere seguir experimentando con relaciones de mujer a mujer, por lo que desea conocer detalles sobre el tema, así como tener información relacionada con la manera en que ellas se pueden proteger para evitar contraer alguna infección de transmisión sexual (ITS).
Mi otra lectora vive en el Distrito Federal. Quiere que le recomiende bibliografía sobre el tema porque no tiene la menor idea de lo que está experimentando su hija de 17 años, quien recientemente le confesó que está enamorada de una amiga que le corresponde, y han decidido vivir su relación sin falsos pudores o miedos. Saben, me dice su mamá, que se enfrentarán a retos sociales, pero las chicas tienen toda la intención de vivir en función de su derecho a la libertad de asociación sin discriminación por motivos de orientación sexual o identidad de género. También —y eso lo digo yo— su derecho a ser felices.
Me preguntan cuál sería la receta para que tuvieran una relación duradera y si el condón femenino es útil para protegerse o si es preferible que usen “un plástico que se corta y se introduce en la vagina como una especie de condón” (sic).
Si bien a lo largo de estos años varias personas me habían escrito para consultarme algunas dudas en relación a la homosexualidad, es la primera vez (¡y por doble partida!) que me consultan madres de jóvenes lesbianas, quienes además de querer documentarse, han establecido con sus hijas una buena comunicación que las ha llevado a sostener diálogos íntimos, amorosos y comprensivos.
Lo primero que tendría que entenderse del erotismo lésbico es que no es más o menos complicado que el heterosexual. Como en el caso de este último, no hay recetas que le funcionen a todos. Nadie nace sabiendo relacionarse coitalmente; tampoco lésbicamente. Se trata de echarle imaginación, de vivir el deseo, de leer para evitar contagiarse de alguna ITS y disfrutar al máximo cada encuentro sensual.
Muchos de los videos porno que se pueden ver en internet dentro de la categoría “lesbianas”, muestran a chicas de uñas largas que se centran en el cunnilingus y el empleo de vibradores como únicas opciones para darle placer a sus compañeras. Repiten, más o menos, los mismos esquemas de la pornografía heterosexual, con la idea de que la penetración es la fuente máxima del orgasmo femenino y la imaginación está de vacaciones.
Ilustración: Sandoval
Como en todos los casos, el mejor arranque tiene que ver con conocernos a nosotros/as mismos/as. Saber qué nos gusta más y cómo nos gusta hacerlo, porque con base en ello podremos pedirle a nuestras parejas que lo repliquen para hacernos ver el cielo tisú. En el caso de dos chicas aplica literalmente el “hazle a la otra lo que quieras para ti”. Aunque cada vulva y cada vagina es un mundo, es verdad que hay lugares estratégicos, como el clítoris, que a toda mujer le gusta que le estimulen. Lo importante —e interesante— es explorar, experimentar. Dejar que todo fluya sin miedos. Cuando se entra al ruedo de manera informada, libre, cuidadosa pero entregada, el asunto suele ponerse muy candente, además de ser seguro.
En el caso de la pasión lésbica, las parejas no tienen la bronca de estar esperando el periodo con angustia pues no existe riesgo de embarazo, pero sí es necesario aprender a evitar el contagio de alguna infección de transmisión sexual.
Un método de barrera tiene que ver con un plástico, pero no se introduce en la vagina (sería un error pues podría perderse en su inmensidad). Con plástico del que venden para cocinar (conocido como Plastipack) se hacen cuadros que cubran el área de la vulva (labios mayores, menores, clítoris) y se ponen para brindar sexo oral encima de ellos. Existen algunas barreras de látex que se consiguen en sex shops, aunque se pueden armar cortando un preservativo, ya sea masculino o femenino.
El condón femenino se emplea en la relación heterosexual para contener el semen, aunque también alcanza a cubrir la vulva. En la relación homosexual lo veo poco práctico, y comprar uno para recortarlo sale caro; mejor hacerlo con los masculinos.
Algunas chicas precavidas emplean guantes de látex para penetrar con los dedos. Si se comparte un dildo es importante ponerle un preservativo y lubricante. (Este juguete sexual le da sabor al asunto pero no es sustituto ni de un hombre ni de una pareja, y sucede lo mismo que con los heterosexuales: todavía es tabú su uso, pero emplearlo de mutuo acuerdo brindará sensaciones maravillosas, diversión y complicidad).
En la Guía de salud sexual para mujeres lesbianas y bisexuales, creado por Stop Sida, asociación comunitaria nacida en Cataluña en 1986 con el objetivo de combatir el VIH/sida en la comunidad homosexual, es posible encontrar una lista de prácticas eróticas que pueden vivir las lesbianas y que no se limitan a la estimulación oral o los juguetes. La pueden descargar en www.stopsida.org/publicaciones#guia_mujeres.
Es importante que vayan a revisión ginecológica, de preferencia una vez al año, para realizarse un chequeo general y estar al tanto de su salud sexual. La decisión de manifestar su orientación sexual al médico le pertenece a cada paciente. Por supuesto que es mejor mencionarlo para que el diagnóstico o la explicación sanitaria vaya acorde con la vivencia personal, pero no es una obligación.
Stop Sida también ofrece la guía En tus prácticas sexuales tú escoges la seguridad que quieres tener (www.stopsida.org/images/stories/pdf/tu_escoges.pdfujeres lesbianas), donde se hace un repaso de las ITS en las relaciones entre mujeres. Ahí pueden encontrar documentos para gays y un manual de salud sexual para todas las orientaciones sexuales.
Sobre la bibliografía, recomiendo entrar al blog buxaralibrosles.wordpress.com/tag/lesbianas, donde hay opciones diversas. Algunos libros no se venden aquí, pero gracias a internet se pueden pedir y recibirlos por correo. En México es posible encontrar buenos títulos en la librería El Armario Abierto, ubicada en Agustín Melgar 25, colonia Condesa del DF, o en su tienda electrónica: www.elarmarioabierto.com.
Servidas, mamacitas. Espero que la información les sea útil a muchas personas más. No olviden que mientras mejor entendamos todas las posibilidades de la diversidad sexual más contentos y satisfechos nos sentiremos en el —y frente al— mundo.

***

Los invito a que el próximo jueves 27 de junio me acompañen a presentar el libro ¿Naces o te haces? La ciencia detrás de la homosexualidad, de Fabrizzio Guerrero McManus, biólogo y filósofo de la ciencia que se ha desarrollado también como docente.
Me gustó la manera amena pero con rigor científico que emplea para desentrañar si es verdad que existen genes gays, cómo se han desarrollado las prácticas homoeróticas en diferentes sociedades a lo largo de la historia, las teorías de la biología para cuestionarlas, así como su invitación a una reflexión ética, no meramente biologicista, respecto a la igualdad.
Además del autor y una servidora, en la mesa de presentación estarán el académico y politólogo Genaro Lozano y la actriz, conductora, cantante y activista Marisol Gasé (mi reina chula). La cita es en El Marrakech Salón (República de Cuba 18, colonia Centro, DF), a las 19 horas.

@draverotika

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