Gerardo Hernández González |
En
su columna Capitolio que se publica entre otros medios en Milenio Diario
Laguna y en Zócalo de
Saltillo,
el periodista Gerardo Hernández González tocó el tema del encuentro entre
candidatos, que no debate, a la Presidencia Municipal de Torreón. Según el autor todos los aspirantes
sabían a lo que iban pero la mayoría desaprovecharon la oportunidad de una
confrontación de ideas y propuestas y se dedicaron a las mutuas
descalificaciones, principalmente los postulados por el PAN y el PRI, Jesús de León Tello y Miguel Ángel Riquelme Solís quienes tienen la mayor
disponibilidad de recursos económicos, aunque no por ello sean los que cuenten
con la preferencia del electorado en cuanto a intención del voto.
A la gran familia Zócalo,
por sus cinco años en Saltillo
Hay
debates que cumplen su cometido y otros más soporíferos que un juego de la
selección de fútbol. Estos son la antítesis de un ejercicio democrático capaz
de conmover a grandes audiencias y modificar tendencias. Uno de los factores
clave de los primeros es la sorpresa, el golpe inesperado. La ironía, el
retruécano y la capacidad de asimilación y de respuesta, incluso el estado
emocional, pueden determinar también el resultado de una confrontación entre
personas que aspiran al mismo cargo.
No
siempre el más espabilado y el mejor tribuno vence en las urnas. Así le sucedió
a Diego Fernández de Cevallos después de superar a Ernesto Zedillo y a Cuauhtémoc
Cárdenas el 12 de mayo de 1994, pero el debate introduce en la competencia otro
elemento consustancial a la democracia: la incertidumbre, la duda de quién
ganará la elección. A Fox le bastó el “hoy, hoy, hoy” para colocarse por encima
de Francisco Labastida y de Cárdenas en la preferencia ciudadana. La democracia
no endereza jorobados ni adecenta a los corruptos. Lo que permite es elegir, a
veces incluso al más torpe.
El
debate del miércoles pasado entre los candidatos a la alcaldía de Torreón, en
la Universidad Iberoamericana Laguna, dejó entre la mayoría un buen sabor de
boca. Jesús de León (PAN), Miguel Ángel Riquelme (PRI), Isabel Vesuña (PRD),
Penélope Rivera (PT), Raúl Sifuentes (Movimiento Ciudadano-PSD) y Felipe
Esquivel (Partido Progresista de Coahuila), sabían a lo que iban y qué les
esperaba. En mayor o menor medida, todos cumplieron.
Sin
embargo, como era previsible, De León y Riquelme polarizaron el auditorio por
ser los punteros en las encuestas —cada uno de la suya—. Sifuentes entró sin
mayores expectativas entre los universitarios y salió convertido en la tercera
opción. Isabel Vesuña no se preparó debidamente. ¿Qué le espera sin el respaldo
de López Obrador? Penélope Rivera lanzó un dardo: “miren, los políticos lo
único que hacen es pelear”. Ganó puntos. Felipe Esquivel demostró que los
partidos emergentes tienen propuestas.
Los
nombres del alcalde Eduardo Olmos, del ex gobernador Humberto Moreira (PRI) y
de Guillermo Anaya (PAN), presidente de la Comisión de Seguridad Pública de la
Cámara de Diputados, se usaron para denostar al contrario. Ya por el estado de
la ciudad, ya por la deuda de los treinta y seis mil millones de pesos, ya por
presuntos vínculos con la delincuencia organizada.
Olmos
representa para Riquelme la roca que Sísifo empujaba a la cima de una ladera
empinada y que a punto de alcanzar rodaba para empezar de nuevo el castigo
ingrato. El candidato y el alcalde no son la misma persona. De León y Anaya,
tampoco. El problema es lo que representan. Igual que el PRI se cebó en José
Ángel Pérez hace cuatro años, el PAN lo hace ahora en Olmos. ¿Cómo defenderlos?
Los
universitarios dividieron sus preferencias: unos estaban con Riquelme, otros
con De León; los hubo también con Sifuentes e incluso con ninguno. El ejercicio
merecía mayor difusión, más allá del recinto y de las redes sociales, pero la
radio y la televisión, algunas de las cuales prefieren reciclar basura, no lo
transmitieron. La UIA le enseñó al Instituto Electoral y de Participación
Ciudadana que es posible confrontar a los candidatos sin que el mundo colapse.
Inhibir los debates cancela a la ciudadanía la posibilidad de elegir mejor. Por
eso hay que exigirlos. El de la Ibero lo ganó la democracia.
@espacio4mx
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