Armando Fuentes Aguirre. |
Lo
primero que debí realizar con el inicio del año es agradecer a la vida por los
numerosos regalos que me ha hecho, ya que es cualidad del hombre bien nacido reconocer lo que nos es dado aún sin merecerlo. Rara vez lo más
valioso se puede cuantificar en términos de cantidad o dinero, pues se trata de
valores universales que no cuestan pero de ninguna manera son gratis. Desde
hace ya muchos años el último día de diciembre y el primero de enero, el
cronista de Saltillo Armando Fuentes Aguirre “Catón” publica estos dos sonetos que dicen elocuentemente la gratitud
que debemos mostrar por seguir en la tierra y ante los dones inmerecidos que
recibimos. En mi balance personal de cada año son más los regalos y los
momentos gratos que recibo y aún las malas experiencias me dejan una carga de
enseñanzas que trato de aplicar para ser una mejor persona cada día. Se los
comparto con el deseo sincero de que a ustedes también les sirvan.
Juan Elizalde Lara. |
Soneto con
Acción de Gracias
Gracias,
Señor, por todas mis mañanas
hechas
de luz, y pájaros, y viento.
Por
las estrella sin número y sin dueño
que
hiciste porque yo la contemplara.
Por
la cintura azul de las muchachas,
y
por la frente blanca de los viejos,
y
por el sueño con que a veces sueño,
y
por mi cuerpo, gracias, y por mi alma.
Mucho
me diste a mí, que soy tan poco...
Hasta
te diste Tú, nieve en el lodo.
¿Qué
para Ti, Señor, no dejas nada?
Gracias,
pues, por mi mundo, niño y loco.
Y
gracias por mi vida. Y, sobre todo,
gracias
porque he aprendido a decir: gracias.
Plegaria
Un
pedazo de tierra para posar mi planta
y
ahí una huella sabia que conduzca la mía.
Un
rincón en el cielo donde anidar mis ansias,
con
una estrella, para saber que Tú me miras.
Sobre
mi frente un techo; bajo el techo una llama;
un
pan que nunca falte y una esposa sencilla:
la
esposa como el pan, alegre, buena, cálida;
el
pan como la esposa, de suavidad benigna.
Un
amigo y un libro. Salud, pero no tanta
como
para olvidar que he de morir un día.
Un
hijo, que me enseñe que soy tu semejanza.
Sosiego
en el espíritu... Gratitud en el alma...
Eso
pido, Señor, y al final de la vida
dártelo
todo, a cambio de un poco de esperanza.
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