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5 de junio de 2015

…con café, primer libro de Martha Lucía Díaz Mares

Por primera ocasión, Martha Lucía Díaz Mares incursiona en la lírica y entregó para su impresión el original de su primer libro …con café, y del que comparto el prólogo que escribí para la referida obra.

Prólogo

Amar es empapar el pensamiento
en la fragancia del Edén perdido;
amar es... amar es llevar herido
con un dardo celeste el corazón.
Manuel María Flores. Amémonos

…con café es el primer fruto de Martha Lucía Díaz Mares como escritora aunque en la lírica incursionó desde hace muchos años. Los poemas que escribió desde muy joven los fue reuniendo y los pone hoy a disposición de sus amigos en un pequeño volumen, que no por pequeño deja de ser valioso.
Maestra por vocación Martha Lucía sintió la necesidad de dejar aflorar su sensibilidad y por ello su poesía es un crisol de sentimientos no desprovistos de pasión e intensidad.
Madre amorosa, sus hijos son motivo de inspiración para Martha Lucía, de tal manera que en su primera rima Búsqueda Necia señala:

Recostada en mi mullida cama intento construir una poesía y no llega a mi mente la caricia sutil de la palabra, ni una mínima idea acaricia mis neuronas, ¿por qué?; me pregunto vehemente, ¿por qué soy tan pretenciosa al querer esculcar mi pensamiento y adjetivar la belleza de una flor o los rayos plateados de la luna, si aquí a mi lado está la poesía?... con sus piecitos levantados. Ella entona una canción emocionada mientras se acerca a nosotros un poema de ocho años que anhela ser atleta, bombero, astronauta y… ¡qué sé yo!

Cariñosa, evoca con tristeza al hombre más importante de su vida cuando en Mi Padre expresa:

Refugió sus mocedades en mi cuna
labrando con sus manos el destino,
maquillando los días en que mi pueblo
despilfarraba travieso la vida
sobre nuestras infancias añoradas.
Fue dejando sus años en mi vida
con un amor tan pleno de coraje
ese, que aún sostiene sus andares
por las calles que nos sudan,
porque somos polvo de su brecha.

En Soy, el recuerdo de su madre yerta, la hace explotar en un doloroso lamento:

Soy dolor que sucumbe a tu dolor
en el lecho que cautiva tu energía
soy la llaga que abrió tu tibia piel,
soy quebranto en este invierno
que te arranca de mi lado.
Ante tu ausencia madre,
no soy más que hojarasca
desde que el brillo de tus ojos
dejó de iluminar mis días aciagos;
desde que el roce de tu piel
languideció entre tus sábanas.

La excelsa experiencia de ser madre la marcó definitivamente, y en Confesa describe como ante sus ojos se reveló un mundo nuevo:

Ya no fui yo
desde que ellas son…
desde que  fueron
diminutos huéspedes
de mi entraña fértil,
donde ya pincelaban
su existencia en mi vivir
develando así
mi mundo nuevo.

Nunca ha olvidado a Múzquiz, el pueblo donde está su origen y tampoco deja de cantar agradecida a la ciudad que desde hace años los cobija a ella y su familia, de tal manera que en Acero fundido nos dice de Monclova:

Desteñida por  el tiempo
vi a Monclova
cierto día por las calles,
arrastraba en cada paso
sus temores y la sangre
vil esputo de la endeble
autoridad que espanta.
A veces, se viste de misterio
otras, solamente de lo mismo:
rutina laboral y familiar que
adorna sus albores cálidos,
pero esta vez eslabonó
con el acero, los minutos
que vomitan porfiristas
otro fuego inmolador.

En Raíces eslabona con maestría las palabras y demuestra que la brevedad no está reñida con la elocuencia:

Un árbol de palabras ha crecido, de sus ramas columpian pensamientos y entre líneas de versos consonantes construyen una historia literaria con palabras que trastornan la razón, con letras impregnadas de emoción. Un árbol de palabras, de versos y metáforas acuden al sendero de mi vida, de mi vida con trazos de poeta.

¿De quién habla en Viajero y Escarlata…? ¿Un amante ignorado y presentido, una voz amiga que en la distancia acompaña sus desconsuelos y desvelos, ó un amor platónico -irreal- con el que la hace fantasear su temperamento?:

Viajero

Entre los vagones
de un titán de acero
que va pregonando
peligro a su paso,
se trepó ese beso
que desde mis labios
áridos de ti,
buscan la humedad
que puebla los tuyos...
Allí va mi beso
que a marchas tranquilas
anhela llegar
hasta tu horizonte
y desbocar sus ansias
en esa frontera
que erige  tu piel
y donde a capricho
varará mi cuerpo.

Escarlata

Hoy, acuna mi silencio
el canto de un grillo
y custodia mis latidos
que deslizan su galope
por la rivera del viento,
mientras yo, comienzo
a navegar en la quietud...
Tú, a mi lado con tu charla
desdibujas soledades
y matizan mis paisajes
los destellos singulares
que bañaron tus ojos
aquel día, cuando Marte,
estacionado en tu ventana
imprimió sobre tu piel
su misterio seductor.

La lírica de …con café abarca las distintas etapas cronológicas de Martha Lucía, desde sus inicios, hasta la época actual en que desde Twitter, nos muestra que 140 caracteres resultan suficientes para expresar con elocuencia su sentir de poetisa:

Volviste, sin prisas, ambicioso, transgrediendo mis silencios, venciendo los temores, esos que  acechaban tu quimera aniquilando tus años.

Para ya no escribir tanto, finalizo diciendo que …con café es una amalgama de sensibilidad, amor, pasión, sentimiento, erotismo que no se debe apurar de un solo trago. Hay que saborearlo. Paladearlo a sorbos lentos… como si se tratara de una taza de la deliciosa infusión que da nombre al poemario.
Juan Elizalde Lara
Verano del 2015

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