Homar Sánchez Díaz me comenta vía twitter que no todo en México es corrupción y tiene razón y como muestra basta un botón, estos son sus alumnos y un muy interesante proyecto:
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14 de julio de 2015
13 de julio de 2015
La tierra de la anarquía
México
es el país del caos en el que algunos grupos movidos por intereses mezquinos y
políticos hacen lo que quieren en tanto que la mayor parte de la población que
carecen de representantes e influencias sufren los atropellos de autoridades que
no gobiernan y que sacan raja de la anarquía señala en su colaboración Fidencio Treviño Maldonado.
A pesar del fracaso el espíritu de la protesta
había llegado
a ser parte de la población.
Francia y su anarquía
Un estado de derecho vacilante en la impartición de
justicia es el que existe en el actual gobierno, que titubeante solo logra ser
un esbozo de ridícula caricatura ante la avalancha de agrupaciones y
grupúsculos que por quítame estas pajas lo ponen a temblar y de paso de
rodillas llevándose entre las patas a los ciudadanos que, entre otras cosas
somos los que con nuestros impuestos y el voto mantenemos al gobierno
hegemónico para que ofrezca una confianza racional, capaz esta de conciliar ante todos los
ciudadanos por igual y no tener “negocios“ con grupos desestabilizadores.
A nivel nacional
los centistas están haciendo pagar “dolor con dolor” a millones de
personas que ni la deben, pero si la
temen y la pregunta es la misma desde hace años cuando Manuel López Obrador o
los electricistas, barzonistas entre otros marchaban y ponían campamentos en
pleno Zócalo del D.F. ¿pero que culpa tienen los ciudadanos de esta venganza de
grupos manipulados por diferentes partidos?.
No son privativas del Distrito
Federal las marchas, plantones, caravanas, cierres de autopistas y protestas de
todo tipo, en las calles, avenidas, explanadas y frente a distintas
dependencias, sino que ahora en los diferentes estados y municipios, las
protestas en la provincia son simples copias al carbón, de lo que sucede en la
capital, desde luego guardando las debidas proporciones pero aderezadas y
sazonadas por una misma causa; el caos. La justicia bien aplicada en unos,
mientras los más, gozando de la impunidad que dan la multitud y la corrupción;
Ejemplo, La policía ministerial ”agarra” a un jovencito con un cuchillo
cebollero o se topa en un camino vecinal a un campesino o simple pastor de
cabras con un machete o rifle de salón calibre 22, estos individuos van al bote
por portación de arma blanca o de fuego etc, pero a los macheteros de San
Salvador Atenco, Estado de México, a las Guardias de Michoacán y de Guerrero,
con machetes y rifles en mano, amenazantes y enardecidos, más las consabidas
mantadas y recordadas del 10 de mayo desde al presidente Peña Nieto, hasta los
que sólo cumplían con el deber de cuidar ¿qué pasó? nadie los tocó, llegan
tiempos de votaciones en varios municipios de Oaxaca, Michoacán, Guerrero,
Chiapas, se declararon autónomos y queman boletas, roban urnas, etc, el INE y sus tentáculos, sólo agacharon la
cabeza en otra muestra más de la palidez de nuestro poder judicial.
En La Laguna, comarca llena de
líderes charros y simples promotores del caos y la miseria, desde hace rato
convirtieron en monigotes a nuestros funcionarios en turno, desde gobernadores
hasta las diferentes dependencias. Así mientras la economía se debate con el
desempleo, miles de jóvenes son
rechazados en la UAC, los mantos acuíferos se diluyen como lagrimas de un bebe
de 9 meses sin control, la droga se distribuye como la mala yerba y el alcohol desde
hace mucho tiempo se les salió del control a los desfuncionarios, ahora las
jornadas de manifestaciones, marchas en las de calles y tomas de presidencia
son el rasante para lograr fines mezquinos en la mayoría de las veces movidos
por intereses políticos. Los taxistas piratas y no piratas hacen de las calles,
bulevares y avenidas, su botín y ayudados por las rutas chatarras en donde sólo
su ley impera, mientras las autoridades del transporte son simples piñatas, porque
las mueven a su criterio y de paso les caen a palos cuando les da su regalada
gana. Tiempo de huracanes en el horizonte y largas jornadas de protestas,
gruesa agenda, llena de anárquica se
cierne sobre los ciudadanos que inermes sólo les queda preguntar ¿ahora porque
protestan?.
Simples vivales que se pitorrean en
las narices de las autoridades, ostentando sólo las siglas de alguna agrupación
“luchadores sociales” capaces de poner a Torreón, Gómez Palacio y parte de la Laguna a temblar, so pretexto
de defender causas perdidas, que van desde
repudio a la reforma educativa, despidos injustificados, decomiso de autos
chocolates, de taxis piratas, predios invadidos, niños con plomo, cerrar
escuelas, quitar rieles, o en su caso exigir programas, tarjetas, despensas,
etc. para su organización. Y también son estos mismos grupos los que se prestan
al mejor postor para llenar las urnas de
votos a quien les llegue al precio. En fin así están las cosas, todo un cúmulo
de contradicciones por parte de las autoridades, mientras el pueblo se sigue
preguntando ¿en manos de quién estamos?. Queda una vez más evidenciado que los
temibles grupos de policías encapuchados que rondan en las calles del
territorio nacional y en particular de toda La Laguna van sólo en contra de
niños y jovencitos grafiteros y pandilleros.
Sin duda el Diálogo es bueno y de
personas civilizadas y mientras la ley es para unos “Juan pueblo” , la justicia
y tolerancia son para los dueños de la calle, representantes de la anarquía y
sembradores del caos.
Email: kinotre@hotmail.com
9 de julio de 2015
Un vitral sanador
Lo normal en una sociedad
machista como la mexicana es que juzguemos desde una posición hipócrita y de
superioridad moral a quienes son diferentes en sus preferencias sexuales motivo
por el que resulta extraordinaria la manera de actuar de personas como Lilia
Margarita Rivera Mantilla, quien en el presente texto nos habla de homosexualidad,
tolerancia, yoga kundalini, cine y de como el llamado cáncer rosa o Síndrome
de Inmuno Deficiencia Adquirida o SIDA mató a tantos, de terror. En la actualidad el VIH sigue siendo una pandemia
aunque cada día un mayor número de personas de alto riesgo vive abiertamente su
sexualidad pero se informan y protegen para proteger su salud y llevar una vida
con decoro y dignidad.
Afortunadamente no todo es desolación en los
hospitales del sector salud en México.
Así pensaba ese mediodía cuando esperaba, entre
paciente y derrotada, el momento en que me tocara el turno para pasar a
consulta. A pesar de la medicina homeopática y de seguir rigurosamente la dieta
prescrita por el médico, había decidido que me operaran para que me extirparan
la vesícula biliar. Ya me habían dicho dos médicos que sería algo muy sencillo,
que no me arriesgara a que se presentara un cuadro más grave, que el cálculo
nunca se iba a desbaratar. Me convencieron. Y allí estaba yo en ese lugar
cuando podría estar ejercitando cuerpo, mente y alma en mi clase de yoga
kundalini.
Me encontré ese día con un buen número de personas
que esperaban ser recibidas por el médico en turno. Algunos buenos pacientes,
otros muy impacientes. Pocos como yo, indiferentes pero enojados consigo mismos
por ser tan estúpidamente mortales como para necesitar una operación.
Vitral Quinto Sol IMSS 2 |
Es un vitral de fuertes colores: rojo, amarillo,
azul y blanco que iluminan las figuras que representan; en el centro del mismo,
al sol en general, y en cada extremo el sol del oriente y el sol del
poniente. Me concentré en la imagen del
vitral y en sus colores que eran traspasados por la luz natural del sol; me
olvidé que estaba en un lugar al que había llegado sintiéndome como chivo rumbo
al matadero, y empecé a sentirme un tanto hipnotizada por figuras y colores,
como si estuviera meditando ante un mandala.
Me despertaron las voces de algunas enfermeras que
llamaban en voz alta a los pacientes a quienes, por fin, había llegado la hora
de pasar a su respectiva consulta.
Impaciente, me puse de pie y me dirigí al barandal
del pasillo, desde allí se puede ver toda el área de consultorios. Pero mi
vista se dirigió hacia abajo, hacia la entrada del hospital. Y pude ver como un
hombre aún de apariencia bastante juvenil, entraba partiendo plaza por el
centro del vestíbulo. Saludaba alegremente si se topaba con alguien a quien,
seguramente, ya conocía. Llevaba una pequeña bolsa tipo mochila colgando de un
hombro; a diferencia mía, subió con agilidad las escaleras y al llegar al piso
donde yo también me encontraba, giró con seguridad a su izquierda, al lado
contrario del pasillo en donde yo esperaba entrar a revisión. Y entonces lo vi
acercarse a donde se encontraba un grupo
de hombres. Sí, la mayoría eran hombres. Muchos entre sus treinta y cincuenta
años, podría asegurar que no vi mujeres, no en ese momento en que apenas me había llamado la atención ese grupo
de pacientes tan singular.
Decidí dirigirme hacia allá, al pasillo opuesto. Con
seguridad y naturalidad fingidas, y aprovechando mi uniforme blanco de yoga
–ilusamente pensé que mi cita sería respetada en tiempo y que llegaría a la
hora justa a mi clase, así es que iba vestida de impecable color blanco-, actué
como si fuera una trabajadora de ese hospital para que no fueran a pensar que
andaba haciendo una investigación morbosa, lo cual, efectivamente, así era.
Pasé junto al grupo. De manera atenta pero disimulada, me fijé en el letrero
que avisaba de la clase de tratamiento médico que se daba allí. Fueron ciertas
mis sospechas. Allí se seguía el estado de salud de los pacientes infectados
con el virus de inmunodeficiencia humana, VIH; portadores del virus, pacientes
con la enfermedad declarada, pero de pie, dispuestos a luchar.
Y sentí una mezcla de alegría y tristeza infinitas.
Alegría por estos hombres que sin tapujos, sin fingimientos venían a este
hospital, a la luz del día, a la luz de ese sol que se filtraba a través del
vitral para que, con todo derecho, se les ayudara a recuperar su salud, así
como yo estaba dispuesta a recuperar la mía, la cual también se había alterado
por no saber contener ni la boca ni las emociones.
Pedro Infante en el gimnasio. |
Han transcurrido siete años desde aquella mañana en
que contemplaba el vitral del Quinto Sol. Este sábado 27 de junio de 2015 se ha
celebrado la marcha anual del orgullo lésbico-gay, y no puedo dejar de comparar
lo que hoy se vive “gayly”, alegremente, con aquellos años de ansiedad, miedo y
profunda desolación.
La tristeza me hacía punzar el corazón al recordar a
todos aquellos que fallecieron cuando se declaró la epidemia del mortal SIDA.
Yo supe de esa nueva enfermedad que estaba atacando ya a un preocupante número
de personas, pero que la comunidad científica no acertaba a definir su origen,
en los primeros meses de 1982. Tres años después el mundo se empezaba a enterar
de los primeros muertos famosos a causa de esta enfermedad, y el terror se
apoderó de muchos.
Y pienso que de eso fallecieron tantos. De terror.
La gran mayoría de los infectados, el grupo de alto
riesgo, fueron los hombres homosexuales. Muchos con sus cadáveres guardados en
el armario: homosexual de clóset. Ya bastante neurosis, angustia, desazón,
pánico les habían acompañado a lo largo de su vida al sentirse señalados por su
perversa desviación, cuánto habían sufrido para fingir bien el papel de machos
y que no se les fuera a condenar al ostracismo, y ahora esto que no solo los
iba a exhibir, a denigrar sino hasta a matar de una manera atroz y humillante.
Y pienso en la ignorancia y en la doble moral que
siempre se enseñorean en la mayoría de los inquisidores. Y recuerdo a un buen
médico que me contaba con tristeza de un amigo suyo que había muerto de sida
por contagio de sangre infectada al recibir una transfusión, inmediatamente me
aclaró cómo había sido su mala suerte porque él no se había contagiado por
perversión. ¿Cuál perversión? Prácticas sexuales con parejas del mismo sexo.
Bien, entendido.
Y reflexiono. Homosocialidad y homosexualidad ¿qué
tan diferentes son? ¿Qué tan delgada o gruesa la línea que las divide?
Luís Aguilar y Pedro Infante en una escena de A Toda Máquina. |
Solamente toleramos la homosexualidad abierta cuando
quien la ejerce se caricaturiza. Aguantamos al cómico que se trasviste o que
actúa con ademanes afeminados para hacer burla del jotito del barrio, que es el
estilista de señoras, modisto de señoras, bailarín de cabaret y hasta de danza
clásica. Mientras sea vodevil está bien, en la vida formal, impensable.
Desde que era niña he visto incontables veces las
películas que protagonizaron Pedro Infante y Luis Aguilar: ATM, A Toda Máquina,
y Qué Te Ha Dado Esa Mujer. Ahora consideradas como películas donde se muestra
la vida cotidiana de un par de hombres de apariencia totalmente varonil pero
con actitudes (no maneras) homosexuales. Compartían, se querían, se celaban, se
peleaban y alejaban a las mujeres que se interponían entre ellos, entre su
relación de cuates, de homosocialidad. Luis y Pedro prototipos del machismo
misógino en una franca actitud homosexual. Sin embargo, Sergio de la Mora, investigador
de la Universidad de California y autor del libro Cinemachismo, cuenta que
Pedro Infante estaba consciente y dispuesto a protagonizar esta clase de
historias. No le rehuyó a la idea de interpretar a un hombre que,
inexplicablemente, empieza a tener más que simpatía, atracción física, por otro
supuesto hombre como sucede en Pablo y Carolina.
Y veo la diferencia de criterio con que fueron
tratados Oscar Wilde y Elton John. El primero condenado hace un siglo a pasar
dos amargos años encerrado en la prisión de Reading acusado de sodomía por sus
relaciones con Lord Alfred Douglas. Elton John condecorado Sir en 1999 por la
reina Isabel II de Inglaterra por sus aportaciones a la música moderna en el
mundo. Casado legalmente con David Furnish.
En México, en la actualidad, Juan Gabriel famoso por
su fingida vida heterosexual pero ademanes afeminados, afectados, gana millones
de pesos mientras jotea (así tal cual) libre y descaradamente por el escenario.
Y recuerdo a otros dos hombres del cine de mi época de niña: Arturo de Córdova
y Ramón Gay. Ambos varoniles, apuestos, finos, cosmopolitas. Llevaban una relación oculta amorosa,
apasionada y de gran fidelidad. Ramón Gay apoyado y protegido por de Córdova.
Ramón Gay, irónicamente, muere asesinado en 1960, a
manos del esposo de Evangelina Elizondo, quien tenía celos de él al sospechar
que su mujer vivía un romance con Gay. Lo mata a balazos cuando éste pasa a
recoger su auto que había dejado en la puerta de la casa de Evangelina; al
estarse despidiendo llega José Luis Paganoni quien dispara varios tiros sobre
el actor.
Arturo de Córdova se une, sin matrimonio, a Marga
López en 1964. Desde ese momento permanecen juntos hasta la muerte de Arturo de
Córdova. En 1967 sufre una embolia cerebral que le paraliza el lado izquierdo
del cuerpo, lo cual acelera el deterioro de su salud para morir en 1973 a causa
de un accidente cerebro vascular.
¿Por qué vivir junto a Marga López? ¿Un acuerdo para
seguir ocultando su homosexualidad? Fingimiento que tal vez provocaba esa actitud
neurótica, colérica y afectada en los personajes que interpretaba, de a veces cruel indiferencia hacia los
papeles que actuaban sus compañeras de escena.
Aún quedan hombres y mujeres que viven a escondidas
su verdadera sexualidad, todavía hay temor al señalamiento inquisidor. Pero
muchos han decidió vivir abiertamente, de cara al sol. Sigue el contagio del
VIH por transmisión sexual. Pero ese ya es una especie de suicidio. La
información sobre cómo protegerse existe para todos los que quieran conservar
la salud.
Este día vuelvo a concentrarme en el recuerdo del
vitral de Salvador Pinoncelly. Imagino y siento los colores: rojo, amarillo,
blanco y azul, y creo mandalas que se esparcen por los pasillos, escaleras y
vestíbulo del Hospital Carlos McGregor del IMSS. Deseo creer que esa luz que se
filtra por el vitral ha ayudado a sanar a tod os los que acuden en busca de
auxilio. Vi hombres dispuestos a luchar por su vida. Estoy con ellos.
Lilia Margarita Rivera
Mantilla
Junio de 2015. México,
Distrito Federal
7 de julio de 2015
México ensangrentado
Fernando Ramírez López |
En el
marco de la polémica a que ha dado lugar la conmemoración de los cien años del
fallecimiento de Don Porfirio Díaz resulta pertinente la revisión del presente texto
publicado el pasado 2 de diciembre del 2014 y donde Fernando Ramírez López hace un
comparativo de los regímenes de Díaz, del de Álvaro Obregón y del actual a cargo de Enrique Peña Nieto y en donde se hace evidente la falta de capacidad
política y de dimensión histórica de quienes tienen hoy a su cargo el gobierno
de la República. Ramírez López hace gala de su agudeza como observador acucioso del
acontecer nacional.
Para María Fernanda: pasó veloz y ligera,
caballito blanco, caballito trotador
“Cien años después del mítico 1910
solo nos queda la posibilidad de reconocer la eficacia del porfiriato para
cumplir sus fines, para aquilatar su propuesta de no dejar a nadie demasiado
fuera y, sobre todo, para admirar su elección de las obras materiales
cuya utilidad continúa siendo indiscutible”.
Rafael Tovar y de Teresa. El Último Brindis de don Porfirio
Enrique Peña Nieto |
Se ha cumplido más de un siglo de que Porfirio Díaz dejara
el poder y dos años solamente del inicio del sexenio peñanietista, hoy tan
cuestionado.
No se requiere recurrir al tarot o al apoyo de un
adivinador de carpa, para darse cuenta de que las cosas que hoy suceden son
consecuencia de un hecho, el reflejo de un fenómeno llamado
desestabilización, producida entre otras cosas por la incapacidad de la
genética darwiniana del presidente para resolver la crisis actual.
Esta situación no es reciente, es de todos sabido que el
ejecutivo federal solamente es una pieza del complicado ajedrez del sistema
político y de las ambiciones de los grupos de poder, que hoy ante la debilidad
del ejecutivo buscan sustituirlo.
Hombre poco imaginativo, Peña Nieto recientemente anunció
con toda pompa diez propuestas para cambiar el rumbo convulso de un país con
hambre y sed de justicia. No serán los beneficiarios de las contradicciones del
sistema los marginados, naturalmente que en el juego del poder están presentes:
el presupuesto de egresos de la federación, las concesiones, el manejo de los
cárteles y naturalmente todas las posiciones políticas apetecibles, como lo son
las Secretarías de estado y las gubernaturas entre otras muchas.
General Porfirio Díaz Mori |
La problemática lo mismo la esquematiza Ayotzinapa con 43
estudiantes muertos, que Torreón con las protestas de grupos de la sociedad
civil ante la presidencia municipal, la inconformidad está generalizada en todo
el país, por lo que se ve agravada la situación con los errores gubernamentales
que permanentemente se cometen, como es el caso de la nulificación del contrato
para la construcción del tren rápido México – Querétaro, así como la pretendida
justificación de la mansión adquirida por Angélica Rivera.
Es también parte de lo que está en juego, el control del
mercado clandestino en la compra y venta de armas para México y América Latina,
como lo es también los beneficios macroeconómicos que reciben los empresarios
en la recepción de los cupos de leche y maíz en polvo que les otorga la
Secretaría de Economía, por ser un país alimentariamente insuficiente.
Hoy como ayer, la muerte, la pobreza y el hambre visitan a
los de siempre, a los desposeídos que son carne de cañón que pagan con su
vida o con la cárcel.
Vivimos en un sistema en que los poseedores del control del
mismo, hoy dirigen las cámaras de diputados y senadores, en contubernio y bajo
las órdenes de la DEA, FBI, Wall Street y el Departamento del Tesoro
norteamericano. Con las reformas estructurales recientemente logradas
terminaron por entregar al país, por esa razón simplemente ya no se justifica
el festejo de la Revolución Mexicana y de sus logros el 20 de noviembre como
todos los años.
Los grupos en el poder manejan la banca, las maquiladoras
de productos de exportación y patrocinan la existencia de grupos esquizoides
que son los que queman la puerta Mariana de Palacio Nacional, vandalizan los
comercios y trasmiten por los medios de comunicación el fracaso de la política
gubernamental.
Peña Nieto ha dejado a muchos grupos fuera del poder y de
sus beneficios, es por lo que así como en su momento usó a Humberto Moreira
para llegar a la Presidencia de la República, así hoy tiene que pagar las
consecuencias de los compromisos incumplidos para llegar a Los Pinos.
Es lamentable su poca imaginación y la forma en que sin
cesar las redes sociales permanentemente lo evidencian no solamente en México
sino a nivel internacional.
Desestabilizar es el propósito, llenar a México de sangre,
para negociar el poder y de ser necesario quitarlo de la silla presidencial
vivo o muerto, tal como lo acostumbran a hacerlo en repetidas ocasiones.
Álvaro Obregón |
Ayer fue don Porfirio, que su más grande error fue
envejecer, después Obregón y ahora Peña Nieto, sobre todo porque no ha sabido
ni ha contado con un gabinete que genere soluciones para detener el caos.
Se han estado comiendo al país por centurias, se han
llevado el oro y el petróleo, ese es el juego y las ansias del poder, es por
eso que este país le rinde culto y pleitesía a la muerte, en su psique social
la atrae y la rechaza, es un juego dialécticamente perverso, donde se
manifiesta el dolor y también las ansias de notoriedad, tal vez porque la vida
en su esencia es pasajera y a la vez permanente.
Juguemos al juego del dolor y de los asesinatos colectivos,
hay que empapar de sangre el suelo nacional, esa es nuestra razón de la
sinrazón de la violencia, es partir del juego loco de los hijos de una madre
violada que parió a una raza llena de traumas y de complejos, por eso bien lo
dice López Velarde “nos jugamos la vida en un volado”, así José Alfredo lo
secundó diciendo “la vida no vale nada”; la esquizofrenia por si misma y la
locura colectiva hoy nos han hecho presas de los juegos del poder, Peña Nieto
simplemente está construyendo su destino, que es parte de un colectivo que en
la sangre dirime sus complejos a carcajadas, sin lamentos que al final de
cuentas para morir nacimos, esto es México, me pregunto si acaso tenemos otro
destino que la fatalidad endémica de una raza cósmica que apenas empieza a
formar su destino por hoy incierto; esa es la discusión colectiva que se
sostiene a la largo y ancho del país. Esperemos.
Espero sus comentarios: periodista051@hotmail.com
Celular: 871 221 7852
6 de julio de 2015
Guacamole fatal
Jacobo Zabludovsky |
El 8 de agosto de 2011 el recientemente fallecido periodista
mexicano Jacobo Zabludovsky dedicó
su columna Bucareli a un tema muy doméstico: el precio del aguacate que en ese
momento se elevó considerablemente, tal como ocurrió con el limón el año
pasado. Zabludovsky establece una relación entre el precio del aguacate, la
violencia en Michoacán y el desafío del ejército enemigo trasnacional, lo que
recuerda nuestra amiga Lilia Margarita Rivera Mantilla en ocasión del reciente fallecimiento del destacado periodista
mexicano de origen judío. El artículo nos parece sumamente interesante razón
por la que lo compartimos con ustedes, pero antes veamos el comentario de Lilia Margarita:
Lilia Margarita Rivera Mantilla |
El año pasado fue el limón.
Escaso y carísimo el que lográbamos encontrar. Hace cuatro años fue el
aguacate. Estuvo a setenta pesos el kilo, cuando lo podíamos conseguir.
Sobre aquella situación
anormal de uno de los frutos más importantes en la alimentación mexicana, Jacobo Zabludovsky escribió en su columna de
todos los lunes en El Universal: No sé qué sería de mí si desapareciera el aguacate de la dieta de
los mexicanos, me gusta mucho por su sabor y todos los beneficios que aporta.
Pero hace cuatro años, en
este artículo de tintes muy domésticos, Jacobo describe lo que realmente había de fondo en todo eso, igual que
sucedió tres años después con el limón. Ejércitos enemigos dentro del mismo
territorio mexicano, peleando por el control de la tierra, de sus frutos, de
sus gentes. Y seguimos igual.
Como buen mexicano ¿te
gusta mucho el guacamole y descubres con sorpresa que cuesta más de $70.00 el kilo,
si es que lo encuentras por los alrededores de tu domicilio? ¿Crees que la
escasez es consecuencia del terrible cambio climático? Con la pena, pero no,
esa no es la causa. Enterémonos.
Lilia Margarita
Más libros, más libres
No es película de Juan Orol ni ocasión
para chistes malos.
El precio del aguacate y el desafío del
ejército enemigo transnacional se unieron esta semana en Michoacán para agravar
la angustia de los mexicanos. Una mezcolanza absurda si se tratara de un país
normal, pero México ha dejado de serlo desde hace 50 mil muertos, al grado de
convertir lo trágico en el pan nuestro de cada día. Una fruta y un secuestro colectivo
parecen elementos imposibles de mezclar. Sin embargo, su presencia simultánea
puede servir para explicar el desastre michoacano, indicio del que padece la
república.
Michoacán es el primer productor
nacional y tal vez mundial de aguacate. El mercado interno consume 11 kilos
anuales por persona. La producción nacional en 2008 superó el millón de
toneladas, de las cuales se exportaron más de 320 mil. Sus precios dependen de
la oferta, la demanda y de la temporada. Hoy están por los cielos: en algunas
tiendas llega a 100 pesos el kilo, según la variedad. La más común es el Hass,
calidad de exportación.
En mercados de Estados Unidos, principal
consumidor extranjero, un aguacate puede cotizarse hasta en tres dólares. Pero,
¿quién regula los precios de este oro verde? No los productores, ni los
intermediarios, ni los exportadores, ni el mercado libre. En la respuesta está
la clave de la conexión entre el aguacate, 14 secuestros y la realidad de la
vida y la muerte en Michoacán.
Los precios del aguacate son fijados por
grupos que gobiernan de hecho el estado, aunque desde las sombras y al margen
de la ley. Deciden cuándo debe cortarse y la cantidad. Nadie puede producir más
o menos, ni vender a otro precio que el ordenado, a menos que se arriesgue a
sufrir las consecuencias. Si un productor, vendedor o simple consumidor es
sorprendido con una o más cajas de aguacate después de las siete de la tarde se
le retiene, se le tablea, es decir, se le golpea con una tabla en los glúteos y
la espalda, para que aprenda. Nadie debe transportar aguacate fuera de lo
permitido y el castigo es mayor en relación con la carga.
La vigilancia es total y nadie escapa a
las exigencias de los verdaderos dueños de las vías de comunicación,
distribución y ventas en la entidad. Hay productores que prefieren dejar el
producto en los árboles debido a que no les produce ganancia alguna. En un
estado esencialmente frutero como Michoacán ocurre lo mismo con el mango, el
melón, la sandía y otros vegetales. El caso del aguacate destaca y sirve para
explicar su actual precio exorbitante sin alguien que pueda oponerse, o
siquiera atreverse a pensarlo.
En ese ámbito de impunidad, nueve
empleados modestos de dos agencias encuestadoras son secuestrados, escondidos y
liberados sin señales de violencia, sin que hasta el momento de escribir este
Bucareli se sepa quién o quiénes, ni por qué o para qué los secuestraron, las
condiciones y lugar de su cautiverio, ni por qué y de qué manera los
secuestraron. El viernes se supo que cinco empleados de la Sección Amarilla del
directorio telefónico también fueron levantados, alarde de poder demostrador de
quién manda aquí y no se equivoquen.
A principios de julio el gobierno
federal envió a mil 800 policías federales “a reforzar el combate contra el
crimen organizado en Michoacán”. Nadie olvida, cómo vamos a olvidar, que éste
es el estado natal del presidente Felipe Calderón, quien el jueves se apresuró
a volar al terruño, oportuno gesto de tranquilidad en medio del terremoto, y
también, como quien no quiere la cosa, apoyar con su presencia a su hermana,
quien se postula para gobernadora en las elecciones de noviembre próximo. Son
los últimos comicios previos a las elecciones generales de 2012.
El ejército enemigo ha hecho una
exhibición de fuerza en Michoacán y al mismo tiempo un ensayo, lo que los
militares llaman maniobras de entrenamiento, ejercicios para fortalecer los
músculos y coordinar la estrategia, extremar la obediencia de sus tropas
cronometrando la reacción del más raso de su infantería, tal vez con la idea de
extender tan exitosa experiencia a todo el país.
Esa posible intención es obvia: desde el
taco de aguacate hasta las elecciones presidenciales del año entrante, los
grupos dispersos que el presidente Felipe Calderón enfrentó hace cuatro años y
medio, cuando empezó a mencionar la palabra guerra en su discurso, se han
consolidado y fortalecido, amarrado complicidades, unido sus fuerzas, extendido
la corrupción a otros territorios y pactado con grupos similares de otras
regiones del resto del mundo.
La advertencia es muy clara: estamos
perdiendo esta guerra y la derrota presagia más desastres en el combate y en el
desquebrajado sistema político y económico de un país atrapado en una las
encrucijadas más azarosas de toda su historia.
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