Dejé que mis párpados
cayeran serenos
en el gran sosiego
de la hora joven,
cayeran serenos
en el gran sosiego
de la hora joven,
mientras reposaba
mi sien en la almohada.
Y cuando ya el sueño
me posesionaba,
comencé a sentir
la caricia táctil
de tu desnudez
recorrer inquieta
mi cuerpo en tinieblas.
Tenía tus labios
derramando miel
por mi geografía
No sabía de mí...
en esos instantes
quería poseerte
y necia que soy,
no me daba cuenta
que eras de mi noche
un hermoso sueño
que quiso travieso
inquietar mi lecho.
Martha Lucía.
Y cuando ya el sueño
me posesionaba,
comencé a sentir
la caricia táctil
de tu desnudez
recorrer inquieta
mi cuerpo en tinieblas.
Tenía tus labios
derramando miel
por mi geografía
No sabía de mí...
en esos instantes
quería poseerte
y necia que soy,
no me daba cuenta
que eras de mi noche
un hermoso sueño
que quiso travieso
inquietar mi lecho.
Martha Lucía.
Enero 2002
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