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20 de marzo de 2011

Temas de agenda

En 82 años de gobiernos priístas Coahuila presenta avances y retrocesos, nos dice  Gerardo Hernández González en su columna Capitolio que se publica  en la edición Laguna de Milenio Diario y en otras publicaciones de Coahuila, el director de Espacio 4 nos dice que han sido más los activos que los pasivos.

Entre la fundación del PRI, en 1929, y el momento actual, Coahuila registra veintiún gobernadores, entre electos, interinos y sustitutos. La serie se inicia con el saltillense Nazario Ortiz Garza, alcalde de Torreón en el periodo 1927-28, como igual lo fueron, antes de despachar en la sede del Poder Ejecutivo del Estado, el también capitalino Román Cepeda Flores; Braulio Fernández Aguirre y Francisco José Madero, sustituto de Óscar Flores Tapia.
En ochenta y dos años, contados a partir del arribo del PRI al poder, Coahuila presenta activos y pasivos. Pero más allá de los discursos y las réplicas de la oposición y de sectores escépticos ante el triunfalismo oficial, las estadísticas económicas y sociales ubican al estado entre los primeros en atracción de capitales, generación de empleo y abatimiento de rezagos en materia de infraestructura y servicios públicos. Algo de lo que Durango, por ejemplo, la mayoría de las veces gobernado por anodinos y rapaces, no podrá jactarse en mucho tiempo.
Sin embargo, la inseguridad pública lo eclipsa todo. Las alertas del Departamento de Estado norteamericano a sus ciudadanos, para evitar determinadas ciudades y estados de la república, entre ellos Durango, Coahuila y otros del norte, crean mala fama. En Monterrey se llegó al extremo de recomendar a funcionarios del consulado trasladar a sus familias a lugares menos inseguros. La inversión es sensible a este tipo de situaciones. Por eso, cuando la gravedad del problema aumenta, muda de país e incluso de continente.
Lo anterior plantea escenarios nuevos. Los municipios y los estados no pueden sustraerse eternamente ni culpar siempre a la Federación de “haber alborotado el avispero” y después abandonarlos. La crisis actual responde, entre otros factores, a décadas de incuria, simulación e incluso complicidad entre autoridades de los tres niveles de gobierno y las mafias, de distinto orden, que operan en el país. Con la desconcentración del poder —de la Presidencia imperial a gobiernos cesáreos en los estados— el crimen se distribuyó también e identificó nuevos interlocutores.
Otro tema que ocupará espacios centrales en las campañas por el gobierno del estado, las cuales tendrán como protagonistas a Rubén Moreira (PRI) y a Guillermo Anaya (PAN), es el de la deuda, sobre cuyo monto las cifras difieren según la fuente. Pero a partir del anuncio de Enrique Martínez, hacia el final de su sexenio, en el sentido de que entregaría el gobierno con “cero deuda pública”, la oposición pedirá cuentas sobre el destino de pasivos que en cinco años suman quince mil millones de pesos, según información de la Secretaría de Hacienda.
El gobierno y el PRI argumentarán que la deuda se tradujo en hospitales, escuelas, infraestructura y promoción económica, con créditos que el Congreso del Estado autorizó y sin los cuales Coahuila no habría sorteado la presión social y los efectos de la recesión económica de 2008 y 2009 mejor que otros estados. Anaya y Moreira iniciarán campaña el 16 de mayo, pero la agenda ya empezó a moverse. En parte, empujada por una ciudadanía que, cuando se propone, rebasa a los partidos y colma las urnas.

gerardo.espacio4@gmail.com

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