Aunque los prejuicios sociales indican que no, es muy
posible que una mujer y un hombre puedan establecer una relación de amistad,
sin que necesariamente se convierta en amor de pareja, la tesis de IRMA VELÁZQUEZ RAMÍREZ es en el sentido de que un
hombre y una mujer pueden ser los mejores amigos y que eso de ninguna manera
los descalifica en ningún sentido.
¿Es posible la amistad con un hombre?
Y más específicamente…
¿Es posible ser “sólo amigos”, entre hombres y mujeres?
¿Pueden realmente, un hombre y una mujer, ser amigos? ¿Por cuanto
tiempo?
Las críticas nunca faltan, las dudas y escepticismo siempre estará en
boca de todos… pero hay hombres y mujeres que son sólo muy buenos amigos.
Las perversiones y prejuicios sociales han construido una barrera casi impenetrable
entre hombres y mujeres. Las relaciones entre ambos sexos tienen que lidiar con
el agotado peso de la malicia y los inadecuados comentarios, ya que se
encuentra prohibida cualquier tipo de relación que no se relacione con lo
familiar o lo amoroso.
La amistad no existe y por costumbre las críticas destructivas salen a
relucir: “¿Son amigos? ¡No qué va! ‘amigovios’ tal vez”, “¿Son primos? ¡Ah! “es
que entre primos más me arrimo”, “¿amigos? amigo el ratón del queso”. Y así nos
la pasamos satanizando y denigrando de las mujeres que se han atrevido a
derrotar a los parámetros sexistas y han salido de la época medieval,
concibiendo como su mejor amigo a un hombre.
Es cierto que muchas relaciones de amistad entre hombres y mujeres se
trasladan al campo romántico y otras tantas sucumben ante el miedo de perder a
ése ser especial que nos acompaña. Pero así como el amor romántico puede
aflorar, también puede que no lo haga y es allí en donde la amistad encuentra
su lugar, su camino, su albor… ¡Las amistades entre hombres y mujeres si
existen! Puede que hayan muchas diferencias, que nos sorprendamos con los
comentarios de los hombres y que de vez en cuando queramos que sufran una
radical conversión hacia lo femenino, pero en el fondo siempre coincidimos en
lo más importante: en el respeto y el amor fraterno que nos mantiene unidos
como si fuésemos eslabones de una cadena que jamás puede romperse.
Las diferencias de sexo no son verdaderamente relevantes al
encontrarnos con un sentimiento de complicidad sincero, no debemos renunciar a
una amistad por miedos o por imposiciones, porque somos nosotras quienes eligen
a sus amigos y eligen dejar muy en claro sus sentimientos de amistad, que en
nada se parecen a la atracción sexual.
Amistad entre seres del mismo sexo… Amistad entre seres de diferente
sexo… ¿Qué diferencia existe? ¿Acaso por ello dejamos de tener corazón? ¿Acaso
por ello dejamos de sentir?
Aunque sea más común que nuestros amigos sean de nuestro mismo sexo, no
debemos descartar una amistad con el sexo contrario, porque una amistad va más
allá de los niveles de progesterona y testosterona. Una amistad se construye a
través del tiempo, a base de esfuerzo y lealtad, de intereses comunes, de
convergencias y divergencias.
Nada hay de malo en compartir nuestras vidas con un amigo hombre,
porque podemos ser biológicamente diferentes, pero el amor que se comparte
siempre será el mismo…
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