Roberto OROZCO MELO |
El respetado periodista, abogado, historiador y político ROBERTO OROZCO MELO aprovechó su última columna HORA CERO para hacer una reflexión con
motivo de la conclusión del 2011 y para desear lo mejor a los lectores en el 2012 que se inicia.
Cada año resulta inevitable por estas fechas que reflexionemos en lo
mismo: el tiempo es un fugitivo al que no damos alcance, por más que aceleremos
nuestra marcha. No dura en nuestras manos, aunque apretemos los dedos el tiempo
escapa con la celeridad de un fugitivo condenado a muerte.
¿Cuántos días hacen que nos saludamos con motivo de la Navidad ; y no fue apenas
ayer cuando entre chocamos copas con la familia y con los amigos al desearnos
las venturas de un feliz año nuevo? Sentimos que esto sucedió apenas ayer o
anteayer, y ahora andamos, de nueva cuenta, con las mismas gaitas y chirimías
de entonces.
Así fue desde un principio e igual será dentro de tres semanas y por
toda la eternidad, no le hace que cada vez sean más fuertes los abrazos y más débiles
las buenas intenciones: ¡Cuánta hipocresía encierra la repetición de las usadas
fórmulas sociales, los saludos navideños, los obsequios con este motivo y la
lectura de una tarjeta bien o mal escrita pero plena de buenas intenciones!..
Los gobiernos de los tres niveles constitucionales echan mano de cuanto
saben o conocen. El chiste es cobrar más a la ciudadanía, ya sea por impuestos,
derechos, participaciones y aprovechamientos. Todo procede del centro.
El federalismo hecho gobierno es mensajero de la ambición, y causa de
exacciones para los ciudadanos: que el incremento al costo de la energía
eléctrica, dinero con que los usuarios del Noreste habrán de pagar el
tratamiento de agua potable en Ramos Arizpe, tal parece como un gracioso
subsidio del alcalde saltillense quien, colmo de colmos, esperará a ser
retribuido en las elecciones legislativas federales del año 2012.
Y mientras esto sucede en la región de Saltillo, Ramos Arizpe y
Arteaga, en La Laguna ,
en el Centro del Estado, en la región carbonífera y en el norte de Coahuila la
ciudadanía enciende velas a todos los santos de no sufrir lo que por lo pronto
sufrirán los habitantes de la región sureste de Coahuila.
Diciembre se presenta pleno de amenazas y realidades: los diputados
locales dejan exhausta la alcancía del poder legislativo coahuilense con sus
erogaciones en aguinaldos, compensaciones, sobresueldos y el anunciado largo
etcétera. Nada importante, ya que bien sabían lo que iba a pasar al culminar el
período legal de trabajo, pues ellos mismos lo planearon y aprobaron.
Esperemos, Dios mediante, que en la nueva Cámara local no exista el
culto para los santos inocentes, a celebrar el próximo 28 de diciembre. Los
inocentes seremos tantos que bien podríamos agotar las existencias en piñatas y
las bolsas con dulces, previstas para todo el año nuevo.
Este columnista envía a todos sus lectores un abrazo por la Navidad y el Año Nuevo con
el mejor de sus regalos: el descanso de estas lecturas. Un abrazo para ustedes.
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