FERNANDO ROYO DÍAZ RIVERA |
No es frecuente que yo esté de acuerdo
con el criterio de Fernando Royo pues
sus opiniones me parecen un tanto extremas, sin embargo cuando se refiere a lo
pésimo de la administración municipal de Torreón a
cargo de Eduardo Olmos
Castro coincido de manera total.
El presente texto corresponde a la columna Ganar
Ganar publicada en Milenio Diario Laguna el
pasado 16 de diciembre.
La
administración municipal está por concluir su tercer año, periodo que se nos ha
hecho eterno pues los paupérrimos resultados han hecho que esta gran ciudad
vaya de pique en prácticamente cualquier indicador que exista.
EDUARDO OLMOS CASTRO |
Llegaron
con el lema de que venían a rescatar a Torreón, que ellos si sabían cómo, que
tenían todo el apoyo del Gobernador, apoyo que el anterior Presidente Municipal
no tuvo. Empezaron con un deslumbrante programa de 100 días, presumiendo,
pavimentando, reparando, pintando, etc., el problema es que ni a los 100 días
llegaron, se les acabo la gasolina a la mitad del camino inicial, hoy estarían
por cumplir 1095 días de 1460, y esto es un desastre. No tienen nada que
informar, la ciudad se cae en pedazos, no tiene el mínimo mantenimiento, para
colmo de males, en seguridad, ya se les acabo el gobierno federal a quien
culpaban, ahora no lo pueden tocar ni con el pétalo de una rosa. La promoción
económica es nula, no existe un proyecto de ciudad, no saben que es lo que
quieren, las inversiones siguen sin llegar; por la intervención directa del
municipio o del estado no se ha creado un empleo, bueno solo dentro del
Municipio, la nomina se ha incrementado más de un 35%, del 2010 a este año. Las
finanzas municipales son un laberinto, no hay explicación clara a la sociedad
del uso de los recursos, incluso ante la negativa del endeudamiento, la
Auditoria Superior del Estado, confirmó que la deuda tan negada, creció más de
seis veces al pasar de 70 millones a 423 y para rematar la inversión pública cayó
de un 30% del presupuesto en la administración anterior, a un 15% aprox.
Habría
que agregar que al final de ésta administración habrán tenido más de 1,000
millones adicionales a la anterior.
Llegan
a el tercer informe con nada que informar, nos van a presumir que se inauguró
una, “plazota”, pero eso sí, con todo y bandera. Habría que empezar por aclarar
y transparentar la compra de los predios en que se construyó dicha plaza, fue
un escándalo mayúsculo que todavía siguen sin aclarar.
Acarrear
no es gobernar, aunque parecería que esa es la visión y misión. Gobernar
también tiene costos políticos, asúmanlos por el bien de la ciudad.
17 de Diciembre de 2012
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