Margarita Malacara Alonso |
Margarita Malacara Alonso,
una buena amiga en facebook publicó
el presente texto que me pareció interesante. ¿Verdaderamente les estamos
brindando tiempo de calidad a nuestros hijos o solo nos ocupamos de proveerlos
de lo material? ¿Estamos cumpliendo con lo más importante?. Creo que es algo
sobre lo que debemos reflexionar.
Era miércoles, 8:00 a.m., llegué puntual a
la escuela de mi hijo -“No olviden venir a la reunión de mañana, es obligatoria
- fue lo que la maestra me había dicho un día antes.
-“¡Pues qué piensa esta maestra! ¿Cree que
podemos disponer fácilmente del tiempo a la hora que ella diga? Si supiera lo
importante que era la reunión que tenía a las 8:30.
De ella dependía un buen negocio y...
¡tuve que cancelarla!
Ahí estábamos todos, papás y mamás, la
maestra empezó puntual, agradeció nuestra presencia y empezó a hablar. No
recuerdo qué dijo, mi mente divagaba pensando cómo resolver ese negocio tan
importante, ya me imaginaba comprando esa nueva televisión con el dinero que
recibiría.
Juan Rodríguez!” -escuché a lo lejos -“¿No
está el papá de Juan Rodríguez?”-Dijo la maestra.
“Sí aquí estoy”- contesté pasando al
frente a recibir la boleta de mi hijo.
Regresé a mi lugar y me dispuse a verla.
-“¿Para esto vine? ¿Qué es esto?” La boleta estaba llena de seises y sietes.
Guardé las calificaciones inmediatamente, escondiéndola para que ninguna
persona viera las porquerías de calificaciones que había obtenido mi hijo.
De regreso a casa aumentó más mi coraje a
la vez que pensaba:
“Pero ¡si le doy todo! ¡Nada le falta!
¡Ahora sí le va a ir muy mal!” Llegue, entré a la casa, azoté la puerta y
grité: -“¡Ven acá Juan!” Juan estaba en el patio y corrió a abrazarme.
-“¡Papá!” -“¡Qué papá ni que nada!” Lo retiré de mí, me quité el cinturón y no
sé cuantos azotes le di al mismo tiempo que decía lo que pensaba de él. “¡¡¡¡ Y
te me vas a tu cuarto!!!”-Terminé.
Juan se fue llorando, su cara estaba roja
y su boca temblaba.
Mi esposa no dijo nada, sólo movió la
cabeza negativamente y se metió a la cocina.
Cuando me fui a acostar, ya más tranquilo,
mi esposa se acercó y entregándome la boleta de calificaciones de Juan, que
estaba dentro de mi saco, me dijo:
-“Léele despacio y después toma una
decisión...”. Al leerla, vi que decía: BOLETA DE CALIFICACIONES Calificando a
papá:
Por el tiempo que tu papá te dedica a
conversar contigo antes de dormir: 6
Por el tiempo que tu papá te dedica para
jugar contigo: 6
Por el tiempo que tu papá te dedica para
ayudarte en tus tareas: 6
Por el tiempo que tu papá te dedica
saliendo de paseo con la familia 7
Por el tiempo que tu papá te dedica en
contarte un cuento antes de dormir 6
Por el tiempo que tu papá te dedica en
abrazarte y besarte 6
Por el tiempo que tu papá te dedica para
ver la televisión contigo: 7
Por el tiempo que tu papá te dedica para
escuchar tus dudas o problemas 6
Por el tiempo que tu papá te dedica para
enseñarte cosas 7
Calificación promedio: 6.22
Los hijos habían calificado a sus papás.
El mío me había puesto seis y sietes (sinceramente creo que me merecía cincos o
menos) Me levanté y corrí a la recamará de mi hijo, lo abracé y lloré. Me
hubiera gustado poder regresar el tiempo... pero eso era imposible. Juanito
abrió sus ojos, aún estaban hinchados por las lágrimas, me sonrió, me abrazó y
me dijo: -“¡Te quiero papito" Cerró sus ojos y se durmió.
¡Despertemos papas! Aprendamos a darle el
valor adecuado aquello que es importante en la relación con nuestros hijos, ya
que en gran parte, de ella depende el triunfo o fracaso en sus vidas.
¿Te has puesto a pensar que calificaciones
te darían hoy tus hijos? Esmérate por sacar buenas calificaciones...
Gracias a Daysi una amiga que lo puso en
su muro. Ponlo también en el tuyo. Vamos a crear conciencia.
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