Rosi Orozco. |
La ex senadora Rosi Orozco mantiene una lucha personal contra los tratantes de personas y es presidenta de la Comisión Unidos contra la Trata A. C., el presente texto se publicó el pasado martes 17 de septiembre en la sección Política de Milenio Diario Laguna, de donde lo tomamos para compartirlo, por considerar que el tema es de gran interés para nuestros lectores.
Silvio Berlusconi: siete años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer un cargo público. |
Casos como el de Silvio Berlusconi, ex primer
ministro de Italia, quien recientemente fue condenado a siete años de prisión e
inhabilitación perpetua para ejercer un cargo público por los delitos de abuso
de poder e inducción a la prostitución de menores, hacen evidente que la
sociedad ya no está dispuesta a tolerar a quienes consumen, fomentan o ejercen
la trata de personas.
En México esta lucha se inició hace pocos
años pero, gracias al compromiso de los diputados de todas las fracciones
parlamentarias de la pasada Legislatura, en junio de 2012 se aprobó la Ley
General para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en Materia de Trata de
Personas y para la Protección y Asistencia a las Víctimas de estos Delitos que,
a pesar de no contar aún con el reglamento correspondiente, ha permitido comenzar
la lucha contra este delito.
Gracias a la ley, a las autoridades comprometidas, a las víctimas valientes que se atreven a denunciar y a los medios de comunicación que apoyan esta lucha, como es el caso de MILENIO, en México han empezado a caer los grandes tratantes que se creían intocables.
Gracias a la ley, a las autoridades comprometidas, a las víctimas valientes que se atreven a denunciar y a los medios de comunicación que apoyan esta lucha, como es el caso de MILENIO, en México han empezado a caer los grandes tratantes que se creían intocables.
Bares como Cadillac y Tahití, propiedad de
Alejandro Iglesias Rebollo, en los que se explotaba sexual y laboralmente a
muchas mujeres, hoy están clausurados, y Rodrigo Ampudia, socio del Cadillac,
ya se encuentra en la cárcel. Durante años ejercieron este delito con total
impunidad, pero hoy tienen que rendir cuentas. A raíz de estos hechos, muchos
giros negros son investigados por la Procuraduría General de Justicia del
Distrito Federal (PGJDF) y varios han sido clausurados.
También comienzan a ser detenidos padrotes
que presumían de estar por encima de la ley, como Noé Quetzal Méndez Guzmán,
uno de los más reconocidos en Tenancingo, Tlaxcala, quien ya está en la cárcel
acusado por cuatro de sus víctimas, y Reynaldo Reyes Ezquivel, alias Bombacho,
que operaba en Sullivan y torturaba a sus víctimas hasta hacerles comer heces
fecales. Es cuestión de tiempo para que muchos más sean denunciados y
consignados.
Estos procesos son muy importantes porque
sientan precedente de que la lucha contra la trata de personas en el país va en
serio, y que las autoridades federales y estatales están demostrando su
compromiso con las víctimas. Un caso a destacar es el del Gobierno del Distrito
Federal, que ha sido pionero en la batalla contra la trata, al ser el primero
en procesar y consignar a este tipo de delincuentes.
En días pasados, la PGJDF dio un golpe
frontal a este delito al realizar un operativo en el Solid Gold, gracias a la
denuncia de una joven colombiana. Pamela llegó a México en agosto pasado para
trabajar como bailarina en este local. Fue contactada en una discoteca en su
país por un joven que le dijo que bailaba muy bien y la invitaba a México para
participar en el aniversario de un prestigiado centro nocturno de la capital.
Después de dos meses de insistirle, ella aceptó y recibió el dinero para
tramitar su pasaporte y un boleto de avión. Le dijo cómo iba a vestirse para
viajar y le aseguró que alguien la recibiría en el aeropuerto Benito Juárez.
“En migración una persona me reconoció por la
ropa que traía puesta y me ayudó a pasar. Después me llevaron al lugar donde
iba a vivir y ahí fue cuando vi que las cosas no estaban bien, porque me habían
mostrado fotos del departamento en que viviría; no era ese ni había el permiso
de trabajo prometido”, explica Pamela.
Llegó al edificio de Estocolmo 14, “donde los
dueños del Solid Gold tenían albergadas a muchas jóvenes de varias partes del
mundo”, comenta.
“Al llegar —continúa— me llevaron a conocer
el club y constaté que no se hacía baile artístico como me habían dicho, sino
que era streaptease y prostitución; los bailes los usaban para mostrar a las
chicas y luego los clientes pedían shows en los privados, en los que se incluía
sexo. Ese día no tenía que trabajar así que no dije nada y al día siguiente,
antes de subir a la pista, metí el pie en un hueco del elevador para rompérmelo
y así obligarlos a llevarme al hospital. Llegué a Urgencias y cuando entré a
rayos X le conté al doctor lo que me pasaba y le pedí que llamara a la policía.
Llegaron rápidamente y me trasladaron a la Procuraduría, donde declaré lo que
había vivido. Me pusieron a salvo y al tipo que me estaba esperando en
Urgencias se lo llevaron detenido”.
Gracias a la denuncia de Pamela, la PGJDF
realizó un operativo en el edificio de Estocolmo 14, donde rescataron a varias
jóvenes. Una de ellas fue la colombiana Victoria, que había llegado a México
tres meses antes con las mismas promesas y que recibió instrucciones similares
para pasar Migración: “Me dijeron que tenía que venir fea, desarreglada y con
algo rojo. Me mandaron el boleto y me aseguraron que no tenía que pagarlo si
cumplía tres meses de contrato. La chica que me contactó en mi país me informó
que trabajaría por las propinas, pero realmente nunca las vi porque todos los
días, antes de salir del Solid Gold, nos desnudaban para quitárnoslas; nuestra
única ganancia eran los boletos que nos daban los clientes por nuestros
servicios. Al llegar me di cuenta que no solo tenía que bailar, pues los
clientes piden sexo y si uno no quiere, el personal te obliga o no te pagan tus
boletos”.
Otra de las mujeres rescatadas, una
venezolana que llegó en 2010, asegura que son las chicas de Europa Oriental las
que más se drogan y se exponen para obtener mayores ganancias.
“Teníamos sexo oral y vaginal, pero las rusas
y ucranianas tenían sexo sin condón por el equivalente a 100 dólares”, comenta
la venezolana.
Entre las chicas que vivían en Estocolmo 14
destaca el caso de una rusa llamada Jazmina que, según comentarios de otras habitantes
del inmueble, estaba tan traumatizada que se drogaba a diario y se bañaba cada
cinco minutos. Desgraciadamente fue sustraída del edificio por la manager del
Solid Gold, Alejandra de Pabia, poco antes de que llegaran las autoridades,
cuando ella fue a instruir a las chicas que debían decir que eran turistas.
La mayoría de las acciones anteriormente
descritas constituyen delitos claramente tipificados en los artículos 13 y 40
de la Ley General contra la trata de personas aprobada en 2012 —como se puede
corroborar en la liga
http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/LGPSEDMTP.pdf—, por lo que todos
los presuntos responsables deberán rendir cuentas de sus actos ante las
autoridades competentes.
Otro punto importante que las autoridades
deben esclarecer es cómo llegaron estas extranjeras sin ser detectadas por el
Instituto Nacional de Migración. Es difícil entender cómo la anterior
administración daba visas de bailarinas a chicas vulnerables de las regiones
más pobres del mundo, sin investigar dónde y en qué iban a trabajar.
Las piezas del rompecabezas han dejado de ser
trasparentes y sin duda llevará tiempo armarlo, pero es un hecho que la batalla
contra este delito sigue su curso y, tarde o temprano, todos los grandes
tratantes de personas irán cayendo en manos de la justicia.
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