Jorge Alonso Guerra Macías. |
Además de no responder a las expectativas que generó la administración municipal encabezada por Eduardo Olmos Castro se caracterizó por su escasa transparencia por lo que esa experiencia adquirida nos debe servir para exigir al próximo alcalde un control estricto del erario y de las obras que se vayan a realizar dice en su columna Todoterreno que se publica en Milenio Diario Laguna el abogado Jorge Alonso Guerra Macías.
Tomando
como experiencia la administración municipal que está por terminar en Torreón,
la cual careció de transparencia, se debe tener un control estricto, tanto del
erario como de las obras que se vayan a proyectar de la administración que está
por entrar, con la finalidad de tener la certeza de una auténtica
transparencia.
OMISO. Eduardo Olmos Castro. |
La
forma de obtener transparencia en relación al erario y los nuevos proyectos de
la próxima administración municipal, es conformar un grupo de personas de
preferencia, presidente de alguna organización no gubernamental (Ong),
representantes de cámaras, de universidades rectores, líderes de opinión,
inclusive el clero. Dichas personas estarían debidamente constituídas en una
asociación civil, donde su finalidad es exigirle al gobierno municipal, transparencia
en todos y cada uno de los proyectos que sean verdaderamente necesarios y de
beneficio a la comunidad.
Desafortunadamente
la actual administración municipal se tomó la atribución primero, de destruir
el edificio donde estaba la presidencia municipal, mismo que se pudo haber
aprovechado perfectamente como biblioteca pública, segundo, adquirir terrenos
sumamente costosos para construir el nuevo edificio, que se encuentra
inconcluso; Lo que propició el abandono de necesidades imperiosas, como reponer
la red de agua y drenaje de la ciudad, omitió el debido mantenimiento al
alumbrado público, favoreciendo la inseguridad en las calles. Por lo tanto, el
haber carecido de un lente ciudadano regulador, la actual administración se
sirvió con la cuchara grande sabiendo que nadie los vigilaba.
Se
tiene el antecedente del fideicomiso de seguridad pública, (en La Laguna de
Coahuila) el cual está conformado por presidentes de las diferentes cámaras,
cuya finalidad es vigilar y administrar que los recursos destinados a seguridad
pública no se desvíen a otros rubros, además de licitar para obtener el mejor
precio y producto del bien que se solicita, dicho fideicomiso durante años
cumplió su objetivo en beneficio de la comunidad. Desgraciadamente, las
actuales autoridades le restaron importancia, propiciando que el parque
vehicular se colapsara, incluyendo infinidad de proyectos.
Es
por esto que debemos como sociedad civil, organizarnos y convertirnos en lente
ciudadano de las nuevas autoridades para que las mismas no se sirvan con la
cuchara grande y despilfarren el erario en otorgar obras innecesarias a
compadres y amigos.
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