Un fregado muy sucio hay detrás de los intentos de las autoridades municipales para atrasar la auditoría en el Sistema Municipal de Agua y Saneamiento de Torreón, sugiere en su columna No hagas cosas buenas… que se publicó el pasado viernes 25 de octubre en el periódico regional El Siglo de Torreón el editorialista Enrique Irazoqui y que compartimos en este espacio por considerarla de interés.
Ayer
se dio a conocer oficialmente que el despacho Gossler ha rechazado participar
en la licitación para realizar la auditoría al Simas, referente al ejercicio
2011. Este hecho fue informado antes de que se reunieran para llevar a cabo el
proceso. Luego, de acuerdo a lo que dicta la Ley de Adquisiciones del Estado de
Coahuila, obliga a que este proceso de licitación tenga de declararse desierto.
Hace
unas semanas el Consejo de Administración de Simas, con una votación de 7 votos
a 4, había resuelto que la auditoría la realizara directamente el despacho que
hoy se desiste en participar, pero los consejeros dijeron desconocer que la ley
les impedía tomar esa determinación, ya que la legislación vigente les obliga
por el monto del asunto, a contratar el servicio mediante licitación. En este
caso, optaron por la licitación por invitación, que tiene por requisito
correrse al menos a tres tentativos oferentes.
Gossler,
obviamente fue convocado, de igual forma fueron invitados Mireles y Asociados y
Bernal Asociados. Por ello, ante la salida de Gossler, el proceso que había
iniciado hace apenas una semana tendrá que ser declarado desierto. El término
es para hoy viernes y tal como lo señalan los tiempos legales, los dos
participantes que continúan vigentes, tendrán que entregar sus propuestas
económicas en sobre cerrado.
Féliz
Pérez Murillo, secretario técnico del Consejo Directivo, informó mediante
entrevistas que se espera que a las 4 de la tarde de hoy sean entregados los
dichosos sobres con las propuestas. Incluso Murillo declaró: "Tenemos
entendido que los despachos Mireles y Asociados, y Bernal y Asociados, siguen
concursando" y añade el secretario técnico que a partir del lunes entrante
se tendrá que realizar todo el proceso de una nueva licitación, planteando
nuevas invitaciones que se harán a despachos contables que deberán ser
registrados como proveedores del Municipio para este tipo de servicios.
Así,
lo que pareciera en condiciones normales que el despacho Gossler se desistía de
concursar para realizar un trabajo, que es en parte a lo que se dedica, se
debiera simplemente a que no le es conveniente a sus intereses.
Ha
pasado más de un mes desde aquel 17 de septiembre donde en la reunión
extraordinaria, el mismísimo Consejo de Simas, decidió que la auditoría la
hiciera Gossler. Pero en ese momento, curiosamente nadie se dio cuenta que no
estaban facultados para hacer una asignación directa, ni siquiera reduciendo el
período a un solo año, ya que la idea inicial era que se revisara un par de
años, 2011 y 2012. Pero luego alguien con astucia convenció a que si se reducía
el tiempo a revisar, y con ello el costo, se podría hacer por invitación.
Tal
vez -y estoy en el mero campo de la especulación- algún astuto aconsejó de esta
manera al órgano directivo en aras plenas de dilatar la dichosa auditoría. Me
atrevo a hacer esta hipótesis porque dentro del órgano rector del sistemas de
aguas, existen personas profesionales y decentes que no tienen otro interés que
realmente el de aportar por que la ciudad tenga un organismo mejor. Los demás,
o son parte del sistema político actual o bien son proveedores o contratistas
de Simas, que en la práctica les impide ejercer su puesto con libertad.
En
todo este asunto de lo que ha hecho la actual Administración municipal, bajo la
protección del Gobierno estatal en el propio Simas y casi todas las áreas del
Ayuntamiento, lo menos que se puede decir es que estos últimos años en Torreón
el ejercicio de los recursos municipales ha sido un verdadero cochinero.
El
gobernador Rubén Moreira, que en este asunto en particular no tiene gran
responsabilidad, ya que a Eduardo Olmos lo designó el profesor Humberto, el
alcalde Olmos obviamente es el materialmente responsable; pero incluso, el
presidente electo Miguel Riquelme está convirtiéndose en una parte más del
engranaje que primero desfalcó al Simas y está haciendo toda serie de malabares
para esconder los latrocinios, y ahora para tapar y echarle tierra al asunto.
La
auditoría del Simas se la quieren asignar a Javier Lechuga a través de la
figura que les resulte más conveniente. Lechuga es un profesionista capaz en la
materia, pero es también pieza al servicio pleno de los intereses del grupo del
poder.
Simas
entonces seguirá como tal: quebrado e ineficiente. El agua que surte, al menos
en su administración, es de aguas negras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.