La de
panteones o calaveras es una hermosa tradición mexicana, que no obstante que se
reduce el número de quienes la cultivan se resiste a desaparecer, el presente texto
es un artículo de Fausto Martínez Marroquín que encontramos en la página www.mexicodesconocido.com.mx y que si
nuestros seguidores quieren ver en su sitio original pueden ir al enlace:
http://www.mexicodesconocido.com.mx/calaveras-hermosa-y-casi-desaparecida-tradicion.html
Cuando hablamos de la vida, la muerte
siempre tiene lugar. Pero no son el temor ni la tristeza las compañeras de la
“calaca” en esta ocasión. Son la escritura en verso y los grabados que dan vida
a imágenes divertidas y jocosas, transformadas en una alternativa de desahogo
cuando se vive una pena.
Una de las tradiciones mexicanas en
peligro de extinción son las “calaveras”, antiguamente llamadas “panteones”.
Las calaveras son como un epitafio-epigrama
lacónico, dice el zamorano Eduardo del Río “Rius”, y están escritas en forma de
verso dedicado a los amigos, familiares o conocidos sólo en Día de Muertos. Una
de sus características es que constituye una oportunidad para expresar lo que
se piensa acerca del otro, de espacios, funciones o cosas, de un régimen del
pasado y del presente. No es fácil decir lo que uno piensa de los demás, por
eso las calaveras constituyen una forma de literatura valiente.
Quienes escriben panteones son personas
que ven la muerte con un sentido del humor, combinado con ingenio que le
imprimen a sus escritos. Gustan desarrollar su imaginación para decir lo que
piensan, aceptando el reto de comunicarse en verso, octavas o décimas de todos
los sabores y gustos.
Esta forma de escritura se desarrolló
desde el siglo XIX. Al cobrar fuerza en el siglo pasado, las calaveras
comenzaron a ser censuradas por los gobiernos en turno debido a que una gran
cantidad sirvió como crítica a los funcionarios, pues en ellas se manifestaba
la inconformidad que imperaba entre los gobernados. La policía llegó a
confiscar o destruir muchas de éstas, por eso no es fácil encontrarlas en las
hemerotecas. A pesar de la censura, en el Día de Muertos se ejerce -ahora muy
poco- esta forma de escribir, con el consentimiento de las autoridades.
Hay quienes hicieron periodismo atrevido
con las calaveras dedicadas a magistrados, maestros, poetas, militares,
artistas y otros personajes, mismas que publicaban en hojas sueltas, en
periódicos o revistas y se vendían al público el 2 de noviembre. Entre estas
publicaciones está La Patria Ilustrada, semanario decimonónico que registra
algunas de las calaveras más antiguas.
También hay quienes se manifestaron con
gran fuerza en el arte sobre el tema de la muerte. El más reconocido por sus
grabados e ilustraciones de calaveras fue el artista José Guadalupe Posada. Sus
calacas de Francisco Villa, de Zapata, sus famosas catrinas, don Quijote de la
Mancha y calaveras ciclistas, entre otras, dieron la vuelta al mundo.
Después del gran movimiento de masas e
ideas que significó la Revolución Mexicana, arreció el control de escritos
sobre la vida política y, como consecuencia, las calaveras abundaron sobre
personajes famosos como Diego Rivera, Tata Nacho, Rodolfo Gaona, Joaquín
Pardavé, Guty Cárdenas y otros.
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